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Carlos Holmes Trujillo: un giro a la derecha

La marca reciente del ministro de Defensa ha sido la defensa incondicional de la Fuerza Pública, a pesar de los hechos. Así ha sido su trasegar político.

Juan Sebastián Lombo
29 de septiembre de 2020 - 02:00 a. m.
Para algunos, la respuesta del ministro de Defensa , Carlos Holmes Trujillo, al fallo de la Corte Suprema de pedir perdón por los abusos del Esmad fue desafiante. / EFE
Para algunos, la respuesta del ministro de Defensa , Carlos Holmes Trujillo, al fallo de la Corte Suprema de pedir perdón por los abusos del Esmad fue desafiante. / EFE
Foto: EFE - Carlos Ortega
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El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ha casado una pelea con la oposición política y un amplio sector de opinión en el país por su posición de protección irrestricta a la Fuerza Pública y el reciente y nebuloso episodio del perdón por la actuación del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía Nacional en las manifestaciones de noviembre de 2019. Sus inamovibles posiciones y actitudes desafiantes hacen que muchos lo consideren como el “escudero del presidente Iván Duque”; para otros, no hay duda de que estaría labrando el camino para una eventual aspiración presidencial.

Como ministro de Defensa, Trujillo ha tenido que capotear a congresistas de distintos sectores, excepto del Gobierno, que pidieron su renuncia y que están preparando un pedido de moción de censura en ambas cámaras. La razón de esta movida son las supuestas falencias de la cartera en respuesta al aumento de las masacres en los últimos meses y los excesos de la Fuerza Pública de las últimas semanas que llevaron a la muerte de cerca de 15 personas, entre las que figuran Javier Ordóñez y Juliana Giraldo. Aunque se salvó de un debate de control político en Senado “con vocación de moción de Censura” que estaba programado para este martes, desde Cámara se anunció que harán la misma solicitud en los próximos días.

Sin duda es uno de los momentos más difíciles de la vida política de Trujillo García, una carrera que comenzó hace más de 30 años en Cali, bajo la batuta de su padre, Carlos Holmes Trujillo Miranda. Este último fue el líder de una de las facciones liberales más importantes del Valle del Cauca y del sur del país, conocida como Revitalización Liberal o holmismo. El actual ministro de Defensa creció en una casa donde la política era el pan de cada día. En 2019, en diálogo con este periódico, el funcionario recordó que el primer contacto con este mundo fue en la biblioteca de su progenitor, “a donde iba a escuchar las conversaciones de él con sus amigos, especialmente sobre política y derecho penal internacional”.

Carlos Holmes padre fue uno de los electores importantes del Valle del Cauca, a pesar de su disputa con Gustavo Balcázar, el otro gran liberal vallecaucano de la segunda mitad del siglo XX. Trujillo Miranda alcanzó durante su vida un importante capital electoral que no solo lo llevó a ganar 19 elecciones (seis al Concejo de Cali, cuatro a la Asamblea del Valle, ocho al Senado y una a la Cámara de Representantes) sino que le permitió ser embajador en Japón, Alemania Occidental y la Unión Soviética. El patriarca de la familia Trujillo García fue la inspiración para que sus dos hijos, Carlos Holmes y José Renán, dedicaran su vida a lo público y político. “Tenían un culto casi sagrado por su papá”, comenta un dirigente liberal que conoció a los dos Trujillo García en sus inicios políticos.

Sin embargo, desde un principio la inclinación de Carlos Holmes Trujillo ha sido más hacia al servicio público, como lo comenta el mencionado anteriormente: “Realmente el más político ha sido José Renán. Carlos Holmes ha sido un servidor público, más que un político”. Bajo ese enfoque, el hoy funcionario del gobierno Duque estudió derecho en la Universidad del Cauca y luego alistó maletas para irse a Japón. Allí se especializó en negocios internacionales de la Universidad de Sofía y fue cónsul y encargado de negocios internacionales durante los gobiernos de Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay, justo en el momento en el que el país nipón tenía una de las economías que más crecía en todo el mundo.

A su regreso al país, en 1983, participó de la alcaldía de Julio Riascos en Cali y fue vicepresidente de Fedemetal, por petición de Carlos del Castillo. Este fue uno de los pocos pinos en el mundo privado de Trujillo García, pues de allí pasaría a ser el primer alcalde por elección popular de la capital del Valle del Cauca. Como lo comenta Andrés Felipe Murillo, en sus tesis “La diáspora del castillo de cristal: Las disputas faccionales y la hiperfragmentación del partido liberal”, la candidatura de Carlos Holmes Trujillo enarboló las banderas de su padre y sirvió para unir al holmismo, el balcarcismo, y las otras facciones liberales del Valle para sacar a un solo candidato que garantizara ganarle a los conservadores la alcaldía de Cali.

