Muchas personas empezamos a admirar a Barack Obama desde su demostración de oratoria en el discurso central que pronunció en la Convención del Partido Demócrata el 24 de marzo de 2014. De allí en adelante su carrera política fue meteórica.
En una reciente entrevista que le hizo David Letterman para un programa que tiene en Netflix, Obama dio muestras de su inteligencia superior, humor, calidez, dotes de comunicador y carisma. Pero, sobre todo, dio una lección sencilla y profunda de liderazgo.
Tal vez pueda parecer un detalle trivial que Obama, al inicio del programa, le dijo a Letterman que lo debería invitar a jugar dominó. Algunas de las reflexiones que hizo más adelante, en las que se infiere que el dominó refleja su filosofía de vida, demuestran que no es un asunto trivial. Supuestamente, Barack Obama aprendió a jugar en un viaje a Cuba, en marzo de 2016, cuando visitó al cómico cubano Pánfilo, quien se encontraba en medio de una partida de dominó con otros dos cómicos. Fue un momento importante en la visita; recordemos que el béisbol y el dominó son los dos grandes pasatiempos cubanos. Y para Obama fue el camino para conectarse con el alma de Cuba.
Más adelante, en la entrevista con Letterman, Obama señaló que él se consideraba una persona con mucha suerte. También comentó que muchas de las personas que tienen éxito piensan que lo lograron solo por su talento y esfuerzo. Con humildad pero con sabiduría, recalcó que mucha gente con talento y que también ha trabajado mucho no logra siempre los mayores triunfos. Le atribuyó este resultado a la suerte. Según él, esta sería la explicación de por qué no todos llegan a la cima. Esa es la filosofía del dominó. Uno puede jugar bien y sin equivocarse, pero el azar está allí. Para ganar se depende de la mano que le llega a uno inicialmente y de los errores de los demás: la suerte. Decía un maestro de la lengua castellana que la vida es un tablero de blancos días y negras noches. No. La vida es como el dominó.
Para mí, el momento estelar de la entrevista fue cuando se habló del movimiento por los derechos de los afroamericanos en la década de 1960. En particular se refirieron a los eventos de Selma, Alabama, el 7 de marzo de 1965, cuando un grupo de activistas desafiaron a la policía que pretendía evitar que marcharan hacia la capital del estado para defender el derecho al voto de los afroamericanos. La represión brutal de la policía resultó en múltiples heridos, por lo que esa fecha se conoce como el “Domingo Sangriento”. En los días subsiguientes, otros activistas llegaron de muchas partes y, finalmente, una marcha dirigida por Martin Luther King logró cruzar el puente para avanzar hacia Montgomery. En referencia a esto último, en la entrevista, Obama dijo: “Quien cruzó ese puente fue Estados Unidos”. La audiencia lo ovacionó. La lección más corta y contundente que he visto de liderazgo: una frase. ¡Qué diferencia!
Muchas personas empezamos a admirar a Barack Obama desde su demostración de oratoria en el discurso central que pronunció en la Convención del Partido Demócrata el 24 de marzo de 2014. De allí en adelante su carrera política fue meteórica.
En una reciente entrevista que le hizo David Letterman para un programa que tiene en Netflix, Obama dio muestras de su inteligencia superior, humor, calidez, dotes de comunicador y carisma. Pero, sobre todo, dio una lección sencilla y profunda de liderazgo.
Tal vez pueda parecer un detalle trivial que Obama, al inicio del programa, le dijo a Letterman que lo debería invitar a jugar dominó. Algunas de las reflexiones que hizo más adelante, en las que se infiere que el dominó refleja su filosofía de vida, demuestran que no es un asunto trivial. Supuestamente, Barack Obama aprendió a jugar en un viaje a Cuba, en marzo de 2016, cuando visitó al cómico cubano Pánfilo, quien se encontraba en medio de una partida de dominó con otros dos cómicos. Fue un momento importante en la visita; recordemos que el béisbol y el dominó son los dos grandes pasatiempos cubanos. Y para Obama fue el camino para conectarse con el alma de Cuba.
Más adelante, en la entrevista con Letterman, Obama señaló que él se consideraba una persona con mucha suerte. También comentó que muchas de las personas que tienen éxito piensan que lo lograron solo por su talento y esfuerzo. Con humildad pero con sabiduría, recalcó que mucha gente con talento y que también ha trabajado mucho no logra siempre los mayores triunfos. Le atribuyó este resultado a la suerte. Según él, esta sería la explicación de por qué no todos llegan a la cima. Esa es la filosofía del dominó. Uno puede jugar bien y sin equivocarse, pero el azar está allí. Para ganar se depende de la mano que le llega a uno inicialmente y de los errores de los demás: la suerte. Decía un maestro de la lengua castellana que la vida es un tablero de blancos días y negras noches. No. La vida es como el dominó.
Para mí, el momento estelar de la entrevista fue cuando se habló del movimiento por los derechos de los afroamericanos en la década de 1960. En particular se refirieron a los eventos de Selma, Alabama, el 7 de marzo de 1965, cuando un grupo de activistas desafiaron a la policía que pretendía evitar que marcharan hacia la capital del estado para defender el derecho al voto de los afroamericanos. La represión brutal de la policía resultó en múltiples heridos, por lo que esa fecha se conoce como el “Domingo Sangriento”. En los días subsiguientes, otros activistas llegaron de muchas partes y, finalmente, una marcha dirigida por Martin Luther King logró cruzar el puente para avanzar hacia Montgomery. En referencia a esto último, en la entrevista, Obama dijo: “Quien cruzó ese puente fue Estados Unidos”. La audiencia lo ovacionó. La lección más corta y contundente que he visto de liderazgo: una frase. ¡Qué diferencia!