Todavía es posible, hasta probable, que al menos Donbás y otras zonas rusófilas del este de Ucrania caigan en manos de Putin y sus esbirros, en cuestión de meses, no de semanas. Las fuertes bajas y las grandes pérdidas de equipo al parecer obligaron a las tropas rusas a desistir de tomarse la totalidad del país, así bombardeen a diestra y siniestra. Este es un triunfo de los defensores. Las estrategias contra las invasiones han tenido un salto cualitativo desde cuando Vietnam y Afganistán las usaron con éxito. Lo que en todo caso vendrá mientras los invasores sigan presentes en cualquier parte de Ucrania sería una insurrección de desgaste, que sumará bajas rusas muy frecuentes. El ejército ucraniano se preparó y está disperso por todo el país. Aquí y allá tiene sus equipos grandes, aviones, helicópteros, tanques, artillería, si bien está integrado en su inmensa mayoría por soldados que se reúnen para realizar ataques sorpresa y luego se dispersan. Hasta ahora no aparecen candidatos para formar un gobierno tipo Vichy que “administre” los intereses del invasor. Obvio, para lograr algo así Putin tendría que tomarse a Kyiv, como Hitler se tomó a París. No está ni cerca de lograrlo. Al final los rusos saldrán humillados. Eso es seguro.
Meses, no semanas
30 de marzo de 2022 - 05:30 a. m.