Una encuesta de Yanhaas reitera que Gustavo Petro dobla a Federico Gutiérrez (40 % vs. 21 %) en primera vuelta. Hace 4 años el resultado de las encuestas era inverso. En Invamer Iván Duque marcaba 41 puntos; Petro, 29; 12 puntos de diferencia. El resultado electoral fue 39 % de los votos, Duque; 25 %, Petro; 14 % de diferencia, dentro del margen de error.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Una encuesta de Yanhaas reitera que Gustavo Petro dobla a Federico Gutiérrez (40 % vs. 21 %) en primera vuelta. Hace 4 años el resultado de las encuestas era inverso. En Invamer Iván Duque marcaba 41 puntos; Petro, 29; 12 puntos de diferencia. El resultado electoral fue 39 % de los votos, Duque; 25 %, Petro; 14 % de diferencia, dentro del margen de error.
¿Por qué Fico no ha logrado reproducir el ascenso en las encuestas de Duque en 2018, si logró la misma narrativa Fico/Petro para emular la de Duque/Petro? Por dos razones. La fácil, que Duque era cambio y Fico es continuismo. Razón evidente que los promotores de Fico ingenuamente creyeron que podían superar con un mito: que el rechazo a Petro es superior al que existe contra Duque y el uribismo. Basado en una premisa falsa: que las elecciones pueden ser plebiscitos sobre un candidato, cuando siempre lo son sobre un gobierno y su partido. Por una razón elemental: los gobiernos son los responsables de la situación del país en el momento de la elección, y el opositor, una esperanza de mejora. La relación de fuerzas de los miedos por Petro y por Uribe que dominaron la elección de 2018 se ha inclinado en favor de Petro porque él sigue siendo una expectativa mientras Uribe, con Duque, es una decepción.
La estrategia de presentar un candidato con “pinta” de centro no ha funcionado porque la elección no está dominada por una lógica de derecha e izquierda, que antes favorecía a la centroderecha, sino de continuidad o cambio, que favorece a la izquierda porque le quita contenido ideológico a su oferta. Como Fico le debe su elección en la consulta a Uribe —que retiró a Óscar Iván Zuluaga para que los uribistas votaran por él— y a Duque —que le cuadró a la coalición de gobierno para agrandar la votación y poder ganarle a la consulta de centro—, no se atrevió a atacarlos para demostrar que representaba una nueva derecha no continuista.
Ese espacio lo copó Rodolfo Hernández, despojándolo de los electores de centroderecha que en 2018 votaron por Iván Duque, pero ahora se sienten decepcionados. En segunda vuelta algunos de esos votantes podrían inclinarse por Fico para atajar a Petro, pero muchos preferirán votar en blanco porque “a un perro no lo capan dos veces”, o por Petro, pues Hernández ha mostrado inclinación por él en segunda vuelta para no salir del equipo del cambio, sin el cual pierde diferenciación con Fico. Por eso en la encuesta de la semana pasada de Yanhaas para RCN y medios regionales, en segunda vuelta Fico solo llega a 34 %, a 13 puntos de Petro. Fico tendría que quedarse con el 90 % de los encuestados que dicen no tener intención de voto por ninguno (19 %), mientras que Petro solo necesitaría 15 % de esos votos para ganar.
La segunda razón es que la estrategia para subir a Fico en las encuestas —sumar los votos uribistas con los de las maquinarias en la consulta del 13 de marzo— fue un engaño para hacer creer que él era mejor contrincante que Fajardo contra Petro. Porque los votos de las maquinarias no se repiten en primera vuelta, como se demuestra elección tras elección. Sirvió para armar la ilusión de que “esto está decidido entre Fico y Petro”, pero no para superar el continuismo de Fico, que lo hace el candidato más débil frente a Petro.