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La ciudad de Wuhan, China, donde fueron detectados los primeros casos de COVID-19, parece haberse librado del virus SARS-CoV-2. Así lo anunciaron el 1 de junio las autoridades sanitarias luego de diagnosticar a toda su población. En total hicieron pruebas a 9,9 millones de personas. (Lea El grito de auxilio de los indígenas del Amazonas para detener la minería y el COVID-19)
“El 31 de mayo la ciudad de Wuhan realizó pruebas a más de 60,000 personas y no encontró infecciones asintomáticas. Esta es la primera vez desde que las infecciones asintomáticas equivalen a cero”, dijo en un comunicado la Comisión de salud municipal. (Lea Médicos afirman que el presidente Duque no les ha cumplido)
Ese gran esfuerzo por masificar las pruebas de diagnóstico, que parece imposible de lograr para muchos países, tuvo un costo cercano a 900 millones de yuanes, es decir, unos US$127 millones (dólares) y fue asumido en su totalidad por el Gobierno chino.
La idea de realizar tests a toda su población era, justamente, identificar no sólo los casos que llegaban a los servicios sanitarios sino encontrar a las personas que, pese a tener el virus, no registraban síntomas.
En las últimas dos semanas solo encontraron 300 habitantes que, de acuerdo a las autoridades de ese país, no parecían ser infecciosos. Tanto sus tapabocas y cepillos de dientes como las manijas de las puertas y botones de ascensores que habían tocado no tenían rastro del virus.
Sin embargo, las autoridades de la ciudad aún temen que se presente un nuevo brote. Su motivo es simple: allí fue donde más muertes se presentaron en todo el país asiático. El COVID-19 dejó 4,634 fallecidos y, además, obligó a China a bloquear toda la provincia por tres meses.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.