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Este miércoles culmina el sexto ciclo de negociaciones entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), el último a manos del mandatario saliente, Juan Manuel Santos. Aunque desde el inicio de los diálogos de paz estuvo claro que un acuerdo final entre ambas partes quedaría bajo el liderazgo del próximo presidente, lo cierto es que, por lo menos, se esperaba pactar un cese al fuego bilateral antes de que Santos abandonara la Casa de Nariño.
Precisamente, esa fue una de las prioridades en la agenda del ciclo que hoy termina y que comenzó el pasado 2 de julio en La Habana, Cuba. Sin embargo, y a pesar de los avances a su alrededor, el martes en la noche Pablo Beltrán, jefe de la delegación de la guerrilla, aseguró que quedará como una tarea pendiente para concluir junto a Iván Duque, que se posesionará el próximo 7 de agosto.
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"El gobierno saliente deja trazos gruesos, y la implementación y la firma del nuevo cese bilateral se hará con el gobierno entrante", dijo Beltrán en entrevista con la agencia AFP. “Estamos cerrando el ciclo. Las dos partes hacemos un llamado al gobierno entrante para que retome el proceso y abra un séptimo ciclo, esa es una de las conclusiones. Estamos finiquitando un cese al fuego bilateral y unos diseños de un gran diálogo nacional”, agregó, explicando que hasta un 80% de un posible cese al fuego “está confeccionado”.
A su vez, aseguró que este sería un alto al fuego temporal, como el que se tuvo del 1 de octubre de 2017 al 9 de enero de este año. “No será el del fin de la negociación porque estamos en el punto uno y son seis”, explicó. “Ahora hemos tratado de que tenga elementos más precisos y el gobierno propone otros. Allí hay puntos de desacuerdo. Pedimos que este cese contemple acuerdos que lleven un alivio humanitario”.
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Por su parte, Rodrigo Rivera, alto comisionado para la Paz, aseguró que lo que espera, de lograrse dicho pacto, es que “sea verificable y que evite los ruidos del cese anterior que se dieron como consecuencia de que ambas partes teníamos entendimientos muy distintos sobre algunos temas sustanciales”, dos de ellos, por ejemplo, fueron el secuestro y la limitación de las operaciones militares.
Las delegaciones anunciaron que en las próximas horas ofrecerán un balance sobre lo alcanzado en este ciclo. “Tenemos la tranquilidad de que si anunciamos el cese al fuego es porque pudimos llegar a un acuerdo en temas sustantivos que le dan tranquilidad al país, a la opinión pública, a las comunidades, y verificable para la ONU y la Iglesia. Si no lo alcanzamos, por lo menos sí habrá avances muy sustantivos que nos permitirá entregarle un legado responsable al próximo gobierno”, señaló Rivera.
Sin embargo, el ambiente es aún hostil entre el Eln y el futuro mandatario. Recientemente, el jefe negociador del la guerrilla aseguró que la transición hacia el nuevo gobierno representa una serie de cambios en “las reglas del juego”. “La mesa ha quedado atrapada entre un gobierno que se va y un gobierno que llega, que eso sería algo normal. Lo que pasa es que el signo del que llega amenaza con desconocer lo que se traía y lo que se había avanzado, entonces esa incertidumbre es muy fuerte”, expresó.