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Tras la emergencia sanitaria del COVID-19, los vacíos del sistema de salud colombiano salieron a flote. Es el caso del hospital San José de Tadó en Chocó. El personal médico denuncia incumplimiento de salarios, falta de insumos de bioprotección y olvido estatal.
Kathy Mosquera es enfermera auxiliar de ese hospital desde el 2012. Denuncia que le adeudan primas, vacaciones y salarios desde el 2013. “La cifra que me deben oscila entre $48.000.000 y $50.000.000”, dice Mosquera, quien denuncia que a ese valor se le suman los meses del 2020 “porque las EPS Comfachoco y Barrios Unidos no están girando la totalidad que deben girar a la entidad”.
Algo similar le sucede a María Nancy Corcio, enfermera del hospital San José, quien confiesa que le adeudan 14 meses de salario, seis primas vacacionales, recargos, cesantías y dotaciones; incumplimiento que se traduce en un aproximado de $47.000.000.
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Los pasivos de esa entidad superan los $5.000 millones de pesos, cuenta Ever Casas, gerente encargado del hospital San José de Tadó.
“Están jugando con la comida y el bienestar de los empleados del hospital. A mi me deben cerca de $67.000.000; lo que queremos es pagarle al personal activo y que puedan tener motivación de venir a trabajar”, dice Casas.
Según el personal médico las EPS Comfachoco y Barrios Unidos no les dan respuestas claras de cuándo les van a pagar. Entre tanto, ellos han solicitado ayuda de la secretaría de Salud de Chocó, quienes, al parecer, no han tomado cartas en el asunto.
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“La Secretaría de Salud alude que el Ministerio de Salud no les dio un aval que debían tener desde hace dos años. Ellos nunca reportaron a quien iba dirigido ese dinero. Desde allí hemos traído una lucha con la secretaría de Salud, quienes dicen que eso es responsabilidad del Ministerio. Sin embargo, la entidad nacional nos respondió, a una petición, que no conocen la distribución de los recursos, por lo que no pueden dar aval al desembolso del dinero”, explicó el gerente del hospital.
Al incumplimiento de los salarios se le suma el mal estado de la infraestructura del centro médico. “La estructura de este hospital es la peor, a ver si por favor nos miran hacia acá. Nosotros también somos Chocó y Colombia”, menciona Mosquera.
En el único centro de salud del municipio solo hay una ambulancia, no hay camas de Unidad de Cuidados Intensivos, y el deterioro es notable. El personal médico no se explica la razón, dicen que quizá porque son de primer nivel. Los pacientes de gravedad son trasladados en la ambulancia hasta Quibdó (Chocó), a 67 kilómetros de distancia desde el municipio.
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También denuncian que no tienen los insumos necesarios para atender a los pacientes. “Se nos presenta un caso de COVID-19 y no tenemos cómo manejarlo”, puntualizó Mosquera.
Los más de 60 empleados del hospital de Tadó exigen al Ministerio de Salud y a la Gobernación asignar los recursos que, según ellos, “reposan en la gobernación desde el 2017”. Las cosas así, solo falta el aval del Ministerio para que se salden las deudas.
El sueldo básico de una enfermera auxiliar es de $1.800.000, con recargos puede llegar a $2.200.000. Sin embargo, hay veces donde solo pagan medio mes, o aveces no pagan, según la enfermera Mosquera.
Para el pago de la nómina mensual estaban recibiendo $220.000.000, pero este mes ingresaron $170.000.000. “Solo alcanzó para la nómina de 64 empleados y la seguridad social, que entre otras cosas, el estado desde este año se lo encargó al hospital”, concluyó Casas.