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Por primera vez en la historia, o por lo menos en los pasados 20 años en los que se empezó a hablar de cuotas de género y paridad en el país, un proyecto que incluye dicho principio llega a su último debate en el Congreso. Los ojos están puestos en el Senado que ahora discute el Código Electoral que, aunque es un proyecto grueso que determina nuevas reglas de juego a nivel de comicios, también introdujo la paridad como una deuda con la participación política efectiva de las mujeres.
Tanto es el compromiso que ayer el registrador Alexánder Vega se paró ante la plenaria del Senado, antes de que se votara la ponencia para comenzar la discusión, a rendir un informe del trámite del proyecto en el Congreso y el tema de la paridad fue el primer punto que enumeró como uno de los grandes logros y consensos de los parlamentarios.
“Creo que este artículo (paridad) está concertado en la Cámara y es una gran oportunidad para las mujeres, la paridad de género en el campo de la política ya está en el mundo, listas cremalleras, paridad en los gabinetes, creo que es una deuda moral que le tenemos a las mujeres, tal vez digan que va a haber más relleno de mujeres, yo confío en que las fuerzas políticas van a dejar de ver este artículo como algo peyorativo, de que las mujeres son un relleno, y las van a poner a trabajar para que verdaderamente hagan una actividad política”, dijo Vega.
A su voz se han unido otras, como la magistrada del Consejo Nacional Electoral, Doris Méndez, que se ha movido en foros y en eventos para compartir la importancia de introducir la exigencia que las listas a corporaciones públicas estén conformadas por 50-50.
“Hoy es el gran día de nosotras, tenemos la oportunidad de seguir haciendo historia, hoy la decisión está en manos del Senado, necesitamos más mujeres en la política para lograr una mayor participación en cargos de elección, necesitamos la paridad, pues esta será un gran logro de la democracia, en la que se tenga en cuenta, de manera efectiva y real, a las mujeres del país para la actividad política, todos estamos llenos de energía porque sabemos que es el día, es paridad ya”, dijo.
Y no es descabellado tachar la jornada de histórica porque, como se dijo, es la primera vez que un proyecto que recoge la paridad llega tan lejos en el Congreso, porque la Ley 1475 de 2011 (Ley de Cuotas) no fue suficiente para impulsar de manera efectiva la representación de las mujeres y, en cambio, representó un techo de cristal para que los partidos cumplieran con una cuota y ya. Tampoco los resultados fueron los más prometedores, pues, aunque en 2014, después de entrada en vigencia la ley, se registró el mayor número de mujeres elegidas (56) y cuatro años después ese número, en vez de crecer, disminuyó.
Y pese a que se esperaba llegar a una cuota del 30% de mujeres electas (la ley establece que el 30% de las listas deben estar conformadas por el género minoritario, pensando en las mujeres), al parecer a nivel material no se logra romper el techo del 20%. Y tras intento por intento y fracaso por fracaso, este año, además del gran consenso del Código Electoral, en la ecuación se sumó una campaña ciudadana feminista que ha hecho control, seguimiento y presión a las discusiones sobre paridad.
“Desde la campaña Paridad YA estamos comentadísimas y muy emocionadas con lo que va a pasar hoy, sabemos que es un paso que es totalmente insuficiente, que está incompleto, que le faltan muchas cosas. La votación de la semana pasada en la Cámara de representantes nos dejó bastante asombradas y hablamos con algunos y algunas congresistas y no creían que iba a pasar el tema de paridad y estamos pendientes de lo que pueda pasar en Senado. Nos preocupan proposiciones como las del senador Carlos Meisel con la que exige que las aspirantes hayan presentado solicitud de aval ante la Ventanilla Única”, dijo Juliana Hernández, directora de Artemisas y parte de la campaña.
Esto representa en una barrera para la participación política como candidatas y, de acuerdo con Hernández, preocupa que se presenten propuestas como estas, al igual que la se radicó en Cámara la semana pasada con la que se pretendía poner un máximo de 50% de mujeres candidatas.
En cuanto a lo que falta, explica la directora de Artemisas, está la alternancia, es decir, que las listas estén conformadas hombre y mujer o mujer y hombre; que sean universales, o sea, que aplique para todas las circunscripciones nacionales y no solo para las que eligen cinco o más curules; que haya un compromiso en cuanto a la financiación de esas candidaturas femeninas, así como una acción contra la violencia política.
Las cartas están sobre la mesa, hay una proposición del senador Roy Barreras que busca asegurar la alternancia, mientras que otras pretenden ampliar las circunscripciones para que no sean solo las que eligen cinco curules, sino cuatro. El Senado tiene la última palabra y los ojos están puestos en él y su capacidad de responder al momento histórico en el que la sociedad llama a que declare la paridad ya.