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Durante los últimos 15 años, los robots irrumpieron en las salas de cirugía alrededor del mundo con la promesa de revolucionar la medicina. Más precisos. Menos invasivos. Recuperaciones posquirúrgicas más rápidas. Menos errores. En Colombia, la primera institución en adquirir uno fue la tradicional Clínica de Marly, en Bogotá. Los robots cirujanos, con sus brazos, instrumentos y cámaras, parecen una enorme tarántula mecánica y son controlados desde una computadora para replicar los movimientos del cirujano.
Por muchos motivos médicos, cientos de pacientes comenzaron a ser operados con esta técnica. Pero las dudas comenzaron a asomar después de más de una década de uso intensivo. Tanto así que el pasado 28 de febrero la entidad encargada de vigilar y controlar los medicamentos y dispositivos médicos en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), emitió un comunicado con una advertencia categórica para médicos y pacientes alrededor del mundo.
“Ciertos pacientes con cáncer pueden requerir procedimientos quirúrgicos para tratar o prevenir la propagación del cáncer en su cuerpo. Estos procedimientos a menudo se asocian con mejores resultados de supervivencia para estos pacientes. Sin embargo, hoy estamos advirtiendo a los pacientes y proveedores que la agencia no ha otorgado autorización de comercialización para el uso de dispositivos quirúrgicos asistidos por robot para cualquier cirugía relacionada con el cáncer y, por lo tanto, no se han establecido los beneficios de supervivencia para los pacientes en comparación con la cirugía tradicional”, anotó en un comunicado Terri Cornelison, médica y directora adjunta para la salud de las mujeres en el Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA.
Aunque la cirugía robótica nunca fue aprobada para procedimientos como mastectomías o cualquier otro tipo de cáncer, incluyendo el de próstata o el cervical, resultó imposible detener a los cirujanos alrededor del mundo que encontraron en estos asistentes mecánicos una nueva herramienta para aumentar el nivel de precisión de sus intervenciones y evitar complicaciones a sus pacientes. Sin embargo, lo más preocupante de todo, y la razón que llevó a la FDA a lanzar la alerta, es que el uso de la cirugía robótica en cáncer podría ser perjudicial comparada con métodos quirúrgicos tradicionales.
“Queremos que los médicos y los pacientes estén conscientes de la falta de evidencia de seguridad y efectividad para estos usos y puedan tomar decisiones mejor informadas sobre su tratamiento y atención del cáncer”, recalcó Cornelison.
La advertencia de la FDA aparece después de que varios grupos de investigación cuestionaran el abuso de la cirugía robótica en áreas médicas como la oncología. El año pasado, la revista The New England Journal of Medicine publicó los resultados de un trabajo liderado por la Universidad de Texas y el Anderson Cancer Center de Houston junto con investigadores colombianos del Instituto Nacional de Cancerología y la Clínica de Oncología Astorga de Medellín, y médicos en Perú, Brasil, Italia, China, Australia y México.
La investigación comparó las cirugías mínimamente invasivas asistidas con robots en 319 pacientes y las tradicionales histerectomías abiertas (cirugías de útero) que se practicaron en 312 mujeres. La conclusión fue un campanazo para médicos en todo el mundo: “La cirugía mínimamente invasiva se asoció con tasas más bajas de supervivencia sin enfermedad y de supervivencia general que la histerectomía radical abdominal abierta en mujeres con cáncer cervical en etapa temprana”.
Las pacientes que se sometieron a procedimientos asistidos por robot experimentaron cuatro veces más recurrencias de cáncer y seis veces más muertes en comparación con las pacientes que fueron operadas con el método tradicional.
La otra investigación que llevó a la FDA a expresar su preocupación también fue publicada en la misma revista. Liderada por médicos de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard, llegó a una conclusión similar. Al revisar datos de 2.461 mujeres con cáncer cervical que tuvieron diferentes tipos de cirugía, concluyeron que cuatro años después de la operación, el 9,1 % de quienes habían tenido una cirugía mínimamente invasiva había muerto, en comparación con el 5,3 % de las que habían tenido una cirugía abierta.
Muchos médicos continúan recomendando la cirugía robótica a los pacientes, a pesar de la evidencia de daño que apareció en los últimos años. “Varios cirujanos me han dicho: ‘No puedo encontrar una falla en su estudio, pero no puedo dejar de hacerlo’”, comentó al periódico The New York Times Pedro Ramírez, líder del estudio en el que participaron los médicos colombianos.
En Colombia, los sistemas robóticos, como el famoso robot Da Vinci, han sido ampliamente usados en pacientes con cáncer de próstata, entre otros. Además de la Clínica de Marly, que adquirió el primero en 2010, el mismo Instituto Nacional de Cancerología logró incorporar uno de estos costosos equipos a sus servicios, y también lo hicieron la Fundación Santa Fe y la Clínica Shaio.