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En un fuerte comunicado de prensa, los profesores del Seminario Permanente por la Universidad Nacional manifestaron su inconformismo y dijeron “estar hastiados de las mentiras para alimentar odios y persecuciones”. La carta la enviaron, después de que el expresidente Álvaro Uribe Vélez se fuera lanza en ristre contra el profesor Mauricio Archila, después de que creyera que este era uno de los comisionados recién nombrados para la Comisión de la Verdad.
En su cuenta en Twitter, tribuna constante del expresidente y donde ha hecho declaraciones en el pasado de las que se ha tenido que retractar, Uribe escribió el pasado jueves, después de que se conocieran los nombres que integrarían la Comisión de la Verdad, que “los escritos de MAURICIO Archilla (sic), integrante del Cinep y de la Comisión de la Verdad, son calumniosos y apologistas del terrorismo”.
De Uribe, los profesores afirmaron que está “ajeno a la discusión de ideas, al debate propio de la academia y de la democracia”. También se refirieron a “la forma artera en que el expresidente Álvaro Uribe Vélez ataca y pone en la picota pública a periodistas, artistas, humoristas, intelectuales, líderes sociales, académicos, y a quienes de una u otra manera considere contrarios a sus intereses”.
Y es que según los miembros del Seminario Permanente por la Universidad afirmaron que el ataque de Uribe, a pesar de que fue con nombre propio (Archila), no fue solo contra él, sino, en general, contra “los y las intelectuales de este país, a quienes seguramente contempla como inconvenientes para sus propósitos”. Insistieron en que ven “el gesto del expresidente como una manifestación de lo peligroso que parece resultarle el amor por la verdad, la discusión y el debate que anima a la academia, justo en estos momentos en los que los aportes de estos valores son tan necesarios”.
Por último, hicieron dos llamados: el primero, al expresidente Uribe para que deje de “continuar levantando juicios amenazantes de manera aleve, para tratar de caldear más los ánimos en busca de réditos políticos y de oponerse a la paz”. Y el segundo, a la comunidad académica para “refrendar nuestro compromiso” con la verdad.