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En la madrugada de este sábado, desde el Vaticano, el papa Francisco haría un nombramiento que promete acrecentar el choque entre las líneas conservadoras y liberales que hay al interior de la Iglesia católica colombiana. Todo parece indicar que la renuncia que en septiembre pasado presentó el actual arzobispo de Bogotá, el cardenal Rubén Salazar, le fue aceptada, según fuentes de CM&, por lo que el sumo pontífice daría a conocer en las próximas horas el nombre del sucesor del primado de Colombia.
Aunque no hay pistas de quién pasará a liderar la Arquidiócesis de Bogotá, se anticipa que la capital del país tendrá un arzobispo de línea de "avanzada", como la del mismo Francisco. Los últimos nombramientos del papa han sido de un corte liberal, muy cercano a su predicación, por lo que se espera que este no sea la excepción.
El cardenal Rubén Salazar ha estado al frente del arzobispado capitalino desde el 8 de julio de 2010, cuando reemplazó a monseñor Pedro Rubiano Sáenz, que presentó su dimisión en 2010 ante el papa Benedicto XVI. Salazar es actualmente el prelado más importante del país, pues no solo es la cabeza del primado de Colombia, sino que es el único cardenal elector. Eso quiere decir que, en caso de renuncia o muerte de Francisco, podría participar de las elecciones para elegir el nuevo papa, tanto como elector como candidato.
A pesar de su renuncia, Salazar continuará siendo cardenal. Sin embargo, desde hace varios meses, el país está a la espera de que se nombre su reemplazo, quien se unirá a la condición de elector del actual arzobispo de Bogotá. El mayor problema es que para la elección de un nuevo cardenal se necesita convocar al consistorio cardenalicio (reunir a los 223 cardenales que hay en el mundo), y parece que, en épocas de coronavirus, esto no va a ser posible.
Aunque es claro que se demorará en llegar la posibilidad de un nuevo cardenal colombiano, todas las fichas están puestas en el arzobispo metropolitano de Bucaramanga, monseñor Ismael Rueda. Este, que llegó al cargo en 2009 por nombramiento de Benedicto XVI, es muy cercano al papa Francisco. Además, es uno de los líderes de la línea más liberal de la Iglesia, que se sintoniza con los postulados papales.
Hasta hace poco, el nombre del arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo, también sonó como uno de los próximos cardenales colombianos. Sin embargo, conocidos en la materia señalan que su posición más conservadora y sus claras diferencias con los postulados de Francisco, lo han alejado de esta posibilidad. Es poco probable que el sumo pontífice nombre a alguien con el que incluso ha tenido diferencias frente a los acuerdos que se llegaron en la conferencia de Aparecida en 2007.
Precisamente la Iglesia católica colombiana está enfrentando una seria división teológica. Por un lado están los partidarios de Francisco, que predican una línea más abierta y liberal. Incluso en estas congregaciones se ha entrado a considerar debates como el del celibato y el papel de la mujer en la Iglesia. Al otro lado está la línea conservadora, que ha llegado a chocar con las ideas de avanzada del papa.
Aunque varios miembros de la Conferencia Episcopal consultados por este diario hablan de una Iglesia colombiana unida, para hacer frente a los retos del siglo XXI, al interior de las congregaciones el panorama no es tan fraterno. La renovación que ha traído el papa argentino no ha sido del gusto de muchos, incluso una línea importante ha estado en oposición a los cambios introducidos.
Además de las diferencias teológicas, la congregación católica del país ha tenido que hacerles frente a las acusaciones sobre pederastia que recaen en varios prelados colombianos. Las investigaciones del periodista Juan Pablo Barrientos, autor del libro “Dejad que los Niños Vengan a Mí”, han sacado a la luz posibles casos de violación y abuso de menores cometidos por sacerdotes de la Iglesia católica.
Este tema, que ha llevado a la Fiscalía a abrir una gran investigación en la que cerca de 30 sacerdotes de Villavicencio están involucrados, promete ser determinante para la elección de la Presidencia de la Conferencia Episcopal. Esto debido a que su actual presidente, Óscar Urbina, arzobispo de Villavicencio, está en el ojo del huracán por los casos de pederastia ocurridos en su jurisdicción eclesiástica.
Una situación similar enfrenta monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín. En varias oportunidades ha sido señalado de encubrir a supuestos pederastas. Es el caso del sacerdote Roberto Cadavid, señalado de varios abusos en las parroquias del Valle de Aburrá. Este habría sido recomendando por Tobón para trabajar en la diócesis de Brooklyn, ocultando sus antecedentes.