“¿Qué quieres ser cuando seas grande?”, preguntan a los millenials en un estudio reciente.
El 50 por ciento quiere ser rico. El otro 50 por ciento quiere ser famoso.
¿Pero qué pasa cuando te vuelves un producto? ¿Estarías dispuesto a caminar la línea industrial de la riqueza y la fama a cambio de la salud y el bienestar interior?
Pop Trash. EDM. Ninguno de los posibles peyorativos que la crítica especializada le clava a Avicii pueden desligar al joven sueco de su genialidad para el pop.
Avicii comprendió con ‘Levels’ de 2011 el poder que lo vintage ejerce en el pop; su utilización del comienzo de ‘Something’s Got A Hold On Me’ de Etta James de 1962 no era una idea original —ya el dj norteamericano Pretty Lights la había usado cinco años antes en su canción ‘Finally Moving’. Pero la conexión de Avicii con el R&B, el gospel y el house progresivo empujó inesperadamente los límites de la Electrónica hacia tarimas y multitudes enormes y, como es de esperarse con todo fenómeno pop, hacia grandes cheques, facturaciones y éxito comercial.
‘Levels’ se hizo famoso por sí solo y también, con la ayuda del ‘mashup’, un Frankenstein del nuevo milenio hecho de canciones de otros que nos ha dictado una y otra vez en los últimos 15 años que no hay nada nuevo bajo el sol, o como dirían en la internet, que ‘Everything is a remix’.
Con la llegada de ‘Good Feeling’ de Flo Rida —que samplea a ‘Levels’ a través del mashup como técnica principal— y a través de centenares de versiones y de remixes, ‘Levels’ se convirtió en un éxito rotundo, un himno como ‘Smells Like Teen Spirit’, una gran canción, ineludible, omnipresente, o como se diría vulgarmente: un éxito comercial.
Dos años después el joven artista volvió a empujar los límites con ‘Wake Me Up’. La canción, escrita por Avicii, Aloe Blacc y Mike Eizinger de Incubus hizo lo que ningún otro artista se había atrevido a explorar en la electrónica: usar el country como base. Poco convencional, improbablemente pegajosa, ‘Wake Me Up’ cruzó las barreras más inhóspitas de la radio: sonó en Kroq, la emisora alternativa de todos los tiempos y sonó en las emisoras de country.
Al tumbar las paredes de dos contundentes e impenetrables formatos de radio, ‘Wake Me Up’ se convirtió en la canción más viral de 2013, alcanzando a finales de dicho año mas de 230 millones de reproducciones en Spotify, un número sin precedentes en la historia del streaming.
LOS NÚMEROS
Según la página songkick, Avicii tocó 155 conciertos en 2012, 72 en 2013, 80 en 2014, 57 en 2015 y en 2016 ha tocado 25 veces en el mundo.
Tiene, a la fecha del anuncio de su retiro de las tarimas —no de la música—, 23 fechas más en la agenda, que comienzan en Dubai y en Bahrain y que lo llevan de vuelta a su residencia en Las Vegas, donde tocará nueve shows hasta el 27 de mayo, cuando debe viajar a Lisboa para cumplir su contrato con Rock In Rio.
Avicii debe tocar en Lisboa el 27 de mayo pero debe regresar a Las Vegas el 28 para continuar su residencia. Luego del toque del 28 tiene un receso hasta el 10 de junio, cuando debe viajar a Corea Del Sur y regresa a Las Vegas, donde deberá hacer tres fechas más.
El 9 de julio viaja a Reino Unido. El 10 y el 17 de julio debe tocar en Ibiza, según la página Resident Advisor. El 15 de julio debe viajar a Gdansk, Polonia, pero debe regresar el 17 a Ibiza, donde tiene una fecha más.
El 22 de julio viaja a Israel y vuelve a Ibiza, donde deberá tocar el 24 de julio y cinco fechas más hasta el 21 de agosto. Pero el 5 de agosto debe estar en Suecia y el 25 debe volver a Reino Unido a hacer Creamfields y el 26 debe ir a Belfast. Cierra la gira el 28 en Ibiza.
Según los datos, Avicii ha viajado un millón 213 mil 125 kilómetros este año, lo cual quiere decir que si uno pudiera viajar de la tierra a la luna, Avicii lo habría hecho tres veces en 2016. Más de 780 mil fans tienen alertas de google prendidas para saber cuándo Avicii está en la ciudad tocando, lo cual lo hace un negocio muy lucrativo.
