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El bajo rendimiento de Mariana Pajón en la Copa del Mundo de BMX que se disputó en Saint Quentin (Francia) no se debe a que la campeona mundial de este deporte haya perdido su calidad. Como lo comunicó el hermano de la deportista, Miguel Pajón a través de redes sociales, la razón de su salida es que contrajo una enfermedad conocida como mononucleosis infecciosa.
“El cansancio puede persistir varias semanas o meses. La enfermedad puede provocar complicaciones graves, como la obstrucción de las vías aéreas, la rotura del bazo y síndromes neurológicos”.
El virus que desencadena esta enfermedad es un virus herpes que infecta al 50% de los niños antes de los 5 años y cuyo huésped es el ser humano. Después de la infección primaria, el virus permanece dentro del huésped durante toda la vida y se va eliminado en forma intermitente y asintomática por la bucofaringe del paciente.
El virus en realidad no es muy contagioso y su transmisión se puede dar a través de transfusiones de sangre. La Mononucleosis Infecciosa es también conocida como la “enfermedad del beso” porque es frecuente que un individuo seropositiva la trasmita a través de la saliva. Sin embargo, sólo alrededor del 5% de los pacientes se contagian el virus de una persona con una infección aguda. La transmisión durante la primera infancia es más frecuente.
De acuerdo con el médico Kaye, “el período de incubación dura entre 30 y 50 días. En la mayoría de los pacientes, se detecta la tríada de fiebre, faringiris y adenopatía. El cansancio puede durar varios meses, pero suele ser máxima durante las primeras 2 o 3 semanas. En general, la fiebre asciende por la tarde o al comienzo de la noche y alcanza alrededor de 39,5°C, aunque puede llegar a 40,5°C. La faringitis puede ser intensa, dolorosa y exudativa y puede asemejarse a la estreptocócica. Las adenopatías suelen ser simétricas y comprometer cualquier grupo ganglionar, en particular las cadenas cervicales anterior y posterior. Las adenopatías pueden ser la única manifestación”.
La inflamación del bazo, esplenomegalia, es frecuente afectando alrededor del 50% de los pacientes. Entre los riesgos de la enfermedad, no tan frecuentes, se encuentran las complicaciones neurológicas como encefalitis, convulsiones, síndrome de Guillain-Barré, neuropatía periférica, meningitis aséptica, mielitis, parálisis de los nervios craneales y psicosis.
También se han reportado complicaciones hematológicas y muy rara vez rotura del bazo. Las complicaciones respiratorias y hepáticas son aún más raras.
El tratamiento para esta enfermedad se reduce a un apoyo para moderar los síntomas y mantener hidratado al paciente mientras el cuerpo controla la enfermedad.