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El expresidente y hoy senados Álvaro Uribe, propuso nuevamente este martes que las Farc se concentre en una zona vigilada sin necesidad de entregar sus armas antes de la firma de un acuerdo de paz.
Uribe, quien lidera la oposición de derecha como senador en el Congreso, planteó concentrar a los cerca de 8.000 combatientes de las Farc en una zona vigilada del país, "a salvo de acciones de las Fuerzas Armadas" y con la posibilidad de mantener las armas hasta la firma de un acuerdo final de paz, en el marco de las negociaciones que avanzan en Cuba.
"Durante el tiempo de concentración la Farc (sic) podría mantener las armas, cuya entrega y destrucción sería al momento de firmar el acuerdo final", dijo el exmandatario colombiano en un comunicado.
Sin precisar, sin embargo, el sitio de Colombia para hacerlo, el exjefe de Estado esbozó que éste podría "ser de extensión prudente, no en zona de frontera, tampoco que coincida con áreas estratégicas para la economía, y carente de población civil".
Además, sostuvo que "podría buscarse un sustento para los guerrilleros concentrados" en ese lugar, vigilado por "instituciones y personas colombianas pero con la monitoría y presencia de la comunidad internacional, que estarían en permanente comunicación con delegados de Farc".
Uribe agregó igualmente que el tiempo que los rebeldes permanezcan allí podría "descontarse de las condenas de cárcel" que establezcan los negociadores en el proceso de paz de La Habana, que se inició en noviembre de 2012 sin un cese del fuego bilateral.
El expresidente esbozó la propuesta una semana después de que la principal guerrilla de Colombia dejara sin luz a poblaciones enteras del oeste y suroeste del país, provocara el derrame de más de 220.000 galones de crudo, y matara a seis personas en emboscadas a varias patrullas policiales en distintas partes del territorio, según las autoridades.
Las conversaciones de paz de Cuba pretenden poner fin a un conflicto armado de más de 50 años, en el que además han participado otras guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, fuerzas militares y bandas narcotraficantes.
En esa conflagración, al menos 220.000 personas han muerto y más de seis millones han sido desplazadas, de acuerdo con cifras oficiales.