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¿Cómo ha sido esta época de pandemia para usted?
No me gusta ser dramático, pero esta experiencia se define con esa palabra… En primer lugar, porque perdí a mi madre [abuela], y ha sido una de las experiencias más dolorosas de mi vida. Me he sentido muy golpeado por esta situación, pero esta nueva canción me levantó mucho el ánimo, porque me he dado el tiempo para reflexionar y reinventarme. Ahorita estoy mirando la posibilidad de empezar a hacer conciertos online, aunque también me siento muy frustrado porque no puedo ver a mi familia ni a mis amigos.
Su nuevo sencillo “Cuando vuelva a la vida” tiene un mensaje esperanzador, ¿qué lo motivó a querer cantarla?
Sin duda lo que me inspiró fueron las circunstancias, y Kike Santander llegó de una forma muy oportuna con esta hermosa letra con una narrativa espectacular. Mi mánager insistió en que esa canción era para mí, creo que me vio muy decaído, y la verdad es que se lo agradezco muchísimo, porque lo que hizo este sencillo fue levantarme. La canción habla de la muerte, que evidentemente es algo que nos toca a todos, y cierra hablando de Dios. La religión es un tema que no he tocado mucho y me da gusto hacerlo en este momento de mi vida.
¿Cambió algunas partes de la canción cuando la grabó?
Sí, el proceso fue largo. Estuve intercambiando varias llamadas con Kike [Santander] para explicarle que era muy importante tener un tercer y cuarto verso, me llegó la canción de dos versos nada más, y yo veía el tercero y el cuarto muy claros: uno dedicado a Dios y el otro a mi abuela. La verdad nos esforzamos mucho para lograr una intimidad y una esperanza que invita a la reflexión sobre el cambio.
En la canción hay una frase que dice: “Se hizo chico el espacio y tan grande el silencio”, ¿esta pandemia resignificó estos dos conceptos para usted?
Claro, también cuando dice: “Las noches se confunden con los días”, porque ahora estamos delirantes con este encierro y a veces no diferenciamos los días ni cómo nos sentimos, ya no sabemos ni en qué mood [estado de ánimo] estamos, si nos sentimos tristes o felices… no sabemos exactamente cuál es el rumbo que estamos tomando, ni cuándo irá a terminar toda esta situación.
Trabaja con Kike Santander desde 1998, ¿qué le aporta este compositor y productor colombiano a su propuesta musical y a su sonido?
Él es un hombre que tiene un niño adentro, por eso me cae tan bien. Es una buena persona, veo la bondad en su corazón y una devoción muy linda por sus papás, por sus hijos… tiene una nobleza gigante. Además de eso, tenemos una gran química laboral. Gracias a él pude acercarme a Colombia y entender muchas cosas que son bellísimas sobre su cultura. Ahora voy a empezar a trabajar con otro colombiano que se llama José Luis Rodríguez, de Barranquilla, y la canción que hice con él se las voy a presentar en agosto.
Su primer disco fue “Agua nueva”, y de allí salió un sencillo muy exitoso: “No podrás”, ¿se imaginó que iba a tener tanto éxito tan rápido?
No, fue un golpe de suerte tremendo. Recuerdo que después de No podrás se vendieron más de tres millones de copias, que para ese entonces eran muchísimas. Todavía no había celulares ni nada de esa tecnología; estamos hablando de principios de los 90, y debo decir que extraño mucho eso, porque las sorpresas eran más gratas, y las pasiones eran más profundas. La música y los cantantes eran mucho más dimensionados por los seguidores, ya no es así. No podrás la hice con todo el corazón, pero la verdad nunca me imaginé que iba a ser tan exitosa.
Cuando compone, ¿qué historias quiere contar?
Con Kike compuse Si me ves llorar por ti, compuse una canción para mi mamá [Verónica Castro] y otra para mi abuela [Socorro]… La verdad es que cuando no soy yo quien compone las canciones me gusta mucho aportar en el proceso creativo. También hago traducciones, pero generalmente me gusta mucho componer. Ahora tengo un proyecto en el que compongo todo yo. La primera parte ya está en plataformas digitales y espero sacar la segunda parte antes de que finalice este 2020.