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Se estima que un 80 por ciento de la exposición solar acumulada en la vida de una persona ocurre antes de los 14 años lo que ocasiona que en países tropicales, como Brasil, cientos de miles de personas al año sean diagnosticadas con cáncer de piel.
En dicho país, entre 2016 y 2017 se registraron más de cien mil nuevos casos de cáncer de piel, según el Instituto Brasileño del Cáncer. Casi 6.000 fueron clasificados como melanoma, una forma agresiva de la enfermedad que puede diseminarse a otras partes del cuerpo.
La exposición a la radiación ultravioleta (UV) durante la infancia aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de piel más adelante en la vida, advierte el cirujano oncológico João Duprat Neto, director del Centro de Cáncer de Piel del A.C. Camargo Cancer Center, en Brasil.
La solución es la educación temprana, enseñando a los niños a cubrirse y protegerse del sol del mediodía. Un equipo de investigadores ha encontrado una manera efectiva de transmitir este mensaje, utilizando dibujos animados y cómics.
El objetivo fue alentar a los niños a adoptar y mantener comportamientos que garanticen una protección solar adecuada y la prevención del cáncer de piel en su vida futura.
Después de la campaña, realizada entre 2013 y 2014, los investigadores aplicaron cuestionarios para comprobar si los niños habían asimilado los hábitos y el conocimiento sobre una exposición más segura al sol.
"Encontramos que más del 80 por ciento de los niños sabían que el sol puede causar enfermedades de la piel y que es importante usar protector solar, jugar a la sombra, usar sombrero, gafas de sol y evitar el sol del mediodía", informa Paulo Ricardo Criado, dermatólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad ABC y autor principal del estudio publicado en la Revista de la Academia Europea de Dermatología y Venereología.
"Incluso en niños que ya tenían algún conocimiento sobre la exposición al sol, este mejoró aún más después de la campaña", comentó a SciDev.Net.
Así, el conocimiento de que la luz solar puede causar enfermedades de la piel aumentó de 84.8 a 91.2 por ciento; evitar la exposición al sol al mediodía, de 80.7 a 86.8 por ciento; usar ropa que cubra brazos y piernas, de 49.6 a 57.3 por ciento, y que los protectores solares son necesarios incluso en días nublados, de 46.5 a 65.5 por ciento, detalló Criado.
Estos hallazgos provienen de un estudio que evaluó los efectos cognitivos y conductuales de un proyecto de educación sanitaria y prevención de enfermedades, aplicado a 3.676 niñas y niños de entre seis y diez años en escuelas del estado de São Paulo.
Luz visible
El mensaje es de vital importancia porque incluso las cremas solares de alta resistencia que se venden pueden no ser suficientes para proteger a los niños de los efectos de la exposición al sol.
Ello debido a que si bien protegen contra los efectos de la luz UV, invisible para el ojo humano, no previenen el daño causado por la luz visible, según Maurício da Silva Baptista, bioquímico de la Universidad de Sao Paulo.
Da Silva es autor principal de un estudio publicado en PLoS One (noviembre de 2014) que encontró que la luz visible puede dañar indirectamente el ADN de las células al interactuar con la melanina, pigmento de la piel que absorbe parte de la energía de la luz visible y la transfiere a moléculas de oxígeno, generando formas altamente reactivas, el llamado oxígeno singlete o atómico.
Esta molécula de oxígeno en estado excitado, a su vez, reacciona con moléculas orgánicas, como el ADN, y las degrada. Cuando este tipo de daño afecta un gen regulador de la proliferación celular, la célula puede comenzar a multiplicarse incontrolablemente, causando cáncer.
Otro estudio, realizado por investigadores brasileños y publicado en Science (febrero 2015), encontró que la melanina puede fragmentarse por acción de la luz solar visible y formar compuestos químicos muy reactivos que dañan la estructura de la molécula de ADN, facilitando el desarrollo de cáncer de piel.
Tales hallazgos subrayan la necesidad de cambiar el comportamiento de los niños para evitar su exposición al sol tanto como sea posible.
Además de las implicancias para la salud pública, el cáncer de piel también afecta la economía. Entre 2012 y 2016, este tipo de cáncer provocó la ausencia temporal o la jubilación por discapacidad de más de 17.000 trabajadores en el país, según una encuesta del Instituto Brasileño de Seguridad Social.
A la luz de los resultados, Criado espera que los programas de educación en protección solar en la infancia sean más frecuentes en las escuelas brasileñas, especialmente en las públicas.
"Los profesionales de la salud podrían desempeñar un papel importante en el apoyo de políticas y programas escolares efectivos por parte de los consejos escolares de educación y los responsables de formular políticas", subraya.