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Era prácticamente predecible que Cuba sería escogido como el país anfitrión por las delegaciones de paz del gobierno y de la guerrilla del ELN para continuar la ronda de conversaciones. Desde un principio, las partes habían acordado instalar una especie de mesa itinerante que permitiera desarrollar los ciclos de diálogos de paz en los países garantes y acompañantes en este proceso: Brasil, Noruega, Chile, Cuba, Venezuela y Ecuador. Este último fue el primero en acoger los diálogos cuando, en febrero de 2017, se instaló la mesa formal de conversaciones la cual no ha estado exenta de graves crisis que han dejado en duda la credibilidad de lo que se ha venido negociando.
(Lea: La Habana, Cuba, será la nueva sede de los diálogos de Paz con el Eln)
A eso, se ha sumado la cada vez más preocupante situación fronteriza entre Colombia y Ecuador por la presencia de bandas criminales dedicadas, particularmente, al narcotráfico y la amenaza cada vez mayor en la que se han convertido las disidencias de las Farc. Esa fue, hecho, la razón que llevó al presidente del vecino país, Lenín Moreno, a retirar a Ecuador de su calidad de país garante y de sacar, de inmediato, la ‘mesa de Quito’ que se venía desarrollando allí. El detonante, como se sabe, fue el asesinato de los tres periodistas ecuatorianos del diario El Comercio a manos de alias ‘Guacho’, jefe de una de las disidencias de las Farc.
De modo que, la decisión de trasladar los diálogos a Cuba se dio más como una consecuencia obligatoria que cualquier otra cosa. Pero, aún así, las partes se sentarán nuevamente a dialogar en la sede que ahora se muda a La Habana. Situación que no es ajena ni para ese país, ni para el gobierno ni tampoco para el grupo guerrillero, como lo dijo Humberto de la Calle, exjefe de la delegación de paz del gobierno para los diálogos de paz con la hoy desarmada guerrilla de las Farc, tras reconocer en Cuba un país que ofrece todas las garantías para desarrollar este tipo de procesos. “Es una buena decisión, y lo digo por mi experiencia personal. Es un país que brinda garantías, con una diplomacia muy profesional que mantiene la distancia y no interfiere”, señaló.
(Lea: Los procesos de paz con el Eln)
Pero no es ajena no sólo por el hecho de que allí se desarrollaron, por cuatro años, las conversaciones entre las Farc y el gobierno. Sino porque Cuba ya había recibido al ELN en un intento de diálogos formales durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez que tuvo avances importantes y errores, por supuesto, tal vez heredados de las aproximaciones que tuvo en principio el expresidente Andrés Pastrana con ese grupo guerrillero, durante su mandato (1998-2002).
Así empezaron los conctactos entre el gobierno Uribe y el ELN
Los contactos entre la guerrilla y el gobierno con la intermediación de Cuba se remontan a 1999, cuyos acercamientos llevaron al gobierno de Pastrana a autorizar la creación de una zona de encuentro en el sur de Bolívar. En esa época, también había países garantes y, además de la isla de los hermanos Castro, participaron España, Francia, Noruega y Suiza. Sin embargo, esos acercamientos no prosperaron, entre otras, porque el exmandatario conservador concentró todas sus energías y su capital político en las conversaciones fallidas con las Farc. Decidió, entonces, suspender cualquier acercamiento.(Lea: Proceso de paz con el Eln, en jaque)
Pero el gobierno de Álvaro Uribe, sucesor de Pastrana, aprovechó el escenario para hacer lo propio. Y en 2002, el alto comisionado para la paz de la época, Luis Carlos Restrepo, se aventuró a nuevas conexiones exploratorias en Cuba. Acercamientos que, en todo caso, le costarían años antes de lograr sus primeros frutos, porque fue en 2005 que se comenzaron a materializar los primeros hechos que permitirían desarrollar los diálogos en Cuba. Ese año, el entonces Uribe autorizó la salida de la prisión de Gerardo Bermúdez Sánchez, alias ‘Francisco Galán’, exdirigente guerrillero del ELN. Era el portavoz de la guerrilla y su salida sería por un periodo de tres meses, prorrogado después por un término igual.
Durante las exploraciones, ya se había discutido la necesidad de firmar una negociación de paz en el exterior. Por eso, la salida de ‘Galán’ se hacía fundamental pues, con su ayuda, se logró un acuerdo con el ELN para llevar a cabo exploraciones formales en Cuba, con el acompañamiento de Noruega, España y Suiza. Dicho acuerdo se denominó “Mesa de Acercamiento en el Exterior” y el primer encuentro en La Habana se dio en diciembre de 2005. Al poco tiempo, se les concedió también el rol de interlocutores de la guerrilla a alias ‘Antonio García’ y ‘Ramiro Vargas’ lo que les permitía viajar sin la amenaza de ser capturados.
En desarrollo de esas conversaciones se propusieron amnistías, la participación de la sociedad civil en el proceso de paz –como hoy-, cese bilateral del fuego y hostilidades, entre muchos otros elementos. Sin embargo, fue este último el que comenzó a deteriorar la mesa de conversaciones entre el gobierno Uribe y el ELN. El meollo estaba en que las partes no se pusieron de acuerdo en la forma en la que se concentrarían los guerrilleros, ni dónde ni mucho menos quién haría la veeduría respectiva. La firme postura del gobierno no le gustó a la guerrilla pues esta veía una especie de rendición su accedía a localizarse en puntos específicos, con las coordenadas fijadas por e Ejecutivo y con los nombres exactos de las personas que se iban a concentrar.
Venezuela, y con la mediación del presidente de entonces, Hugo Chávez, intentó destrabar la mesa sin mayor éxito, menos aún, con las relaciones cada vez más deterioradas entre Uribe y su homólogo venezolano. La última vez que se reunió la mesa de conversaciones fue, entonces, en 2007 en La Habana, dejando tras de sí años de aproximaciones sin frutos y ese mismo año, el ELN manifestó públicamente que no consideraba útil seguir dialogando con el gobierno.