El factor Uribe y su incidencia política: ecos de la indagatoria al expresidente

Hubo marchas a favor y en contra. En redes sociales, el debate entre seguidores y opositores fue enconado. El Congreso hizo un alto en sus labores, atento al desarrollo de la diligencia en la Corte Suprema.

-Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)
09 de octubre de 2019 - 05:12 a. m.
El expresidente Uribe a su llegada el martes a la Corte Suprema. / Cristian Garavito - El Espectador
El expresidente Uribe a su llegada el martes a la Corte Suprema. / Cristian Garavito - El Espectador
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Ni en los peores días del plebiscito para refrendar el Acuerdo de Paz el país se vio tan polarizado. El llamado a indagatoria al expresidente y hoy senador Álvaro Uribe, por parte de la Corte Suprema de Justicia, ha desatado las pasiones de un pueblo que transpira política por estos días de campaña para elegir nuevas autoridades locales y regionales. Y ha sido tan fuerte que, a pesar de que el país atraviesa la recta final de las elecciones, el mundo político se paralizó para ver, por primera vez en la historia de Colombia, que un exmandatario se sienta en el banquillo a dar explicaciones de sus actos.

Desde muy temprano, antes de la llegada de Uribe al Palacio de Justicia, en el centro de Bogotá, seguidores del exmandatario se agolparon en las calles aledañas para expresarle su apoyo. Entre quienes acompañaron al líder del Centro Democrático en su ingreso a la indagatoria estuvieron los representantes a la Cámara Juan Manuel Daza y Álvaro Hernán Prada —citado para el próximo miércoles ante la justicia por los mismos hechos—, y el senador Jónatan Tamayo, conocido como Manguito. Sobre la acera, una monja con megáfono en mano defendía al expresidente y se robaba la atención de los presentes. “Lo persiguen porque él es un hombre inteligente. El doctor Álvaro Uribe Vélez que viva, que viva, que viva”, gritó con pasión la religiosa, identificada horas después como la hermana Adriana. Posteriormente, centenares de seguidores del uribismo se concentraron en el Parque Nacional, donde había una tarima instalada dispuesta para los discursos.

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En contraste, a las inmediaciones del Palacio también arribaron opositores, que se agolparon en la calle 12 con carrera Séptima, donde había desplegado un fuerte dispositivo de seguridad integrado por agentes de la Policía Nacional y miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad). Allí mostraron pancartas que reclamaban por los mal llamados falsos positivos y carteles con los que pedían “juicio y castigo” para el exmandatario. Sobre las 2:30 de la tarde, la lluvia empezó a arreciar, sin embargo, los manifestantes permanecieron, muchos debajo de paraguas y capas, gritando arengas contra el senador. Desde un lado, quienes apoyaban al líder político coreaban: “Uribe, Uribe, Uribe”. Del otro se escuchaba: “Asesino, asesino, asesino”. En al menos dos ocasiones hubo intentos de disturbio, que fueron controlados por la Fuerza Pública.

El Congreso de la República, a pocos pasos de donde se llevaba a cabo la diligencia judicial, estaba muerto. El mundo político parecía concentrado en lo que sucedía en el edificio del frente. Los pocos congresistas que recorrían los pasillos del Capitolio eran de la oposición y estaban atendiendo la agenda en la sesión exclusiva sobre el Presupuesto General de la Nación, en la que estaba el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. En Senado, la plenaria había sido convocada para las 10:00 de la mañana, pero fue levantada y citada para el próximo martes.

Las redes sociales también se convirtieron en campo de batalla, y ni el fútbol ni el arte quedaron a salvo de este terremoto político-judicial que se ha formado. El exfutbolista Faustino Asprilla se puso la camisa del uribismo y difundió un video a favor del expresidente muy a su estilo: “Apoyar a @AlvaroUribeVel es un acto de responsabilidad social. Fue quien le devolvió la fe y la esperanza a un pueblo que estaba rodeado por la criminalidad. Guerrilleros y paramilitares fueron arrinconados luego de años de someter a Colombia”, trinó.

