La decisión de comprar tres millones de hectáreas fértiles para distribuir a campesinos es muy costosa porque en Colombia los precios de la tierra son el costo de transferencia del monopolio, fijados arbitrariamente por los propietarios extensivos. Es un mercado dominado por los vendedores, donde el comprador, en este caso el Estado, lleva las de perder.
El uso predominante de la tierra concentrada en grandes unidades es el de almacenar capital para valorizar, sin pagar en impuestos el costo social de oportunidad, de manera que, cuando la sociedad la necesita para producir, distribuir o construir bienes públicos, los dueños exigen...
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