Santos aportaría con sugerencias para "mejorar" el Acuerdo de Paz

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Por primera vez, Juan Manuel Santos cedió a su promesa de no nublar a su sucesor Iván Duque y de no interferir en la política interna del país. Después de siete meses de abandonar la Casa de Nariño y de dedicarse por entero a su familia y a la academia, el expresidente y Nobel de Paz rompió su silencio en los medios nacionales para hablar de su nuevo libro “La batalla por la paz” que, antes de llegar a las estanterías de las librerías, generó polémica.

Aunque el principal tema de conversación con Blu Radio y Caracol Radio fue su obra que recopila anécdotas y lecciones del proceso de paz con la extinta guerrilla de las Farc, además de un esbozo de anteriores acercamientos de negociación en gobiernos pasados, comenzando con el de Belisario Betancur, Santos fue muy claro en que lo suscrito en La Habana no puede ser modificado y que es irreversible.

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Insistió, además, en que la Corte Constitucional velará por que el resultado al que llegue el Congreso referente a las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), no cambie lo sustancial de lo pactado. “Si hay algo que modifica los acuerdo, el tribunal constitucional va a decir que no, porque hay un compromiso de Estado con la comunidad internacional y con nosotros mismos”, puntualizó a Caracol.

En tal sentido, advirtió que si es consultado para perfeccionar lo pactado en Cuba sin que sean vulnerados los compromisos allí adquiridos y respetando el espíritu de la agenda de negociaciones, estaría dispuesto a actuar en esa dirección aunque, eso sí, recordó que su promesa ha sido la de no participar en política. "Los acuerdos son para cumplirse, son imperfectos, toda negociación lo es porque es hecha por seres humanos. Por eso, si podemos encontrar mejoras, que sean de común acuerdo, de mi lado cualquier sugerencia, en esa dirección, encontrará mi total respaldo”, dijo Santos a Blu Radio. 

Frente al consenso político nacional alrededor de las mencionadas modificaciones, el expresidente recordó que cualquier mejora debe de pasar por el filtro de todos los actores que participaron de la negociación porque de lo contrario, según él, sería una imposición que lo único que generaría serían más divisiones en torno a la paz y al Acuerdo Final.

Por otro lado, calificó de “graves” algunas de las objeciones a la JEP. “Llevar a todos los guerrilleros a juicio significaría el colapso del sistema. Todos los guerrilleros pertenecieron a una organización que cometieron delito de guerra y de lesa humanidad, por eso se recomendó de que fueran los máximos responsables los que comparecieran”, sostuvo.

“De forma muy bonita, pero muy maquiavélica, están sugiriendo cambios que modificarían lo que se acordó”, fue su declaración más fuerte en cuanto al panorama actual de la ley estatutaria de la JEP.

De igual modo, comentó que confía en la palabra de Duque con la comunidad internacional de cumplirles con lo acordado. “Que lo haga y encontrará el apoyo de todo el mundo y esa sería una forma de unir al país. Tiene los recursos y los funcionarios para hacerlo. Pero se necesita que esas palabras se cumplan en hechos”.

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Por otro lado, sobre la situación de Iván Márquez y el Paisa, sugirió que el fiscal Néstor Humberto Martínez los contacte personalmente para garantizarles que no serán extraditados y no habrá ningún trato arbitrario. “Hay que darles la confianza de que no va a ser así, que se sometan a las reglas de juego que ellos mismos se comprometieron a acatar”.

También se refirió a las discusiones que se presentaron en la Comisión de Paz del Congreso en los pasados días y la participación de Rosa Blanca, organización de víctimas sexuales de las Farc en estas sesiones, pero se limitó a decir que sentar postura en ese aspecto era generar más polarización. Y aprovechó para lanzarle una pequeña pulla a su antecesor Álvaro Uribe Vélez. “Lo que tenemos que hacer los expresidente es ayudar en comunes denominadores y dejar esos odios que están alimentando nuestra política, siendo algo muy contraproducente”.

El expresidente Santos reiteró, además, que la división entre el “sí” y el “no” del plebiscito le dejó un gran sinsabor que hoy entiende como una estrategia política que conviene a ciertos sectores, sin mencionar directamente al Centro Democrático, líder de la oposición al proceso de paz. “Quise de todas las formas tender los puentes, pero nunca recibí respuesta y reciprocidad”, comentó acerca de su propósito de pasar la página sobre la polarización.

Por último, insistió en su premisa cuando dejó la Presidencia: no intervenir en las políticas internas, compartiendo, asimismo una frase del emperador Marco Aurelio que, de nuevo, se convierte en una pulla directa a Uribe, su principal contradictor. “La mejor manera de vencer a sus adversarios es no parecerse a ellos”.