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La epidemia de Zika que vivió Colombia hace un par de años dejó un saldo muy inquietante. Más de 100 mil personas resultaron infectadas, de las cuales, cerca de 18 mil fueron mujeres en estado de embarazo y 16.517 fueron niños recién nacidos que se deben enfrentar a una dificultad: es posible que presenten alteraciones en el desarrollo de la audición y del lenguaje. (Lea Colombia se une a la medicina basada en evidencia)
Así lo acaba de confirmar el Instituto Nacional de Salud (INS). Tras hacer un juicioso seguimiento a los pacientes que nacieron en medio de la epidemia, el INS, en compañía de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, aseguró que el 39% de los menores que presentaron el Síndrome congénito por el virus del Zika (SCZ), transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti, pueden tener estas dificultades. (Lea El raro caso (pero no único en Colombia) de la bebé que nació con su hermano en el vientre)
En total el INS hizo una evaluación en 4 oportunidades de 192 lactantes con y sin síndrome congénito de Zika que involucró a especialistas de distintas disciplinas, entre los que se encontraban pediatras, neurólogos, oftalmólogos, genetistas, neuropediatras y enfermeras. Barranquilla, Cali, Cúcuta y Neiva fueron las ciudades seleccionadas para el análisis.
“Los hallazgos confirmaron que del total de niños sin SCZ, a quienes se les hizo una valoración periódica de su desarrollo cognitivo, el 39% de los casos presentaban alteraciones en el desarrollo de la audición y el lenguaje, el 4,6% hemiparesia, el 2,7% hipoacusia neurosensorial y un 2,1% convulsión febril compleja”, señaló el INS.
Ante la evidencia los científicos llegaron a una desalentadora conclusión: “Todos los niños con antecedente de infección prenatal por Zika con o sin defecto congénito, deben ser considerados niños de alto riesgo neurológico y deben tener un seguimiento riguroso durante el curso de la primera infancia”.