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La respuesta vino por los lados del cantante de Chocquib Town, Tostao, quien le contestó con tono irónico: “No jodás Fausto!! ¿Y todos los muertos que puso para hacerte creer a vos que había esperanza? ¿Esos inocentes qué?”. El cruce de mensajes los convirtió en tendencia a ambos en Twitter y, como era de esperarse, en la conversación terminaron metidos los políticos. Por ejemplo, el senador Gustavo Petro intercedió a favor de Tostao y acusó al Tino Asprilla de pensar como un “blanco esclavista” siendo afro. A lo que el exfutbolista contestó con indignación: “La emancipación de un pueblo es no dejarse esclavizar por las nuevas ideologías del socialismo de siglo XXI. Atizar el fuego del racismo por yo ser negro es racista. Yo también pienso, y no como los blancos comunistas”.

De igual forma, el Congreso fue la representación del ambiente social. A pesar de que los martes son casi el único día en el que se está sesionado, dada la proximidad electoral, el de ayer fue un día atípico. Las sesiones de la mañana se cancelaron por ausentismo y los legisladores solo querían hablar del llamado a indagatoria. El Centro Democrático cerró filas en torno a su creador y “presidente eterno”, mientras la oposición se dispuso alrededor del senador Iván Cepeda, del Polo, quien es, a fin de cuentas, el que tiene al expresidente respondiendo ante los estrados judiciales.

Con los ánimos crispados, el gobierno del presidente Iván Duque también tomó partido. Primero, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, afirmó que marchar en apoyo del exmandatario no es, en ninguna circunstancia, una manera de presionar a la justicia y que, por el contrario, es el apoyo que Uribe necesita de la ciudadanía. Con mucho menos tacto expresó su respaldo el embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, quien escribió en Twitter: “Amanezco con dolor de patria. Álvaro Uribe en indagatoria frente a una Corte Suprema con cartel de la toga a bordo y con congresistas de las Farc como peces en el agua. El mundo está al revés”, escribió, aunque después borró su trino.

También participó de la coyuntura el propio presidente Duque, quien se refirió a la importancia de Uribe, al fin y al cabo quien lo llevó al poder: “Quiero referirme desde un espacio humano. He tenido la ocasión de conocer en la vida Álvaro Uribe Vélez y tengo claro que es una persona que ha entregado su vida para servirle a Colombia, que ha trabajado como pocas personas por el bienestar del país todos los días de su vida. Una persona que durante su gobierno enfrentó la criminalidad con verticalidad y con compromiso, una persona que además ha trabajado por la población más vulnerable de nuestro país. Si ustedes me preguntan yo resumo a Álvaro Uribe Vélez en una palabra: honorabilidad”, afirmó el jefe de Estado.

Las expresiones a favor y en contra de Uribe no pueden dejar de enmarcarse dentro de una realidad inevitable: la indagatoria llega en la recta final de una durísima campaña por el poder en las regiones e inevitablemente la suerte del hoy senador influye en el resultado electoral. Lo dijo con preocupación la senadora María del Rosario Guerra cuando se supo de la citación ante la Corte Suprema. “Llama la atención que citen a indagatoria al expresidente Uribe 20 días antes de las elecciones a asambleas, gobernaciones, alcaldías y concejos”, escribió la congresista del Centro Democrático en agosto, dando a entender que la Corte estaba interviniendo en política.

Es de recordar que la campaña que terminará el 27 de octubre ha girado, nuevamente, entre uribismo y antiuribismo. Que en redes sociales se han viralizado videos en los que Uribe es recibido en las regiones con todos los honores y otros donde ha sido abucheado e insultado hasta el momento en que se retira. Se ha vuelto común por estos días ver un escenario de exaltación en el que aparecen videos donde uribistas y antiuribistas se enfrentan, convirtiendo el mundo y a quienes lo habitan en una representación sin matices, que solo se puede leer en blanco y negro.

Por -Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)

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