Se acaba de lanzar al ruedo de las elecciones de 2022 Alejandro Gaviria, exministro de Salud, exrector de Uniandes e intelectual de mucho peso en Colombia. La suya va a ser una opción muy atractiva para los varios centros de la política, en particular para los jóvenes. Su esposa, la economista Carolina Soto, en un inusual acto de pulcritud ética renunció a ser codirectora del Banco de la República.
Hay gente por ahí que expresa dudas sobre los centros para el año entrante con el argumento de que hay demasiadas opciones. Exótica opinión, pues lo corriente en cualquier democracia es que los (auto)llamados sean muchos, los escogidos pocos y al final quede uno solo. Lo esencial es configurar mecanismos aceptados de preselección, conocidos en Estados Unidos como las primarias. Aquí habrá consultas durante las elecciones del domingo 13 de marzo al Congreso. Alguien va a ganar cada una y ese alguien será un candidato poderoso. Claro, no imbatible.
Pese a que el pluralismo es magnífico, el más elemental realismo me dice que los que vayan quedando rezagados en las encuestas saldrán del manojo, quizá para entrar a las listas del Congreso, nada menos que la segunda rama del poder público en cualquier democracia. El centro definirá su candidato en la consulta de la Coalición de la Esperanza, donde están planillados varios. Adelante venía, aunque con algunas disminuciones, Sergio Fajardo; también estaban Juan Manuel Galán, Humberto de la Calle, Robledo, Juan Fernando Cristo, cada uno con probabilidades distintas que no califico yo; será asunto de los electores. Dicho esto, la opción de Alejandro podría ser la ganadora de esta consulta. Claro, al final la gente decide.
Más de la mitad del misterio para alguien como Alejandro es darse a conocer. La recolección de firmas servirá para eso pues tiene que salir a pedirles a miles de electores que respalden su inscripción. De todos modos, el espacio ocupado en los medios es una forma de propaganda. Por ejemplo, ¿Salud Hernández sí cree que su ninguneo despectivo va a hundir a Alejandro Gaviria? Como le diría algún amigo de ella, viejo franquista: mi querida Salud, calladita es mejor.
Por ahí hay puristas que solo aceptan el apoyo de los vestidos de blanco impoluto, pero va quedando claro que en el camino a la 1ª y a la eventual 2ª vueltas muchos se van a sumar a las candidaturas más fuertes. El Partido Liberal, en el que valga la verdad quedan pocos liberales de veras, al proclamar a Alejandro tal vez esté pensando en volver por sus viejos fueros. ¿Algún problema con eso? ¡Clientelistas, corruptos!, les gritan algunos sin pensar en que allí hay de todo.
Yo no me atrevo a vaticinar que Alejandro Gaviria va a ganar la consulta, sí o sí. Hay candidatos de centro, como Sergio Fajardo, que no son ningunos pintados en la pared. Entre otras, quienes piensen que los malabares torticeros de la Fiscalía en su contra lo van a hundir, que piensen otra vez: los ataques de un poder desprestigiado, como ese, con frecuencia van directo al haber del balance. Remember Gurropín.
En fin, los lectores, incluso los más malalácteos —derechistas o zurdos, pues de ambos hay—, pueden estar tranquilos: en el tarjetón de la 1ª vuelta tendrán opciones acordes con sus intereses. Ya veremos cuál es el veredicto de los votantes. Según dicen por ahí, esa es la única encuesta válida. Se hace a casi 20 millones de personas.
Se acaba de lanzar al ruedo de las elecciones de 2022 Alejandro Gaviria, exministro de Salud, exrector de Uniandes e intelectual de mucho peso en Colombia. La suya va a ser una opción muy atractiva para los varios centros de la política, en particular para los jóvenes. Su esposa, la economista Carolina Soto, en un inusual acto de pulcritud ética renunció a ser codirectora del Banco de la República.
Hay gente por ahí que expresa dudas sobre los centros para el año entrante con el argumento de que hay demasiadas opciones. Exótica opinión, pues lo corriente en cualquier democracia es que los (auto)llamados sean muchos, los escogidos pocos y al final quede uno solo. Lo esencial es configurar mecanismos aceptados de preselección, conocidos en Estados Unidos como las primarias. Aquí habrá consultas durante las elecciones del domingo 13 de marzo al Congreso. Alguien va a ganar cada una y ese alguien será un candidato poderoso. Claro, no imbatible.
Pese a que el pluralismo es magnífico, el más elemental realismo me dice que los que vayan quedando rezagados en las encuestas saldrán del manojo, quizá para entrar a las listas del Congreso, nada menos que la segunda rama del poder público en cualquier democracia. El centro definirá su candidato en la consulta de la Coalición de la Esperanza, donde están planillados varios. Adelante venía, aunque con algunas disminuciones, Sergio Fajardo; también estaban Juan Manuel Galán, Humberto de la Calle, Robledo, Juan Fernando Cristo, cada uno con probabilidades distintas que no califico yo; será asunto de los electores. Dicho esto, la opción de Alejandro podría ser la ganadora de esta consulta. Claro, al final la gente decide.
Más de la mitad del misterio para alguien como Alejandro es darse a conocer. La recolección de firmas servirá para eso pues tiene que salir a pedirles a miles de electores que respalden su inscripción. De todos modos, el espacio ocupado en los medios es una forma de propaganda. Por ejemplo, ¿Salud Hernández sí cree que su ninguneo despectivo va a hundir a Alejandro Gaviria? Como le diría algún amigo de ella, viejo franquista: mi querida Salud, calladita es mejor.
Por ahí hay puristas que solo aceptan el apoyo de los vestidos de blanco impoluto, pero va quedando claro que en el camino a la 1ª y a la eventual 2ª vueltas muchos se van a sumar a las candidaturas más fuertes. El Partido Liberal, en el que valga la verdad quedan pocos liberales de veras, al proclamar a Alejandro tal vez esté pensando en volver por sus viejos fueros. ¿Algún problema con eso? ¡Clientelistas, corruptos!, les gritan algunos sin pensar en que allí hay de todo.
Yo no me atrevo a vaticinar que Alejandro Gaviria va a ganar la consulta, sí o sí. Hay candidatos de centro, como Sergio Fajardo, que no son ningunos pintados en la pared. Entre otras, quienes piensen que los malabares torticeros de la Fiscalía en su contra lo van a hundir, que piensen otra vez: los ataques de un poder desprestigiado, como ese, con frecuencia van directo al haber del balance. Remember Gurropín.
En fin, los lectores, incluso los más malalácteos —derechistas o zurdos, pues de ambos hay—, pueden estar tranquilos: en el tarjetón de la 1ª vuelta tendrán opciones acordes con sus intereses. Ya veremos cuál es el veredicto de los votantes. Según dicen por ahí, esa es la única encuesta válida. Se hace a casi 20 millones de personas.