Según recuerda Trujillo García, su alcaldía estuvo marcada por el afán de que solo eran dos años de mandato y tocaba sacar el plan de gobierno en ese estrecho margen. Su administración es recordada por varias siglas de su autoría: como los CALI (Centros de Atención Local e Integral), SUYO (Servicio Unificado y Oportuno), entre otros. Asimismo, fue uno de los miembros fundadores -con Andrés Pastrana- y primer presidente de la Federación Colombiana de Municipios. Sobre este mandato, el exgobernador del Valle Francisco Lourido destacó que Trujillo García “trabajó de frente y muy fuertemente en el distrito de Aguablanca. Esta era una laguna y hubo muchas labores para recuperar y hacer del distrito la segunda Cali. Le deben mucho a los inicios de alcantarillado y de infraestructura”.

Faltando pocos meses para terminarse el periodo como alcalde, Carlos Holmes Trujillo padre murió en un accidente doméstico, justo el mismo día en el que su movimiento venció a Gustavo Balcázar como principal fuerza política del Valle del Cauca. Según Trujillo hijo, este hecho lo llevó a renunciar a la alcaldía faltando pocos meses para el final de su mandato. Sin embargo, pasó al poco tiempo al gobierno de César Gaviria. Primero como embajador de misiones especiales ante la Asamblea de las Naciones Unidas y luego como parte de los liberales que llegaron a la Asamblea Constituyente. Una peculiaridad de este proceso es que, según un constituyente consultado, Trujillo fue el artífice de que el alcalde sea la primera autoridad de la Policía en su municipio.

Tras firmarse la nueva constitución, el mayor de los Trujillo pasó al Ministerio de Educación, donde lideró la reforma al sector. Fue tanto criticado como aplaudido por sus intentos reformistas, que en un principio buscaron acabar con la educación religiosa y privada, pero que al final fue mucho menos extrema. En el gobierno de Ernesto Samper pasó a ser alto comisionado de paz. Cercanos a esta administración le expresaron a este diario que les sorprende las actuales posiciones de Carlos Holmes Trujillo, cuando fue él uno de los creadores de la política de paz de dicho Gobierno e hizo los primeros contactos con las Farc para negociar, sobre todo con el ala joven de ese momento, liderada por Raúl Reyes y Alfonso Cano.

Sobre este punto, el expresidente Ernesto Samper se limitó a decir al ser cuestionado por su antiguo funcionario: “Me gustaba más Carlos Holmes con la camiseta de la paz que el uniforme de la guerra”. En este Gobierno también fue embajador ante la OEA y ministro del Interior, en reemplazo de Horacio Serpa. A este último cargo renunció en enero de 1998 para no inhabilitar a su hermano en sus aspiraciones al Senado. Desde entonces su carrera se centró en el sector diplomático, siendo embajador desde el gobierno de Andrés Pastrana hasta en el primer año de Juan Manuel Santos, solo tuvo un pequeño paréntesis en 2003, cuando se lanzó a la gobernación del Valle del Cauca -fue derrotado de forma aplastante por Angelino Garzón-.

Desde 2006 hasta 2011 estuvo en Bruselas, como embajador ante Bélgica y ante la Unión Europea. Sin embargo, el entonces presidente Santos lo reemplazó con Rodrigo Rivera. El regreso de Carlos Holmes Trujillo al país coincidió con los orígenes del Centro Democrático, colectividad a la que entró tras su desilusión del partido Liberal. Algunos cercanos comentaron a este diario que hablaron con el hoy ministro y le advirtieron de la línea ideológica del naciente partido, pero este habría dicho que se mantendría en los principios democráticos que siempre había predicado. Trujillo fue precandidato presidencial en 2014, con Óscar Iván Zuluaga. Luego pasó a ser fórmula vicepresidencial de este último

Tras la derrota en segunda vuelta en contra de Santos, Trujillo se dedicó a la docencia en la Universidad del Rosario y a cimentarse al interior del Centro Democrático. Incluso, este mismo reconoció en distintas entrevistas que hizo parte de las discusiones sobre el plebiscito para refrendar los acuerdos de paz de la Habana en la colectividad. Primero, su bandera fue la abstención y luego apoyó el No. En 2018 se presentó nuevamente como precandidato, pero esta vez fue derrotado por Iván Duque, que se convertiría en presidente. Precisamente en este gobierno ha ocupado dos importantes plazas para el enfoque del gobierno actual: la Cancillería y el Ministerio de Defensa.

