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Se viene la hora de la verdad para la selección. Cuatro retos divididos en dos fechas: dos en casa y dos afuera. Perú y Argentina, el primer envión, y Bolivia y Venezuela, el segundo. Reinaldo Rueda llamó a 28 jugadores para los dos primeros encuentros, un número que debería ser suficiente para tenernos tranquilos. Lo cierto es que es, tal vez, su llamado mas polémico desde hace un año, que está al frente de la tricolor.
Los grandes ausentes o por lo menos los que más se reclaman o extrañan son Teófilo Gutiérrez, Macallister Silva, Carlos Cuesta, Yairo Moreno y Víctor Cantillo. Los dos primeros no han sido invitados todavía por este entrenador, los tres siguientes sí. En el reporte pormenorizado de la actualidad de los mencionados no aparece un tema grave de lesión o rendimiento diferente a los que arrastran algunos que están en la lista preparando viaje para Barranquilla.
Ante la ausencia obligada de Juan Fernando Quintero, que se lesionó en el partido del domingo, el sentido común indicaba la llegada al menos de Teófilo, el más solicitado por hinchada y prensa desde hace meses. Teo se pone solo para la mayoría, menos para el cuerpo técnico de Colombia.
Esta es, tal vez, la más grande de las brechas conceptuales en este momento del país futbolero con el DT, respetando mucho lo que piensa y ha declarado Rueda y entendiendo que quiera tener un plantel joven e ir renovando. Si no clasificamos al mundial esa renovación no le va a tocar a él, así que debe tomar medidas urgentes y coyunturales como la inclusión de un elemento que sabe enfrentar estas tempestades y tiene fútbol suficiente para ayudar a solucionar nuestros problemas actuales de generación.
El único de los 28 que puede actuar en la posición exacta de Juanfer es el talentoso Yaser Asprilla, que lo hizo muy bien ante los hondureños, pero que no se sabe a ciencia cierta si ya está listo para asumir responsabilidades mayores. No se entienden ni se pueden defender tampoco las citaciones a Freddy Hinestroza y Alfredo Morelos. La excusa de que el juniorista compite en la Arenosa y está acostumbrado a la cancha es demasiado primaria y lo del búfalo cordobés ha sido llamativamente flojo con la camiseta del seleccionado siempre.
Pero no nos detengamos únicamente en las individualidades. Sabemos y lo hemos dicho hace rato que nuestros inconvenientes son colectivos. Si el miedo a perder no desaparece y no podemos pasar de la mitad de la cancha con propiedad, nos tocará encomendarnos al “como sea” y eso sería muy riesgoso. Hay que tomar riesgos, pero de otra clase, con la pelota, con nuestra esencia. Lo que hizo Yimmi Chará contra los catrachos debe continuar, con él, con Alzate o con Asprilla acompañando a James Rodríguez, que ojalá se incorpore con sus dolencias superadas y que esas sociedades logren poner a los de arriba a cobrar a Luis Díaz con espacio, a Muriel, Borja, Borré o Falcao, y, por qué no, a Hárold Preciado, que se ganó la oportunidad con el Cali y en Fort Lauderdale. Cuatro puntos serían un gran botín, pero pensar en los seis es lo que se debe hacer para empezar a vencer nuestros temores.