Tres son los pilares anunciados por el presidente Santos para su segundo gobierno: paz, educación y equidad. Una tríada fundamental para el desarrollo económico y social del país. Y será la educación sin lugar a dudas el gran articulador.
La educación es un pilar fundamental para el crecimiento, el desarrollo, la justicia y la paz.
Así que celebro el impulso que le dará el presidente a este sector con recursos y una meta de convertirnos en uno de los países más educados en la región.
Creo en la educación no sólo como motor de desarrollo, en la medida en que las personas con educación no sólo tendrán más herramientas para su desarrollo personal y profesional, sino que al mismo tiempo es claro que a través de la educación se pueden inculcar los valores que aspiramos y queremos como Nación, entre ellos el respeto y la tolerancia importantes en la paz. Decía Benjamín Franklin: educar en la igualdad y el respeto es educar contra la violencia.
La paz no sólo hay que negociarla con la guerrilla sino que hay que construirla y promoverla en todos los ciudadanos, pero especialmente con los niños que serán futuros ciudadanos y líderes. Y es que la construcción de una cultura de la paz es un proceso que supone un cambio de mentalidad individual y colectiva. Y en este sentido es fundamental el papel del sistema educativo, pues si se educa en valores desde temprana edad esto tendrá un carácter irreversible.
A todo esto debe sumarse el papel de distintos estamentos de la sociedad en la construcción de la paz con programas educativos.
Educar para la paz es educar en valores. Educamos en valores y en actitudes como justicia, libertad, respeto, solidaridad, participación, tolerancia, diálogo, responsabilidad social y compromiso. Y en la medida en que la violencia hace parte de la vida de nuestro país y los niños se ven afectados por ella, el trato y las reacciones violentas en múltiples casos hacen parte de la vida.
En este sentido es importante el diálogo a través de programas de resolución de conflictos. En la escuela son una buena aproximación a la justicia, a la paz, a la armonía en la que debemos vivir.
La violencia es, aparte de muchos factores, producto de la falta de tolerancia, de la falta de justicia, y en este sentido es importante educar a los niños en valores, es fundamental. Como dijo Nelson Mandela: “Educación es la más poderosa arma que podemos usar para cambiar el mundo y, en nuestro caso, para la paz”.
Tres son los pilares anunciados por el presidente Santos para su segundo gobierno: paz, educación y equidad. Una tríada fundamental para el desarrollo económico y social del país. Y será la educación sin lugar a dudas el gran articulador.
La educación es un pilar fundamental para el crecimiento, el desarrollo, la justicia y la paz.
Así que celebro el impulso que le dará el presidente a este sector con recursos y una meta de convertirnos en uno de los países más educados en la región.
Creo en la educación no sólo como motor de desarrollo, en la medida en que las personas con educación no sólo tendrán más herramientas para su desarrollo personal y profesional, sino que al mismo tiempo es claro que a través de la educación se pueden inculcar los valores que aspiramos y queremos como Nación, entre ellos el respeto y la tolerancia importantes en la paz. Decía Benjamín Franklin: educar en la igualdad y el respeto es educar contra la violencia.
La paz no sólo hay que negociarla con la guerrilla sino que hay que construirla y promoverla en todos los ciudadanos, pero especialmente con los niños que serán futuros ciudadanos y líderes. Y es que la construcción de una cultura de la paz es un proceso que supone un cambio de mentalidad individual y colectiva. Y en este sentido es fundamental el papel del sistema educativo, pues si se educa en valores desde temprana edad esto tendrá un carácter irreversible.
A todo esto debe sumarse el papel de distintos estamentos de la sociedad en la construcción de la paz con programas educativos.
Educar para la paz es educar en valores. Educamos en valores y en actitudes como justicia, libertad, respeto, solidaridad, participación, tolerancia, diálogo, responsabilidad social y compromiso. Y en la medida en que la violencia hace parte de la vida de nuestro país y los niños se ven afectados por ella, el trato y las reacciones violentas en múltiples casos hacen parte de la vida.
En este sentido es importante el diálogo a través de programas de resolución de conflictos. En la escuela son una buena aproximación a la justicia, a la paz, a la armonía en la que debemos vivir.
La violencia es, aparte de muchos factores, producto de la falta de tolerancia, de la falta de justicia, y en este sentido es importante educar a los niños en valores, es fundamental. Como dijo Nelson Mandela: “Educación es la más poderosa arma que podemos usar para cambiar el mundo y, en nuestro caso, para la paz”.