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El 6 de marzo de este año, la revista médica The Lancet, una de las más reconocidas en el campo, publicó un reporte titulado Crisis de oxígeno médico: una respuesta tardía del COVID-19. Cuenta el documento que, tras un año de experiencia, y de intentar convivir junto al coronavirus, la organización Welcome Trust, el centro de innovación de salud Unitaid y la Organización Mundial de Salud (OMS), lograron calcular que se necesitan 90 millones de dólares para financiar una especie de fondo de respuesta inmediata para lograr cubrir la escasez de oxígeno que se empieza a vivir a nivel mundial. Sobre todo, en países de ingreso bajo y medio.
La advertencia pasó del papel a la realidad muy pronto. En India, donde los casos de muerte por coronavirus llegan a picos no vistos antes, la escasez por oxígeno llegó a un punto crítico. Tanto así que varios países, como Estados Unidos y Reino Unido, mandarán equipos de ayuda y, el mismo gobierno indio, anunció que aprobó planes para desarrollar 500 plantas de oxígeno en su territorio. (Le sugerimos: EEUU enviará suministros a India “inmediatamente” para luchar contra el covid-19)
El panorama, aunque quizá no tan dramático y mediático como el de India, se ha dado en otros países, como Nigeria, Brasil, México, Perú y África subsahariana. En Colombia, por su parte, se empiezan a prender unas primeras señales de alerta.
El caso más sonado es el de Antioquia, que tiene una disponibilidad de UCI del 3,63%. A finales de la semana pasada el Gobernador encargado del departamento, Luis Fernando Suarez, le mandó una carta al ministro de Salud, Fernando Ruiz, advirtiendo que varias clínicas y hospitales iban a tener que reducir en un 60% el suministro de oxígeno la próxima semana como consecuencia del tercer pico. “También nos hemos reunido con los proveedores de oxígeno encontrando que están teniendo una demanda nacional cercana al 500% adicional”. (Le puede interesar: Gobernador de Antioquia advierte a Minsalud por falta de oxígeno en el departamento)
Pero el caso también se está dando en Atlántico (con un 18.8% de disponibilidad UCI). Según explica Ingrid Marcela Reyes, directora ejecutiva de la Cámara de Gases Industriales y Medicinales de la ANDI, en ambos departamentos ya se han reportado clínicas y hospitales que están demandando entre siete y diez veces más oxígeno de lo normal. A nivel nacional, por ejemplo, la empresas productoras y comercializadoras agremiadas de la ANDI, están funcionando al 105% de su capacidad.
“En febrero de 2020 el consumo de oxígeno nacional se encontraba en 330 toneladas por día. En abril de 2021 la demanda se ha elevado a 575 toneladas por día, lo que representa un incremento del 74%”, dice la ANDI.
Las medidas que ha tomado el Gobierno para enfrentar esta crisis aún no son claras. Tanto la ANDI, como la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales (ACHC), han explicado que prontamente se reunirán con el Gobierno Nacional para definir una hoja de ruta. Pero entre la baraja de opciones están la importación de oxígeno, crear plantas de producción de oxígeno a pequeña escala y diseñar protocolos de uso racional de oxígeno.
Para hacer más fácil una de estas opciones, la de la importación, el Ministerio de Comercio publicó un decreto (el 423 del 23 de abril de 2021), que estableció que el arancel para importar oxígeno será del 0 % hasta el 31 de mayo, por ahora, ya que se podrá extender mientras esté vigente la emergencia sanitaria. La cartera también recordó que solo en el primer bimestre del año, el país importó 20,3 toneladas de oxígeno, que equivale a 17.731 dólares, principalmente de Ecuador y Estados Unidos.
Otra de las medidas que están anunciando los proveedores de oxígeno, es que las personas que tengan tanto cilindros como concentradores de oxígeno en sus casas, los devuelvan. Estos equipos no se producen en Colombia y su adquisición no ha sido fácil por lo que la demanda mundial es muy alta. A esta petición, por ejemplo, se ha sumado Alejandro Gómez, secretario de Salud de Bogotá (ciudad con una ocupación de UCI del 90%) quien dijo que, a pesar de que en este momento la capital no tiene desabastecimiento, sí se está previendo. (Le sugerimos: El refuerzo hospitalario para el tercer pico en Bogotá)
Falta de oxígeno a nivel mundial, una alerta que llegó un poco tarde
Hace casi un año la OMS lanzó una herramienta que buscaba que el mundo le hiciera frente, de forma equitativa, a lo que en ese entonces era el comienzo de la crisis de salud por el coronavirus. Bautizado en inglés como ACT Accelerator, la idea es que esta especie de suma de fuerzas garantizará un desarrollo óptimo tanto del diagnostico del coronavirus, como de sus tratamientos terapéuticos y vacunación.
Pero un año después la crítica que le hace la revista The Lancet a la iniciativa es que esta fuerza se concentró mucho en la vacunación y se olvidó de los otros frentes. Una razón que explicaría, en parte, porqué actualmente estamos hablando con tanta emergencia de una crisis de falta de oxígeno para pacientes que lo necesitan. Es más, acceder y producir oxígenopreventivamente no hizo parte de la “caja de herramientas” que se planteó ACT desde el principio.
“Cuando se lanzó ACT en abril de 2020, tenía tres puntos focales: vacunas, terapias y diagnósticos. El oxígeno se introdujo en noviembre, cuando se agregó un cuarto pilar sobre los sistemas de salud con un objetivo de recaudación de fondos de 1.6 mil millones de dólares”, explica el reporte en The Lancet. “Si bien las solicitudes para los primeros tres pilares de ACT se basaron en costos detallados y un objetivo claro para llegar al 20% de las personas con las nuevas herramientas, el pilar del sistema de salud no contenía tales detalles”.
Además, ponen la lupa en otro punto. Los 90 millones de dólares que las organizaciones como la OMS, estiman, deben destinarse para suplir el vacío de oxígeno, no parten de cálculos que obedezcan del todo a la realidad. Esta cifra nace de la idea que alrededor de 500.000 pacientes en los países de ingresos bajos y medios necesitarán oxígeno médico. Sin embargo, según The Lancet, este dato falló en dos cosas. Primero, sus cifras base parten de estimaciones en pacientes con prueba negativa – y en los países mencionados el testeo es muy bajo. Y, segundo, no incluyen a los pacientes que necesitarán oxigeno médico por razones distintas al COVID-19. En noviembre, por ejemplo, en muchos países de ingresos bajos y medios, a la crisis del coronavirus se sumaron varios casos de neumonía.
El tercer pico de la pandemia podría, entonces, traer consigo una crisis nueva: la de la falta de oxígeno. Como lo señaló el doctor Mike Ryan, director ejecutivo del programa de Emergencia de Salud de la OMS, “el oxígeno salva vidas y es imperativo moverse más rápido para escalar de manera integral las soluciones centradas para que los pacientes mejoren sus resultados clínicos”.