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Hay una revolución económica que está ocurriendo y de la cual muy pocos se están dando cuenta. Sobre todo, permanecen ajenos los que están anclados a formas tradicionales de entender la economía, los negocios, la educación. Estoy hablando del comercio electrónico, que también en Colombia se está extendiendo como polvareda. Es un movimiento que está empoderando económicamente a miles de personas y familias, permitiéndoles determinar su propio destino, que ya no depende de un apellido, de la pertenencia a un estrato social, de graduarse de una universidad para las élites o de ser miembros de un club exclusivo.
Los números dan una idea de este fenómeno. Al cierre del 2022, el comercio electrónico en Colombia creció un 38,4 %. Ello representa un volumen de ventas online de más de $55,2 billones y 332,4 millones de transacciones digitales, lo que representó un crecimiento de 22,1 % comparado con 2021. Para el 2025, se estima que el comercio electrónico se incrementará en un 74 % y representará el 18 % del crecimiento del sector de ventas al detal en el país. Son números importantes, pero que no cuentan toda la historia.
Para tener una apreciación más clara de este fenómeno hubieran tenido que asistir el pasado fin de semana a Effix en Medellín, la feria del comercio electrónico más grande de América Latina, que contó con más de 30.000 participantes. Frente a una audiencia masiva, la mayoría de los 60 ponentes contaron historias, no solo de triunfo económico sino de transformación de vida. Relataron cómo en pocos años se convirtieron en empresarios, cómo empezaron a emprender desde la cocina de su apartamento, con un ordenador y la ayuda de un familiar, llegando hoy a manejar equipos con más de 200 personas. La empresa colombiana de logística Effi Commerce, que promovió por tercer año consecutivo la feria, es un ejemplo brillante: hoy tiene más de 7.000 empresas vinculadas, ha despachado más de cinco millones de órdenes y recaudado más de 80 millones de dólares. La idea de fundar esta empresa nació de Stevenson Rivera, un ingeniero de sistemas, y algunos amigos con el sueño de transformar la economía del país, ofreciendo la posibilidad de empoderar económicamente a millones de personas. No esperaron subsidios, ayuda del Estado o de fundaciones. Más bien se pusieron a trabajar para volver realidad su visión. Hoy Effi es un líder y referente del comercio electrónico en el continente.
Las nuevas tecnologías están revolucionando la economía al democratizar las oportunidades de empoderamiento económico. Es una economía democratizada que se basa en el mérito, donde las personas tienen la oportunidad de tener éxito sin depender de conexiones o privilegios. Es el amanecer de un nuevo día que está creando una nueva clase emprendedora capaz de emancipar en unos años a millones de personas, que no necesitarán depender de aquellos poderes político-económicos tradicionales que son cada día más obsoletos. Una revolución silenciosa está en marcha.