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Hay momentos que cambian la vida. Hace unos días, este periódico invitó a sus columnistas a escribir sobre “un encuentro memorable con alguien distinto”... Y me pareció valioso contar sobre uno de los momentos significativos de este 2024. Sucedió hace unos meses, cuando me invitaron a una reunión en Teleantioquia, un canal que pronto cumplirá 40 años.
La invitación tenía una razón sorprendente para mí: dirigir el programa de televisión Tener la razón no es suficiente, en el que la conversación y las entrevistas serían los protagonistas. Hasta ahí todo iba más que bien: admiraba a las personas que estaban detrás de su creación, creía en la propuesta y me sentía capaz de asumir el reto.
Minutos después, me anunciaron el nombre de los dos conductores: María Clara Ramírez, emprendedora, exdirectora de Sapiencia, y José Obdulio Gaviria, abogado, exsenador, fundador del Centro de Pensamiento Primero Colombia y una de las personas que ha sido más cercana al expresidente Álvaro Uribe.
Cuando escuché su nombre me quedé en silencio y mientras escuchaba más detalles, recuerdo que fijé la mirada en el piso. Y es que, aunque no he votado hasta ahora por el Centro Democrático, tampoco he dicho o escrito palabras de odio a sus integrantes, los he escuchado en entrevistas y he leído sus publicaciones. También le he hecho preguntas a algunos de ellos sobre los desaparecidos, las organizaciones de la sociedad civil o las ideas económicas. Al rato, escuché en mi interior la voz de mi papá: “Y cómo vas a decir que no, si nosotros siempre hemos conversado con todo el mundo”.
Esa tarde y mientras yo decidía, le pregunté a una persona su opinión sobre José Obdulio: “Creo que destacaría su inteligencia, una suerte de capacidad mágica para despejar la ecuación de lo que está pasando en un plano histórico. En un nivel más personal, yo admiro su forma de ser libre, es una persona auténtica. Finalmente, diría que es un optimista irredento y un vitalista. Siempre confía en la vida sin decirlo y eso lo hace amplio, generoso y solidario cuando ve que puede ayudar”.
Han pasado varios meses desde que acepté dirigir ese programa. Ya puedo confirmar la certeza de aquellas frases recibidas y también puedo agregar otras: su mente tiene una apertura mental de muchos jóvenes y creativos, es respetuoso de las formas y las jerarquías. Tiene el don de imperturbabilidad, ese que habla de no perder la calma y que le otorga también, un aire de elegancia. Suele llevar un libro con él y es honesto en sus opiniones.
Conversar con personas distintas a mí, como José Obdulio Gaviria, ha sido uno de los regalos que me deja este 2024. Porque me ha permitido entender que parte de la redención de este país está en trabajar juntos, con respeto. Y porque me recordó a Daniel Kahneman, premio Nobel y estudioso de la forma cómo construimos nuestros juicios, decisiones y prejuicios. “El mal tiempo se asocia con una mejor memoria; las sentencias judiciales tienden a ser más severas cuando hace calor afuera; y el rendimiento del mercado de valores se ve afectado por la luz del sol”, está escrito en Ruido, unos de sus libros. ¡Gracias por haberme leído y feliz 2025!