Presidente Gustavo Petro y candidato a la Presidencia de los Estados Unidos Donald Trump.
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Hay muchas explicaciones para el triunfo de Donald Trump, pero quizás la más evidente es que la élite que lo combatía, enceguecida de soberbia y odio, se enfocó superficialmente en descalificar la persona y no en entender el fenómeno que representaba. Un fenómeno que consistía más en ella, en sus debilidades y autocomplacencias, que en Trump. Trump solo las estaba ordeñando. Lo mismo puede estar haciendo Gustavo Petro.