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A la cuenta regresiva del gobierno de Juan Manuel Santos le quedan solo tres meses por marcar, y los balances y resultados de su gestión de ocho años ya comienzan a aparecer como concluidos en el panorama. Entre ellos, el de la infraestructura.
Este viernes, durante el foro la Revolución de la Infraestructura, el primer mandatario destacó que, quien tome su cargo y ocupe por los próximos cuatro años la Casa de Nariño, no encontrará “la olla raspada”. “No vamos a dejar al próximo gobierno amarrado o hipotecado. Todo lo que está hacia adelante en materia de concesiones de cuarta generación está garantizado con vigencias futuras. Ya la plata está”, señaló.
Además, puso como ejemplo las administraciones de sus antecesores, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe. “Pastrana le dejó a Uribe el 6% del PIB amarrado, en vigencias futuras, en este frente del transporte. Uribe me dejó a mí el 5.5% del primer cuatrienio, amarrado. Y yo le voy a dejar al próximo presidente el 2.5%, menos de la mitad de lo que Pastrana le dejó a Uribe, y Uribe le dejó a este servidor”, indicó. Según el presidente, esto le dará al próximo mandatario un margen de maniobra amplio.
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Por otro lado, el jefe del Estado expuso los logros alcanzados durante su administración. Mencionó que el país ahora cuenta con 1.360 kilómetros de dobles calzadas, y, según aspira Santos, el 7 de agosto contará con 1.400. Con esto, se tendrá construido “el doble de lo que el país tenía en toda su historia en materia de dobles calzadas”. Además, resaltó que han sido construidos 470 puentes y viaductos, entre ellos el de la Ciénaga de la Virgen, que es el más largo de Latinoamérica, y que se están construyendo 640 más. En su gobierno, han sido también concluídos 65 túneles y más de 40 mil kilómetros de vías secundarias y terciarias.
“El país había descuidado durante muchísimos años la infraestructura. Colombia era uno de los países más atrasados en esta materia. Por eso una de las condiciones para realizar la Revolución de la Infraestructura era la paz, además, se necesitaba una institucionalidad firme y una economía sólida”, dijo el presidente. “Estamos entregando un país diferente al que recibimos hace ocho años”, concluyó.
Por su parte, el ministro de Transporte, Germán Cardona, recordó que, así como se desarrolló "una revolución institucional para la gran transformación de la infraestructura física", al mismo tiempo se tuvo que "reconstruir gran parte de las vías del país luego de una tragedia invernal que afectó a buena parte del territorio nacional”. Además, reiteró que el objetivo final de la Revolución de la Infraestructura es fortalecer la competitividad para acercar a las regiones, “lo que permitirá reducir costos, salir al mundo y unir a los colombianos”.
Cardona aseguró que se dejarán estructurados y financiados proyectos para el gobierno que llegue el próximo 7 de agosto, como el Metro de Bogotá, el Regiotram (Tren de cercanías para Cundinamarca), el aeropuerto el Dorado 2, así como el proyecto conexión Pacífico-Orinoquía y la Ferropista.