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6.402 atrocidades de la Seguridad Democrática

Cristina de la Torre
23 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.
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Ya no cabe duda. El encarnizamiento de Álvaro Uribe contra la JEP denuncia pánico en el expresidente. Terror de ver imputado su gobierno por la comisión del 78 % de falsos positivos, una atrocidad sin paralelo en el continente. Juego de niños parecerán los crímenes de las dictaduras latinoamericanas frente a estos 6.402 asesinatos certificados de civiles inocentes por soldados que ejecutaron una política de exterminio torpemente aupada desde la cima del poder entre 2002 y 2008. Que a ello condujo la Directiva No. 25 del entonces ministro de Defensa, Camilo Ospina, sobre pago de recompensas por captura o muerte de insurgentes. Ponerle precio a la muerte fue prefabricar éxitos militares con falsas bajas guerrilleras y hacer la vista gorda ante comandantes que exigían a la soldadesca “ríos de sangre”. Antioquia concentró la cuarta parte de los falsos positivos, y su Cuarta Brigada, el 73% de las víctimas habidas en el departamento.

A 10.000 podrían llegar estas ejecuciones extrajudiciales, como lo indica el creciente acopio de denuncias documentadas y testimonios de uniformados ante la JEP. Pese a las presiones que sobre ellos ejercen superiores suyos para que corrijan testimonios que comprometen a quienes dieron órdenes o a responsables últimos por cadena de mando. Por cadena de mando resultó sindicada la cúpula de las Farc en el auto del Caso 01 sobre secuestro, a menudo con tortura y asesinato incorporados, y cuya responsabilidad acaban de reconocer los sindicados.

Estremecido en el horror, habla medio país por boca de Jacqueline Castillo, directora del colectivo Madres de Falsos Positivos. Las revelaciones de la JEP, afirma, “prueban que la Seguridad Democrática fue una política criminal (…) Son evidencia contundente de que estos asesinatos fueron sistemáticos y generalizados, bajo el ala criminal de un gobierno que vendía ideas falsas de seguridad a cambio de beneficios para quienes entregaran resultados macabros”. A las primeras denuncias del crimen había declarado el expresidente que los desaparecidos de Soacha y reaparecidos muertos llevaban “propósitos delincuenciales… no iban a coger café”. La historia, la monstruosidad del genocidio se encargaría de sancionar la necedad de su cruel ironía.

La ojeriza de Uribe contra el tribunal de justicia transicional estalló desde el día mismo de su creación. Ni adictos a su persona ni bedeles del Ubérrimo, sabedor del peligro que la independencia de estos jueces acarreaba, los bautizó como izquierdistas sesgados, instrumentos de impunidad. Bloqueó cuanto pudo la expedición de la ley estatutaria que daba vía libre al tribunal y le ordenó al presidente Duque interponer objeciones, en desapacible cruzada que Congreso y Corte Constitucional neutralizaron desnudando la ruindad de aquella aventura. A medias para renacer de las cenizas tras su detención y remontar el modestísimo 30 % de popularidad, a medias para abrir campaña electoral, promueve Uribe referendo para derogar la JEP. Repite ahora que el pronunciamiento del tribunal es sesgado, hechura de oenegés enemigas de su gobierno: un atropello para desacreditarlo, a Él, ícono de transparencia y respeto a la justicia. Otra cosa dicen los hechos.

Michelle Bachelet, alta comisionada para Derechos Humanos de la ONU, exaltó la labor de la JEP en Colombia, modelo para el mundo de probidad y eficiencia en justicia transicional. Así lo demuestran sus autos contra crímenes horrendos del conflicto armado: el secuestro y los falsos positivos. La rendición de cuentas —declaró— y la protección de los derechos de las víctimas son esenciales para la consolidación de la paz y del Estado de derecho en Colombia. Sí. Sus autos sobre las violencias más lacerantes que descuajan a la sociedad traen una buena nueva: en este país sí puede haber justicia.

Cristinadelatorre.com.co

 

Eduviges(dgv1l)02 de julio de 2021 - 12:41 a. m.
El Matarife. ¿Qué más se puede decir?
Carlosé Mejía(19865)24 de febrero de 2021 - 09:57 p. m.
Al analizar el trasunto contemporáneo de nuestro país queda al desnudo Álvaro Uribe Vélez como el inspirador de las peores expresiones de violencia de los últimos años. Este odioso manipulador no puede quedar impune y debe pasar al basurero de la historia como el terrible monstruo que es. Es necesario que sus seguidores despierten y acepten la verdad así les duela.
Hugo(eln5c)24 de febrero de 2021 - 01:09 p. m.
GENOCIDA NARCOTRAFICANTE GENOCIDA NARCOTRAFICANTE GENOCIDA NARCOTRAFICANTE GENOCIDA NARCOTRAFICANTE GENOCIDA NARCOTRAFICANTE GENOCIDA
Lorenzo(2045)24 de febrero de 2021 - 02:09 a. m.
Con toda su carga de necesaria denuncia, valiente y sin sonrojos; los resultados parciales de la JEP (cuantificación de ejecuciones extrajudiciales por parte de las FFAA), no deberían convertirse (reducirse) en espectáculo medieval de linchamiento en plaza pública. Si la "hidra del mal absoluto" en Colombia tiene múltiples cabezas, éstas deben ser sacadas de las penumbras de la hipocresía donde..
  • Imagin(14177)24 de febrero de 2021 - 02:37 a. m.
    No se enrede, don Lorenzo, dígalo claro y alto, el monstruo de Salgar (AUV) debe pagar por todos esos crímenes y reparar a las víctimas. No puede ser que exista un país en el mundo donde ese sujeto siga muy tieso y muy majo dando clases de moral y postulando títeres como candidatos presidenciales para que sigan sosteniendo su impunidad y continúen desgraciado a Colombia. Basta ya.
  • Imagin(14177)24 de febrero de 2021 - 02:34 a. m.
    No se enrede, don Lorenzo, dígalo claro y alto, el monstruo de Salgar -abominable y repulsivo ASESINO- debe pagar por todas esas muertes y reparar a sus familiares. No puede ser que exista un país en el mundo donde ese sujeto siga muy tieso y muy majo dando clases de moral y postulando títeres como candidatos presidenciales o candidatos a congresistas para que sigan procurando su impunidad.
  • Lorenzo(2045)24 de febrero de 2021 - 02:25 a. m.
    ...duerme a salvo su goodwill. Su estilo de "gobierno participativo". El sector privado antioqueño gravita en la trasescena de la realpolitike criolla: no son los únicos, pero con el índice Gini más alto del país, los retoños de la hidra -academia, empresa, medios- no vacilan en condecorar y respaldar al innombrable. Hoy, el presidenciable A. Gaviria -el ético- no podrá negar su origen familiarGEA
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