China sacudida por un escándalo de vacunas de mala calidad

La compañía Changchun Changsheng, en China, vendió cientos de miles de vacunas contra la rabia y el DPT sin cumplir con los estándares. La noticia de que además falsificó documentos detonó protestas.

Ben Dooley - AFP y Redacción vivir
24 de julio de 2018 - 12:47 p. m.
Esta no es la primera ve que un escándalo sanitario por vacunas sacude a China. Ya en 2016 se había presentado un incidente similar.  / Pixabay
Esta no es la primera ve que un escándalo sanitario por vacunas sacude a China. Ya en 2016 se había presentado un incidente similar. / Pixabay
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Un nuevo escándalo sanitario, esta vez con vacunas de mala calidad, provocó indignación en China, donde en las redes sociales llueven críticas contra la industria farmacéutica y denuncian un posible caso de corrupción.

A pesar del estricto control de la información en el país comunista, la revelación hace más de una semana de que la compañía Changchun Changsheng vendió cientos de miles de vacunas contra la rabia sin cumplir con los estándares detonó protestas.

La indignación subió de tono y se multiplicó durante el fin de semana tras la difusión en las redes sociales de un artículo que acusa a la compañía de corromper a las autoridades para poder vender sus productos.

Los censores de Internet se apresuraron a impedir su difusión. Pero millones de internautas ya lo habían compartido, así como otros artículos que denuncian los problemas del sector.

En pleno escándalo, las autoridades de la provincia de Hebei (norte) revelaron el lunes que cerca de 150.000 personas habían recibido la vacuna contra la difteria, la tosferina y el tétanos de mala calidad, producida por otra empresa.

De acuerdo con un regulador de la provinci ade Jilin, donde tiene su sede principal la compañía, solo el año pasado la empresa distribuyó 252.600 dosis de vacunas DPT (contra difteria, Bordetella pertussis y el tétanos). Otras vacunas, como la de la rabia, también están siendo cuestionadas. 

Estas informaciones no hicieron más que acentuar la desconfianza contra los medicamentos chinos y llevaron a los padres preocupados a buscar opciones en el extranjero.

"Yo no confío más en las vacunas fabricadas aquí", declaró el martes Zhu, una mamá que esperaba con su hija en un hospital pediátrico de Pekín.

La madre dijo que prefería pagar las dosis importadas antes que servirse de aquellas que distribuye el gobierno.

En Hong Kong (sur), que goza de una amplia autonomía, se constató un alza de la demanda de las vacunas en los hospitales por parte de pacientes originarios del resto de China, según indicaron fuentes médicas.

"Abominable"

Las autoridades están ahora esforzándose por canalizar la crisis.

La administración encargada de la regulación de los medicamentos y alimentos (CFDA) aseguró –pero sin conseguir transmitir tranquilidad– que no había "absolutamente ninguna necesidad" de importar vacunas, porque China cuenta con un sistema "completo" para garantizar su calidad.

El gobierno ha prometido que destituirán a los responsables si se demuestra que hubo negligencia.

El presidente Xi Jinping, desde África donde se encuentra de gira, denunció las prácticas "abominables y chocantes" de la compañía farmacéutica implicada en este caso.

“Vamos a descubrir cualquier acto criminal o ilegal que estén amenazando la seguridad de las vidas de nuestro pueblo, y castigar sin titubeos a quienes estén violando la ley", dij el presidente, quien añadió que también tomará fuertes medidas sancionatorias si se comprueba que oficiales chinos estuvieron involucrados en el fraude.

La seguridad de los niños es un tema sensible en China, donde la mayoría de los padres durante largo tiempo se les permitió tener solo un hijo a raíz de la política de hijo único que impuso el gobierno comunista para limitar los nacimientos.

En 2008 la opinión pública se enfureció ante el escándalo de la leche en polvo infantil adulterada, que mató a seis niños y provocó enfermedades en otros 300.000.

Según varios expertos, China ha mejorado progresivamente sus sistema de control de medicamentos. Pero la inmensidad del país y su falta de apertura representan dificultades.

¿Autoridades creíbles?

La CFDA decretó el domingo la paralización de la producción de la fábrica de Changchun Changsheng. La policía interrogó a cinco dirigentes de la empresa, entre ellos a su presidenta.

De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, las investigaciones policiales han demostrado que Changsheng habría falsificado documentos relacionados con las vacunas de la rabia que son inyectadas a bebés chinos desde los tres meses de edad.

Según la CFDA, la compañía falsificó sus registos de producción de vacunas, así como registros de inspectores sanitarios. "Esto es una seria violación a la ley", recalcó la agencia.

La provincia de Jilin (noreste), donde tiene su sede la firma, anunció el martes la apertura de una investigación para saber si hay funcionarios provinciales implicados en nuevas malversaciones.

Pero el escepticismo reina en la población. El gobierno ha hecho varias promesas en vano en los últimos años para garantizar la seguridad sanitaria en el gigante asiático.

"El problema es sobre todo a quién le confiamos estas investigaciones", dijo indignado un usuario de la red social Weibo.

Después de un primer escándalo con vacunas en 2016, las autoridades detuvieron a 200 personas y juraron que habían llegado al fondo de un problema de "fallos regulatorios", según describió entonces el primer ministro Li Keqiang.

Otros internautas recordaron el ejemplo de Sun Xianze, un alto responsable de la seguridad alimentaria durante el escándalo de la leche en polvo de 2008. Terminó siendo promovido como director adjunto de la CFDA.

Por Ben Dooley - AFP y Redacción vivir

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