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El título universitario del senador Julián Bedoya se ha vuelto toda una novela judicial y política que develó el poder de su grupo político en la Universidad de Medellín. Finalmente, la facultad de Derecho decidió, en primera instancia, zanjar la discusión con dos resoluciones: una que anuló los exámenes y convalidaciones que le terminaron dando el diploma de abogado a Bedoya, dejándolo sin título; y una segunda en la que se sancionó a los funcionarios del plantel que autorizaron y participaron de esos trámites irregulares.
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“Al no cumplir con los requisitos del plan de formación deberá anularse el título de abogado otorgado al señor Julián Bedoya Pulgarín y los registros al interrior de la institución que ello conlleve”, se lee en la primera resolución del Consejo de la Facultad de Derecho. La decisión de la Universidad de Medellín la dio a conocer este domingo el portal Vorágine, que ha seguido de cerca el caso de Bedoya, y se suma a investigaciones de Fiscalía y Procuraduría que tienen en juicio por falsedad en documento público al exrector del plantel, Néstor Hincapié.
Según se detalla en la resolución que le anuló el título de abogado, Julián Bedoya fue un estudiante activo de la Universidad de Medellín hasta 2009. Aunque intentó reingresar al plantel en 2014 y 2018, finalmente no pagó la matrícula ni inscribió materias en ninguno de los semestres comprendidos entre 2012 y 2017. No obstante, en 2018 volvió a la institución, matriculó su semestre con un plan de estudios que no era el aplicable y en marzo de 2019 se graduó. Un camino en el que la propia universidad detectó irregularidades.
“Debe advertirse que el señor Julián Bedoya debió haber acudido al consejo de facultad de derecho de la Universidad de Medellín, a fin de analizar el plan de formación al que debía reingresar y si era procedente reconocerle alguna asignatura cursada previamente y se decidiera sobre el plan de formación al que debía reingresar”, se lee en la resolución. Es decir, que el senador volvió nueve años después de haber desertado y retomó la carrera donde la había dejado, sin avisarle a nadie.
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Según Vorágine la decisión fue apelada por Bedoya, y, según supo este diario, ahora pasó a decisión del consejo académico de la Universidad. Incluso allí no se tendría un punto final en este escándalo, pues la institución tendría que demandar el título de abogado que le concedió al senador ante el Consejo de Estado, por tratarse de un acto administrativo que está en firme. Mientras tanto, las investigaciones en otros entes siguen andando.
En agosto de 2020, el senador Bedoya le dijo a El Espectador sobre este escándalo: “Estudié en la Universidad de Medellín hasta quinto año o noveno semestre. Estando allí, tomé la decisión de retirarme para hacer temas personales. No es cierto que a mí de manera relámpago o fotofinish me otorgaran el título, lo que hice fue presentar exámenes especiales para unas materias que me quedaron faltando”. No obstante, los entes de control no han encontrado lo mismo.
Desde 2019, la Procuraduría le formuló cargos al senador paisa, pero antes de que el proceso pudiera avanzar, el legislador pidió la nulidad del proceso y luego interpuso una tutela que zanjó la Corte Suprema en octubre de 2020, dejando viva la investigación. Y es que, a juicio del alto tribunal, Bedoya tenía a su disposición otros recursos para defenderse en el proceso disciplinario, que hacían innecesario el que hubiera acudido a una acción de tutela.
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También en 2019, la Fiscalía citó a imputación de cargos por falsedad en documento público al entonces rector de la Universidad de Medellín, Néstor Hincapié Vargas, quien presidió el grado de Bedoya ese mismo año; a la secretaria académica de la Facultad de Derecho, Yolanda Cossio; al subsecretario general de la Universidad, Juan Felipe Hernández; y a los profesores John Mario Ferrer Murillo, Juan Carlos Hoyos, Saúl Alonso Benítez, Julián Orlando Rendón, Paola Andrea Cataño.