Pese a la vanidad colectiva que con frecuencia nos embarga, hay que decir que la Colombia rica o poderosa no está interesada en la cultura, la educación o las artes. Aquí son pocos los que aportan a ellas y lo que aportan suele ser poco. No abundan los filántropos colombianos, economía naranja o no economía naranja.
Por ejemplo, las modestas ventajas tributarias que se solían dar a las empresas que financiaban la filantropía han quedado casi borradas con las últimas reformas tributarias. Hoy una empresa obtiene un descuento del 25 % de lo que done hasta cierto monto, aplicable en la declaración de renta del año siguiente....
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