El problema es que Avicii es una persona. Y cuando una persona se vuelve un negocio, cosas malas pasan. Pasó con Mike Tyson. Pasó con Michael Jackson.
De pronto Avicii se ha dado cuenta de esto. Como lo escribió en su anuncio en Facebook:
“Mis decisiones y mi carrera nunca han sido en búsqueda de lo material, aunque estoy agradecido por todas las oportunidades y comodidades que mi éxito me ha otorgado. Sé que he sido bendecido con la oportunidad de viajar por el mundo y tocar, pero le queda muy poco tiempo a la vida de una persona de verdad detrás del artista.
Una parte de mi dice ‘nunca digas nunca’… podría regresar…pero no regresaré pronto”.
Una inspección detallada de la letra de ‘Wake Me Up’ plantea un temor, una inquietud que se ha ido haciendo real en el transcurso de la semana que termina.
“So Wake Me Up When It’s All Over
When I’m Wiser And I’m Older
All This Time I Was Finding Myself
And I Didn’t Know I Was Lost”
En su música, en su arte, en la cultura de la electrónica y en su salud, los niveles de explotación a los que Avicii está expuesto en esta era de los grandes datos son evidentes. La industria de la música es inclemente.
A Avicii lo hemos visto pasar de ser una sensación del pop, un ícono de la cultura electrónica moderna y un adinerado y poderoso dj a un vulnerable ser humano a merced de administradores y promotores inescrupulosos. Al igual que a Cobain, a Winehouse, a Avicii, puedo decirlo sin ningún problema, su éxito lo está matando, y a meses de cumplir los 27 años, de pronto se escape del club.
Resulta miedoso y profético que la canción más viral del mundo el día de hoy que se publica este texto sea 'I Took A Pill In Ibiza' de Mike Posner.
Más tenebroso es que sea un remix de la misma, teniendo en cuenta el impacto de Avicii en la cultura del remix con ‘Levels’, y que la estrofa inicial de esta canción que, con más de 200 millones de reproducciones en Spotify y 38 millones de views en Youtube justo alcanza el estatus viral que alcanzó 'Wake Me Up' hace tres años, diga:
“I took a pill in Ibiza to show Avicii I Was Cool”.
“¿Qué quieres ser cuando seas grande?”, preguntan a los millenials en un estudio reciente.
El 50 por ciento quiere ser rico. El otro 50 por ciento quiere ser famoso.
¿Pero qué pasa cuando te vuelves un producto? ¿Estarías dispuesto a caminar la línea industrial de la riqueza y la fama a cambio de la salud y el bienestar interior?
Pop Trash. EDM. Ninguno de los posibles peyorativos que la crítica especializada le clava a Avicii pueden desligar al joven sueco de su genialidad para el pop.
Avicii comprendió con ‘Levels’ de 2011 el poder que lo vintage ejerce en el pop; su utilización del comienzo de ‘Something’s Got A Hold On Me’ de Etta James de 1962 no era una idea original —ya el dj norteamericano Pretty Lights la había usado cinco años antes en su canción ‘Finally Moving’. Pero la conexión de Avicii con el R&B, el gospel y el house progresivo empujó inesperadamente los límites de la Electrónica hacia tarimas y multitudes enormes y, como es de esperarse con todo fenómeno pop, hacia grandes cheques, facturaciones y éxito comercial.
‘Levels’ se hizo famoso por sí solo y también, con la ayuda del ‘mashup’, un Frankenstein del nuevo milenio hecho de canciones de otros que nos ha dictado una y otra vez en los últimos 15 años que no hay nada nuevo bajo el sol, o como dirían en la internet, que ‘Everything is a remix’.
Con la llegada de ‘Good Feeling’ de Flo Rida —que samplea a ‘Levels’ a través del mashup como técnica principal— y a través de centenares de versiones y de remixes, ‘Levels’ se convirtió en un éxito rotundo, un himno como ‘Smells Like Teen Spirit’, una gran canción, ineludible, omnipresente, o como se diría vulgarmente: un éxito comercial.
Dos años después el joven artista volvió a empujar los límites con ‘Wake Me Up’. La canción, escrita por Avicii, Aloe Blacc y Mike Eizinger de Incubus hizo lo que ningún otro artista se había atrevido a explorar en la electrónica: usar el country como base. Poco convencional, improbablemente pegajosa, ‘Wake Me Up’ cruzó las barreras más inhóspitas de la radio: sonó en Kroq, la emisora alternativa de todos los tiempos y sonó en las emisoras de country.
