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La paz no es completa si no participa el Eln. Esa ha sido una de las insistentes consignas que ha defendido el Gobierno para no desfallecer en sus intentos por negociar la paz con el segundo grupo guerrillero más grande de Colombia, después de las Farc. Por eso, la de este martes no es una noticia más. Se trata del inicio de la fase pública de conversaciones de paz y que, de concluir con éxito, podría decirse que el presidente Juan Manuel Santos cerrará con broche de oro su segundo mandato, el año entrante.
Sin embargo, el inicio de los diálogos con el Eln ha estado marcado por un sinnúmero de tropiezos que dibujaban un nuevo fracaso en los intentos por firmar la terminación del conflicto armado con el grupo guerrillero. Por eso, varias voces intentaron mediar para no echar al traste la fase exploratoria que se dio con los jefes ‘elenos’. Desde la iglesia católica, pasando por la sociedad civil y hasta dirigentes políticos se ofrecieron como mediadores para facilitar el diálogo.
Este lunes, y luego de la liberación del soldado Fredy Moreno Mahecha, quien fue secuestrado por esa guerrilla en Arauca, surgió la propuesta del gobernador del departamento, Ricardo Alvarado, de interceder en aras de abrirle campo a espacios que mejoren los diálogos de paz con esa guerrilla, que arrancan este martes en Quito (Ecuador).
“La única posibilidad que hay con el Eln es la de generar espacios de diálogo, y me pongo a disposición para facilitar esos puntos de encuentro, con el fin de acelerar el diálogo. Estoy dispuesto a hacerlo y no desmallaré en ese propósito”, señaló el mandatario regional, tras producirse la liberación del uniformado Moreno Mahecha en el departamento.
Sin embargo, no será un proceso fácil. La guerrilla aún se niega a renunciar a esa práctica y lo ha dicho públicamente. Es cierto que la condición principal que las partes de la mesa han dejado clara -como ocurrió con las Farc, en Cuba- es la de dialogar en medio del conflicto, pero mientras esas conversaciones avanzan, la realidad es que la guerra seguirá dejando más víctimas. “Pero también es cierto que en ninguna parte del mundo las guerras internas han ganado sometiendo a la fuerza al otro”, señaló el gobernador.
Eso sí, la posición del Estado es la de no claudicar en sus intentos por hacer la paz, pero tampoco cederá espacios para que los grupos armados ilegales se aprovechen y sigan delinquiendo. “Evidentemente, celebramos (la liberación de Moreno Mahecha), pero no podemos celebrarlo como el triunfo de que nos entreguen. El peor delito que tiene la humanidad es el del secuestro”, puntualizó el gobernador.
Dependiendo de cómo arranquen las conversaciones de este martes, se podrá avizorar el futuro que le espera a la paz del país. Lo importante es que la misma sociedad contribuya a ambientar el camino para recibir a quienes tomen la decisión policía de cambiar las armas por los votos.