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Cesó la horrible noche, o al menos eso parece. El “10” fue oficializado ayer por el Al-Rayyan de Catar. Para aquellos compatriotas que se molesten conmigo por dedicarle tanto tiempo al cucuteño, de antemano les ofrezco disculpas por la redundancia temática, pero reitero que hablar y escribir de uno de nuestros ídolos, héroe del doblete del Maracaná ante los uruguayos, es obligación, parte del oficio periodístico y que su presente y futuro hace rato son asunto nacional.
Los cataríes le lanzaron al colombiano un salvavidas de última hora para rescatarlo del olvido en el banco del Everton, que por ahora dirige Rafael Benítez, quien tiempo atrás, desde su paso por el Real Madrid, dejó claro que le fastidia en sus equipos. El contexto de la situación es lo que puede justificar fácilmente la decisión de partir para esa liga de tercera categoría siendo generosos. Ya requiere minutos de calidad con urgencia para volver a sentirse jugador y ser tenido en cuenta por la selección, estar en el radar.
Económicamente mantiene su estatus, que al parecer para él es muy importante y se le respeta, además se convierte en una suerte de scout de conocimiento en la sede del próximo mundial. Los anteriores factores son, desde mi punto de vista, la cara amable de la moneda.
Esas ligas “recocha”, como las llamo, no están a la altura de muchas segundas divisiones de las principales confederaciones y su nivel es bastante bajo y cómodo. Rodríguez será la gran joya para mostrar, promocionar el equipo, el Mundial y vender camisetas por cantidades alarmantes. Deberá exigirse al máximo para no caer en la mediocridad que reina en su nueva casa y acostumbrarse a estadios lujosos, pero prácticamente vacíos.
A Reinaldo Rueda le tocó traer a sus mejores enganches, él y Quintero, de la “dimensión desconocida” simultáneamente. Seguramente no era lo que esperaba cuando se subió en este tren, pero así vino el sándwich. Los futbolistas actualmente piensan diferente, todo ha cambiado y pretender que todos actúen de acuerdo con el sentido común y una escala de valores antigua es muy complicado. Seamos prácticos, hoy lo fundamental es que jueguen continuamente y se mantengan físicamente. El paquete completo de tener en la tricolor no solo a los mejores, sino que también estén en los equipos top de Europa hay que revaluarlo. Es menester acomodarse a las actuales circunstancias y confiar que al ponerse la amarilla se van a potenciar motivados por el orgullo y el entorno.
Los leones, el apodo del nuevo equipo de nuestro Golden Boot de Brasil 2014, no han tenido un buen inicio de campeonato. Ayer perdieron 4-2 con su rival de patio, que maneja Xavi Hernández, y todavía no ganan. Son dirigidos por Lolò Blanc, excampeón mundial con Francia en 1998 y quien como técnico no ha tenido gran suceso. Otro reto más que debe superar el padre de Salomé y Samuel, llevársela divinamente con el entrenador de turno como corresponde y poner a ganar a su escuadra, porque no hay más excusas para otra mala relación que lo condene a la suplencia y, entre otras cosas, para que no le traigan como le pasó recientemente a Zizou o a Rafa como reemplazo de Laurent.