Al tumbar las paredes de dos contundentes e impenetrables formatos de radio, ‘Wake Me Up’ se convirtió en la canción más viral de 2013, alcanzando a finales de dicho año mas de 230 millones de reproducciones en Spotify, un número sin precedentes en la historia del streaming.
LOS NÚMEROS
Según la página songkick, Avicii tocó 155 conciertos en 2012, 72 en 2013, 80 en 2014, 57 en 2015 y en 2016 ha tocado 25 veces en el mundo.
Tiene, a la fecha del anuncio de su retiro de las tarimas —no de la música—, 23 fechas más en la agenda, que comienzan en Dubai y en Bahrain y que lo llevan de vuelta a su residencia en Las Vegas, donde tocará nueve shows hasta el 27 de mayo, cuando debe viajar a Lisboa para cumplir su contrato con Rock In Rio.
Avicii debe tocar en Lisboa el 27 de mayo pero debe regresar a Las Vegas el 28 para continuar su residencia. Luego del toque del 28 tiene un receso hasta el 10 de junio, cuando debe viajar a Corea Del Sur y regresa a Las Vegas, donde deberá hacer tres fechas más.
El 9 de julio viaja a Reino Unido. El 10 y el 17 de julio debe tocar en Ibiza, según la página Resident Advisor. El 15 de julio debe viajar a Gdansk, Polonia, pero debe regresar el 17 a Ibiza, donde tiene una fecha más.
El 22 de julio viaja a Israel y vuelve a Ibiza, donde deberá tocar el 24 de julio y cinco fechas más hasta el 21 de agosto. Pero el 5 de agosto debe estar en Suecia y el 25 debe volver a Reino Unido a hacer Creamfields y el 26 debe ir a Belfast. Cierra la gira el 28 en Ibiza.
Según los datos, Avicii ha viajado un millón 213 mil 125 kilómetros este año, lo cual quiere decir que si uno pudiera viajar de la tierra a la luna, Avicii lo habría hecho tres veces en 2016. Más de 780 mil fans tienen alertas de google prendidas para saber cuándo Avicii está en la ciudad tocando, lo cual lo hace un negocio muy lucrativo.
El problema es que Avicii es una persona. Y cuando una persona se vuelve un negocio, cosas malas pasan. Pasó con Mike Tyson. Pasó con Michael Jackson.
De pronto Avicii se ha dado cuenta de esto. Como lo escribió en su anuncio en Facebook:
“Mis decisiones y mi carrera nunca han sido en búsqueda de lo material, aunque estoy agradecido por todas las oportunidades y comodidades que mi éxito me ha otorgado. Sé que he sido bendecido con la oportunidad de viajar por el mundo y tocar, pero le queda muy poco tiempo a la vida de una persona de verdad detrás del artista.
Una parte de mi dice ‘nunca digas nunca’… podría regresar…pero no regresaré pronto”.
Una inspección detallada de la letra de ‘Wake Me Up’ plantea un temor, una inquietud que se ha ido haciendo real en el transcurso de la semana que termina.
“So Wake Me Up When It’s All Over
When I’m Wiser And I’m Older
All This Time I Was Finding Myself
And I Didn’t Know I Was Lost”
En su música, en su arte, en la cultura de la electrónica y en su salud, los niveles de explotación a los que Avicii está expuesto en esta era de los grandes datos son evidentes. La industria de la música es inclemente.
A Avicii lo hemos visto pasar de ser una sensación del pop, un ícono de la cultura electrónica moderna y un adinerado y poderoso dj a un vulnerable ser humano a merced de administradores y promotores inescrupulosos. Al igual que a Cobain, a Winehouse, a Avicii, puedo decirlo sin ningún problema, su éxito lo está matando, y a meses de cumplir los 27 años, de pronto se escape del club.
Resulta miedoso y profético que la canción más viral del mundo el día de hoy que se publica este texto sea 'I Took A Pill In Ibiza' de Mike Posner.
Más tenebroso es que sea un remix de la misma, teniendo en cuenta el impacto de Avicii en la cultura del remix con ‘Levels’, y que la estrofa inicial de esta canción que, con más de 200 millones de reproducciones en Spotify y 38 millones de views en Youtube justo alcanza el estatus viral que alcanzó 'Wake Me Up' hace tres años, diga:
“I took a pill in Ibiza to show Avicii I Was Cool”.