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Paridad política: un camino por recorrer

Aunque las mujeres son más de la mitad de la población en Colombia, ellas apenas representan el 19,7 % del Congreso. Ante el hundimiento de la reforma que buscaba la paridad política, las organizaciones de mujeres insistirán en crear estrategias para conseguir mayor participación.

Karen Vanessa Quintero Martínez
10 de noviembre de 2020 - 02:02 a. m.
Paridad ¡Ya! es una campaña creada por la ciudadanía en el país con el apoyo de organizaciones como la Fundación Artemisas, la alemana Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), la Red Nacional de Mujeres y la Casa de la Mujer.
Paridad ¡Ya! es una campaña creada por la ciudadanía en el país con el apoyo de organizaciones como la Fundación Artemisas, la alemana Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), la Red Nacional de Mujeres y la Casa de la Mujer.

La ocupación de cargos de elección popular por parte de mujeres en Colombia tiene índices muy bajos: solo el 12 % de las alcaldías y concejos, 16 % de las gobernaciones y el 19,7 % del Congreso, aunque las mujeres son el 51,2 % de la población del país, según el DANE. De ahí que existan movimientos que impulsen la paridad política, con el fin de que la mitad de los cargos, en las diferentes ramas del poder público, estén ocupados por mujeres.

El deseo de saldar esta deuda histórica de participación política se refleja en campañas como “Paridad ¡Ya!”, que fue creada por la ciudadanía en el país con el apoyo de organizaciones como la Fundación Artemisas, la alemana Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), la Red Nacional de Mujeres y la Casa de la Mujer. A pesar de que existe la Ley de Cuotas (Ley 581), aprobada en 2000, en la que se establece que la participación de las mujeres en niveles decisorios de la administración pública debe ser mínimo del 30 %, y la Ley 1475 de 2011 que dice que al menos un 30 % de las listas de los partidos deben estar compuestas por mujeres, la campaña afirma que esto no se cumple y que la legislación actual no es suficiente. Por eso los colectivos de mujeres en todo el país exigen la paridad que ya es ley en países como Argentina, México, Paraguay y Bolivia, y que sería parte de la Asamblea Constituyente de Chile.

Este año la movilización en Colombia logró que llegaran al Congreso dos proyectos de ley que se acercan al tema: la reforma política y la reforma al código electoral. El primero de ellos hablaba directamente de paridad política, entre otras cosas incluía la alternancia e implementación de listas cerradas, pero se hundió el pasado 4 de noviembre en la Cámara de Representantes con 91 votos a favor de archivarlo. José Daniel López, representante a la Cámara por Bogotá de Cambio Radical, autor de la reforma, dice que esta no pasó porque los sectores de la política tradicional en el Congreso se sintieron amenazados por la eliminación del voto preferente y por la paridad de género.

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El congresista señala que las mujeres estadísticamente asisten más a la universidad que los hombres, pero acceden un 7 % menos a empleo y ganan en promedio un 21 % menos de salario. “Esa desigualdad también se ve en la participación en el poder público. Propusimos las listas paritarias, pero eso suponía que muchos de los miembros de los clanes tradicionales, predominantemente liderados por hombres, serían reemplazados por mujeres, y ellos no quisieron arriesgar sus sillas”, dice. Para él la discusión de la reforma al Código Electoral, que tiene mensaje de urgencia, es otra gran oportunidad, y para que esta sea aprobada tendría que pasar por cuatro debates en la misma legislatura y contar con una mayoría calificada.

El artículo 79 de la reforma incluye la modificación de la cuota de género. Alejandra Trujillo, abogada y coordinadora de proyectos de Fescol, le explicó a este diario que se busca, entre otras cosas, modificar la Ley 1475 de 2011, aumentando la participación de las mujeres en las listas de los partidos de un 30 a un 40%. “Desde la campaña hemos sugerido que se le apueste de una vez a la paridad política. Tampoco se ha descartado la construcción de un proyecto que incluya solamente este tema, para presentarlo en julio de 2021, pero el camino está empezando, ya logramos poner la paridad en la agenda pública”, afirma.

En esto concuerda López, quien dice que es fundamental combinar todas las formas de lucha para que la política deje de ser una actividad patriarcal. Además, aunque esto todavía no se evidencia en el Congreso, reconoce que en la sociedad civil hay un gran apoyo a la paridad de género e invita a que estos esfuerzos se multipliquen en las próximas semanas.

“Las democracias se fundamentan en la igualdad, si nosotras no estamos en los espacios de toma de decisiones no se puede hablar de democracia”, afirma Olga Amparo Sánchez, coordinadora de la Casa de la Mujer, una organización feminista que se fundó hace 38 años. Para Sánchez, iniciativas como la reforma política no han dado resultados porque la paridad no está en la agenda de toda la sociedad, afirma que “para que se logre compartir el poder de forma igualitaria hay que seguir ganando aliados y aliadas, y entender que la igualdad no es un favor, sino un derecho”.

Aunque considera que el camino es largo, dice que es más corto que hace 40 años y que no se han logrado acciones concretas, porque con esta iniciativa se ganó visibilidad, más conciencia alrededor del tema y una acción concertada entre organizaciones.

Trujillo destaca que en Colombia hay un fortalecimiento de los movimientos feministas y que uno de los elementos que quieren reivindicar es la participación de las mujeres en los espacios de decisión, pues así será posible transformar la política en favor de más de la mitad de la población con la que el poder sigue en deuda. Para ella, algunos argumentos contra la paridad sustentan que las mujeres pueden acceder a estos espacios sin este tipo de legislación; sin embargo, las cifras actuales demuestran que no es cierto. “Existen desigualdades estructurales, por ejemplo una mayor carga de los cuidados, menos autonomía económica y menos ingresos. Los indicadores demuestran que en términos de estudios las mujeres somos más calificadas, por eso no es una cuestión de méritos”, señala.

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Reconocer que la búsqueda de paridad es un tema que nace de la sociedad civil y no solamente de los congresistas, le da una perspectiva más amplia a esta discusión, aunque todavía no se ven resultados en términos de legislación, la movilización social de colectivos de mujeres, aún en medio de la pandemia, continúa. “Que no crean los congresistas que porque se hundió la reforma las mujeres vamos a desistir, seguiremos insistiendo hasta lograrlo”, concluye Sánchez.

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Jairo(24834)10 de noviembre de 2020 - 12:18 p. m.
Lo que pretenden es igualdad a la brava, No señoras deben existir méritos de quien aspira a ocupar un cargo público y pertenecer a un género debe tener el mismo que pertenecer al otro. Sino sería entrar en una discriminación de sentido contrario.
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