El nombramiento como canciller, en 2018, fue recibido con esperanza por la oposición, tal como lo comenta el senador Luis Fernando Velasco: “cuando llegó a la cancillería pensamos que era el hombre ideal para tratar de aclimatar un entendimiento con diferentes sectores, por sus inicios como socialdemócrata. Pero hemos visto que no es así”. Otra postura tiene el exdirector de Migración Colombia Christian Krüger, que señaló que el ministro Trujillo siempre estuvo dispuesto al diálogo e incluso a escuchar a los que venían del pasado gobierno, como él. Asimismo, destacó la articulación conjunta de la política para recibir a venezolanos en el país y sus posturas frente al régimen de Nicolás Maduro, expresadas en la declaración de Lima, que lideró Trujillo.

La labor de Carlos Holmes en la Cancillería fue de matices. Mientras fue aplaudida por liderar las acciones contra el régimen Maduro, también recibió amplias críticas, incluso del embajador en Estados Unidos, Francisco Santos. “Carlos (Holmes Trujillo) no hizo nada. No tenía una estrategia”, dijo Santos a la actual canciller, Claudia Blum, en una conversación personal que se filtró a la prensa. Para Martha Ardila, docente del Externado, con Carlos Holmes Trujillo las relaciones internacionales se redujeron a Venezuela y Estados Unidos, dejando a un lado la agenda multilateral de Santos. Además, señaló que la relación con el gobierno norteamericano volvió a regirse por la narcotización. Sin embargo, destacó su trabajo para que el servicio diplomático fuera compuesto en mayor medida por embajadores y cónsules de carrera.

El paso de Carlos Holmes Trujillo al Ministerio de Defensa, en reemplazo de Guillermo Botero, tampoco ha estado libre de controversia, sobre todo en los últimos días. Por un lado están los cercanos al Gobierno, como el representante Gabriel Jaime Vallejo, que resaltó que es “el que más confianza le brinda al Gobierno y al sector político. Es leal al presidente y ha demostrado grandes resultados en la lucha contra el narcotráfico”. El funcionario también fue elogiado por almirante David Moreno, viceministro de Defensa. Este aseguró que el actual ministro el hombre “que más conoce el país” y lo destacó por su cercanía con los distintos comandantes de la Fuerza Pública.

Una opinión muy distinta tiene la oposición. Por ejemplo, el senador Velasco reconoció la disposición para dialogar del actual ministro, pero también recalcó que su transformación hacia la derecha y un posible deseo de aspirar a las presidenciales de 2022 “han hecho que tenga posiciones que generan distanciamiento”. De forma más fuerte, el senador Jorge Enrique Robledo señaló a Carlos Holmes Trujillo de engañar al país al decir que el Senado había aprobado el paso de tropas estadounidense en el país, cuando no fue así, y rechazó que fuera un demócrata, como ha sido reconocido históricamente. Actualmente las visiones sobre el ministro de Defensa son bastante dispares y estas dos miradas tan opuestas se enfrentarán en el Congreso ante el intento de moción de censura de la oposición. ¿Logrará salir indemne?

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Luis(14946)01 de octubre de 2020 - 12:52 p. m.
giro a la dercha ?? como gira a la derecha desde la derecha ? le estan preparando la candidatura a este oscuro personaje ? su padre junto con el politiquero BAlcazar fueron los grandes clientelistas que vivian de los salarios de los empleados públicos en las entidades que ellos explotaban sin misericordia
Alberto(3788)29 de septiembre de 2020 - 04:21 p. m.
Siempre medrando del presupuesto, siempre viviendo y gozando a su costa. El giro no es a la derecha, es la consolidación de una tiranía mafiosa y fascista.
Periscopio(2346)29 de septiembre de 2020 - 01:54 p. m.
La primera de las reformas proyectadas por el gobierno del narcoparaco (a control remoto, desde su "prisión") es convertir el ministerio de defensa en ministerio de las autodefensas. Lo que mas sorprende es que Rito Alejo del Rio no haya sido designado como ministro de defensa, es decir de las autodefensas AUC, (Alvaro Uribe Comandos).
  • Periscopio(2346)29 de septiembre de 2020 - 01:56 p. m.
    Lo que extraña es que el matarife aún no haya designado al siniestro Rito Alejo del Rio como ministro de defensa.
Édgar(47493)29 de septiembre de 2020 - 01:37 p. m.
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Francisco(82596)29 de septiembre de 2020 - 01:02 p. m.
Hola, amigos. Da la impresión de que el uribismo todo lo contamina. En el caso de este ministro, su cronografía resalta algunas cosas positivas que parece haber perdido en su contacto y defensa de los intereses del CD.
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