Trapos Rojos: ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!

Álvaro Restrepo
28 de abril de 2020 - 05:09 p. m.
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Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda 
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. 
Pero no hay olvido, ni sueño: 
carne viva. Los besos atan las bocas 
en una maraña de venas recientes 
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso 
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.”

Federico García Lorca, Poeta en Nueva York

Ya no estamos hablando del trapo rojo del partido liberal. Hoy es el trapo rojo del hambre el que está empezando a ondear en las ventanas de los barrios pobres de Bogotá ...y del mundo. Se necesitó una pandemia como la del coronavirus para evidenciar lo insostenible: la situación de miseria en la que viven cientos de miles, millones de seres humanos. Si lo que nos tiene arrodillados es el miedo al contagio, más terror nos debería producir la angustia de los hambrientos. Llegó el momento de la solidaridad y de la austeridad. From profit to civic duty, es el nombre de una campaña iniciada por CNN: Del lucro al deber cívico. Ya no se trata sólo de caridad o de responsabilidad social. Se trata de supervivencia: física y ética. Si esta crisis no le sirve a la humanidad para un replanteamiento profundo de sus valores, nos servirá sobre todo para extinguirnos como especie. Apocalypsis now! En las pestes de la antigüedad se ponían trapos negros en las puertas de las casas de los contagiados: hoy la subpeste es el hambre. De ahí el título de una de las últimas columnas de Nicholas Kristof en el New York Times: "Esta pandemia trae otra consigo".

Yo soy de los que creen que la riqueza extrema es tan nociva como la miseria extrema. Para que exista una debe existir la otra. No hay que ser economista para entenderlo. Ostentación, despilfarro, acaparamiento, lujo, arrogancia, indolencia, codicia, egoísmo...Donald Trump, líder de la primera potencia mundial ¡en semejante crisis planetaria! --y todos los antivalores que él encarna-- deberán ser derrotados si aspiramos a seguir adelante en este mundo. Es tan caricaturesca y grotesca su postura frente a lo que nos está pasando, que seguramente caerá en las próximas elecciones (pensar con el deseo). La tapa de la olla fue su “sarcástica” propuesta de que nos inyectemos desinfectantes y luz ultravioleta para matar el virus. Si el pueblo de los EE. UU. sigue considerando que este es líder que necesitan su país y el mundo, pues bien merecido tendrán (tendremos) su (nuestro) futuro.

Desde mi postura de artista / educador siento que la única salida a esta crisis pasa por la solidaridad y por el reconocimiento de que sólo una vida austera de servicio a los demás vale la pena. "No es sueño la vida: ¡Alerta!¡Alerta!¡Alerta!". A mis 62 años he llegado a la conclusión de que la brev(edad) de la existencia nos debería llevar a pensar que nuestro mayor tesoro es el tiempo: esa debería ser la medida y la moneda de nuestra riqueza. Ya lo he dicho muchas veces a nuestros estudiantes: El Colegio del Cuerpo va a cambiar un día su nombre por el de El Colegio del Tiempo. Es este nuestro (único) verdadero patrimonio. El gran cineasta ruso Andrei Tarkovsky escribió un bello libro que con su título lo dice todo. Esculpiendo en el Tiempo.  ¿No es justamente eso lo que hace la danza? ¿Esculpir nuestro cuerpo/tiempo? Ese tiempo que es oro. En el momento en que de verdad comprendamos esto, quizás podremos colgar en nuestras ventanas los trapos dorados de la compasión, la generosidad y la grandeza humanas. “¡Alerta! ¡Alerta!¡Alerta!”

 

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