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La segunda temporada de lluvias en el país, influenciada por el fenómeno de La Niña, ha dejado 61.723 familias afectadas en todo el territorio. A las lluvias se sumó el paso del huracán Iota, que acabó con el 98 % de Providencia. En la región Caribe, los departamentos de Bolívar, La Guajira, Córdoba y Magdalena fueron algunos de los afectados. En Magdalena, por ejemplo, hay reportes de 13.238 familias damnificadas desde el 31 de octubre a la fecha. En Salamina y El Piñón, las familias están en la incertidumbre por la erosión del río Magdalena que amenaza con inundarlos, mientras que en El Banco hay cinco barrios inundados y están en alerta roja por las crecientes del río.
En El Banco, municipio ubicado a 298 kilómetros de Santa Marta, los habitantes temen que pase lo mismo que en 2010, cuando quedaron inundados completamente por cuenta del fenómeno de La Niña. “Es preocupante todo lo que pasa. Cada año es lo mismo. La creciente más grande la tuvimos en 2010 y recuerdo que estuvo todo el municipio inundado. Creo que vamos para allá, porque esto está creciendo de una forma exagerada”, asegura Claudia Flórez, líder comunal de El Banco.
Juan Tolosa, quien desde hace una semana está alojado en un colegio adecuado como albergue luego de que su barrio, Villa Cecilia, quedara anegado, asegura que la asistencia para los damnificados ha sido escasa: “En la escuela hay aproximadamente doce familias de las treinta que conforman el barrio. Estamos reubicando a las otras personas, porque no hubo cupo y tuvimos que acudir al secretario de Hacienda municipal para que nos ayudara. No hemos recibido ayuda de ninguna entidad, solo nos visitó la Secretaría de Salud”.
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La directora de la Oficina de Gestión del Riesgo de El Banco, Zudith Gutiérrez, recomendó a las comunidades vulnerables buscar albergues en casas de familiares, pues los colegios están habilitados como refugios temporales. “Solicitamos al Gobierno la ayuda con carpas para poder organizar los albergues temporales en los dos escenarios deportivos que hay en el municipio. Pedimos intervención de todos los actores para articular las acciones y no esperar a que el municipio se inunde en el 70 %”, agrega Gutiérrez.
La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastre (UNGRD) departamental tiene activada la alerta en todo el territorio. Aseguran que lo más probable es que haya inundaciones en los próximos días. “Se han venido haciendo obras de estabilización para evitar que los lugares como Matecaña, en El Banco, no se desborden; pero la situación que se está viviendo en Magdalena va a generar el desbordamiento. No hay nada que hacer, hay que prepararse para eso”, asegura Jaime Avendaño, director de Gestión del Riesgo en Magdalena.
De hecho, desde el 31 de octubre empezaron las afectaciones por fuertes lluvias en la parte alta de la cuenca de los ríos Fundación y Aracataca, que crearon un proceso de acumulación de aguas en los canales y drenajes, causando el desbordamiento del río Fundación. Esa emergencia afectó a todo el municipio, quedando 3.452 familias damnificadas. La situación de emergencias fue similar para municipios como El Retén, Aracataca, Fundación y Algarrobo, donde miles de familias perdieron casi todo. “Alrededor de 11.123 familias fueron afectadas. Perdieron cerca de $88.000 millones, entendiendo que cada vivienda perdió cama, nevera, lavadora y demás electrodomésticos. Estos municipios tienen capacidad de recuperarse en un período de aproximadamente cuatro años”, sostiene Avendaño.
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En la temporada de lluvias de 2010, Magdalena fue el cuarto departamento más afectado. El 32 % del territorio se fue a pique. En total fueron 751.000 hectáreas de tierras inundadas. Hoy, la Gobernación tiene registros de un 23,9% de inundaciones en todo el territorio, concentradas en doce municipios: Cerro de San Antonio, El Banco, El Retén, Salamina, Fundación, Zona Bananera, Puebloviejo, Ariguaní, Ciénaga, Plato, Sitio Nuevo y Pivijay. En esa zona van 52.952 personas afectadas por las lluvias.
Erosión, la gran amenaza para Salamina
La caída del muro de contención que partió la carretera que conecta los municipios de El Piñón y Salamina, y el colapso de una caseta del ferry, son apenas una muestra de la erosión que amenaza a las comunidades de esa subregión del Magdalena, que hoy teme por lo que pueda pasar debido a la temporada de lluvias. En el casco urbano de Salamina y el corregimiento El Guáimaro hay 400 familias afectadas por las crecientes, que se llevaron los cultivos; sin embargo, eso parece ser solo la punta del iceberg.
“La amenaza más grande que tenemos en el municipio de Salamina está relacionada con la crecida del río Magdalena y el colapso del muro de contención en cinco puntos. Eso tiene en zozobra al municipio y en alerta máxima a las autoridades municipales”, manifiesta Carlos Mario de la Cruz, personero de Salamina. El mayor miedo es que el río inunde más de 6.000 hectáreas de tierras con cultivos de palma, pancoger y ganadería.
No es un problema nuevo. En ese municipio las familias llevan denunciando ese tema desde 2019, pero solo ahora hubo intervención de las autoridades. “El problema de la erosión viene desde hace tiempo, solo que este año se ha incrementado. Las autoridades no actúan de manera preventiva. El río viene presentando una erosión bastante agresiva y nos amenaza”, dice Alberto Torres, veedor de la comunidad. Si el río se desborda en esa zona se afectarían cerca de diez municipios: Salamina, Pivijay, Cerro de San Antonio, Pedraza, Pijapayan, Remolino, Concordia, El Retén, Puebloviejo y Ciénaga; subregión donde habitan unas 150.000 personas.
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El Gobierno nacional destinó $9.999 millones para la ejecución de trabajos de dragado por parte de Cormagdalena en un plazo de 45 días. “Lastimosamente aún sigue el proceso de erosión. Pese a los trabajos de Cormagdalena, aún no se ha visto el resultado. La Gobernación está tratando de hacer una obra de estabilización para minimizar el impacto de lo que puede ser la caída de la bancada, que puede generar un proceso de inundación”, asegura el director de Gestión del Riesgo en Magdalena, quien agrega que cuando se vienen las épocas de lluvias el 56,8 % del municipio se inunda.
Otro de los trabajos de mitigación del riesgo en Salamina corre por cuenta del Instituto Nacional de Vías (Invías), que hace labores de relleno a través de unas bolsas de arena. La UNDGR destinó $3.700 millones para atender el problema, pero esos trabajos no se han completado. “Aún no se ha terminado de ejecutar la obra. Recordemos que el COVID-19 paralizó muchas cosas. Esa no se alcanzó a terminar, dejando casi 200 metros de exposición, y por ahí fue por donde entró el agua y afectó a las familias”, explica Avendaño. Aunque en los últimos días las lluvias han cesado, el riesgo sigue latente en Magdalena. Las familias piden intervención temprana para evitar calamidades mayores.