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No cabe duda de que la principal novedad de las elecciones regionales que avanzan es el boom de los grupos significativos de ciudadanos y los partidos étnicos. Sobre los primeros hemos visto a conocidos dirigentes de partidos tradicionales lanzarse como independientes y luego recibir avales de los partidos. De los segundos existen al menos seis movimientos —tres afros y tres indígenas— que en estas elecciones avalaron candidatos a alcaldías, gobernaciones, asambleas departamentales y concejos municipales. Este año hemos visto el nacimiento de la Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA), del Partido de Reivindicación Étnica (PRE) y de Colombia Renaciente, un proyecto político que hoy sirve de paraguas al denominado santismo.
(Lea: ADA, el partido afro de los más de 3.500 avales)
Producto de las elecciones del año pasado al Congreso de la República, en las cuales John Arley Murillo salió electo a la Cámara de Representantes por la circunscripción afro, el Consejo Nacional Electoral le entregó la personería jurídica para entrar a las grandes ligas de la política. Fue así como Murillo pasó de ser el representante legal del pequeño consejo comunitario de la Playa Renaciente, ubicado muy cerca de la ciudad de Cali, al puerto donde aterrizarían los más pesados políticos del gobierno de Juan Manuel Santos, situación que explica el que un partido afro, con apenas un representante a la Cámara, haya expedido 5.242 avales propios de aspirantes al poder departamental y municipal.
El lanzamiento del partido, que se produjo el 14 de marzo de este año, dejó al descubierto que detrás de Murillo estaba la pesada del santismo. El evento de lanzamiento de la nueva plataforma política lo encabezaron, además de Murillo, el exsecretario general de Presidencia en la era Santos, Alfonso Prada, y los exministros Luis Guillermo Murillo, Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera, y hasta el senador Roy Barreras. Ese día, el representante Murillo justificó la presencia del santismo en la asamblea general con el argumento de que se trataba de una apuesta política en favor de las comunidades negras, la igualdad y la paz.
(Lea también: La fábrica de avales del PRE)
“Es una propuesta que tiene el respeto por la comunidad afro y la primera vez que un partido de este tipo hace una invitación nacional a favor de los negros, la igualdad y la paz. Es una propuesta que esperamos ver consolidada en las elecciones regionales y que tiene la aspiración de llegar a 2022, a las presidenciales, como una opción de centro en el país”, explicó el representante Murillo. Por su parte, el exministro de Ambiente Luis Guillermo Murillo puntualizó: “El partido Colombia Renaciente tiene una semilla histórica que es trabajar contundentemente por el bienestar de los colombianos, por ello no habrá espacio para las malas prácticas políticas ni la corrupción. A quienes piensen hacerlo les digo: ¡aquí no tienen cabida!”.
Aun así, el bautismo de Colombia Renacientes en la política nacional no podía ser otro sino los escándalos típicos de estos tiempos. En la lista negra de la Fundación Paz y Reconciliación, donde se advierte de la presencia de candidatos cuestionados por distintos factores, la colectividad afro figura con nueve avales, como el que le otorgaron a Clara Luz Roldán, candidata a la Gobernación del Valle a quien se señala de tener el apoyo de la actual gobernadora, Dilian Francisca Toro, y contar con el aval de Cambio Radical, el Partido Liberal y la U. Roldán fue directora de Coldeportes y tiene denuncias en Procuraduría y Fiscalía por malos manejos administrativos.
Otro de los avales entregados por el renaciente partido es el de José Facundo Castillo, quien aspira a la Gobernación de Arauca a pesar de tener una veintena de procesos abiertos en la Fiscalía General de la Nación. En su contra pesan cargos como prevaricato por omisión y por acción, peculado por apropiación, delitos contra la administración pública, fraude a resolución judicial, contrato sin cumplimiento de requisitos legales y amenaza, por mencionar solo algunos. Caos similares son los avales que entregó a Julián Rojas Monsalve, aspirante a la Alcaldía de Buga, y a Luis Alfonso Chávez, quien busca la Alcaldía de Palmira. En esta misma modalidad de coaval con partidos tradicionales, Renacientes firmó su apoyo a Nemesio Roys Garzón, que busca la Gobernación de La Guajira, y Sergio Londoño Zurek, aspirante a la Alcaldía de Cartagena.
(Conozca más de los avales candidatos cuestionados, según la Fundación Paz y Reconciliación)
En la cuenta de candidatos propios, Renacientes tampoco pasó de agache. Avaló a Elías Larrahondo Carabalí para que buscara la Gobernación del Cauca, a pesar de que la Procuraduría formuló cargos contra el candidato por un contrato para la construcción de un polideportivo en 2013, cuando Larrahondo fue alcalde del municipio Buenos Aires. El representante Murillo también le dio aval a Luis Daniel Vargas, quien aspira a la Gobernación de Bolívar, cargo que ya ocupó entre 2001 y 2010, pero fue destituido e inhabilitado por diez años tras un escándalo de corrupción con dineros destinados a la educación. Y finalmente está el aval a Luis Guillermo Giraldo, quien busca la Gobernación de Caldas, pero aparece relacionado en diversos escándalos de corrupción, entre ellos el denominado “gran robo de Caldas”. Así es como este pequeño partido, nacido de un consejo comunitario ubicado a orillas del río Cauca, terminó por convertirse en un partido político con candidatos a siete gobernaciones y más de cinco mil aspirantes al poder regional.
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