Después del partido contra Perú, tal vez el más flojo en la era Lorenzo al menos por lo visto en el primer tiempo, Colombia prepara su juego contra Argentina por las eliminatorias al Mundial de 2026.
Mientras Argentina demostró en el remate de la final de la Copa y en el juego ante Chile de la semana pasada que sabe jugar sin Messi, Colombia demostró que su dependencia de James no es ningún cuento chino.
No es que Argentina sea mejor o peor con Messi. Es diferente. Es más dinámica, veloz, precisa y vertical. Lionel a estas alturas le resta un cambio, pero sigue metiendo miedo a los rivales.
En cambio los nuestros sin James recuerdan los fantasmas de otros tiempos. No hay conexión entre volantes y delanteros. Se hace un equipo veloz, pero atropellado, impreciso y falto de ideas. La presencia de medio James (porque está en la mitad de lo que es) no solo significó confianza y pelota quieta para el gol como casi siempre, sino que hizo brillar a Luis Díaz, Arias, Muñoz, Lerma y al joven Durán.
Ahora no importa tanto porque finalmente el 10 está en tiempo presente, pero todos sabemos que se lesiona con facilidad. Por eso es necesario aprender a jugar sin James. Su ausencia en varios de los partidos con Reinaldo Rueda coincide con la eliminación a Catar.
Scaloni se queja del calor y la hora, pero desde el 93 no les ganamos en Barranquilla, casi siempre a la misma hora. El campeón del mundo y bicampeón de América parece estar mejor que nunca, pero no por eso es invencible.
Ni la hora ni el calor juegan, pero James está bien, Luis Díaz anda dulce con el gol, Muñoz es el mejor lateral del continente y hay con qué ganarles. Esto sin contar que después de lo de Miami debe haber sangre en el ojo de los nuestros.
Lo que no hay que hacer es quedar tan partidos cuando se pierda el balón. Hay muchos metros entre los defensas y los volantes cuando esto sucede y los rivales ya lo saben.
Hasta acá Colombia ha sido beneficiado por un gran trabajo de pelota quieta, pero no se puede abusar ni depender de ella ni de James sin medida.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
Después del partido contra Perú, tal vez el más flojo en la era Lorenzo al menos por lo visto en el primer tiempo, Colombia prepara su juego contra Argentina por las eliminatorias al Mundial de 2026.
Mientras Argentina demostró en el remate de la final de la Copa y en el juego ante Chile de la semana pasada que sabe jugar sin Messi, Colombia demostró que su dependencia de James no es ningún cuento chino.
No es que Argentina sea mejor o peor con Messi. Es diferente. Es más dinámica, veloz, precisa y vertical. Lionel a estas alturas le resta un cambio, pero sigue metiendo miedo a los rivales.
En cambio los nuestros sin James recuerdan los fantasmas de otros tiempos. No hay conexión entre volantes y delanteros. Se hace un equipo veloz, pero atropellado, impreciso y falto de ideas. La presencia de medio James (porque está en la mitad de lo que es) no solo significó confianza y pelota quieta para el gol como casi siempre, sino que hizo brillar a Luis Díaz, Arias, Muñoz, Lerma y al joven Durán.
Ahora no importa tanto porque finalmente el 10 está en tiempo presente, pero todos sabemos que se lesiona con facilidad. Por eso es necesario aprender a jugar sin James. Su ausencia en varios de los partidos con Reinaldo Rueda coincide con la eliminación a Catar.
Scaloni se queja del calor y la hora, pero desde el 93 no les ganamos en Barranquilla, casi siempre a la misma hora. El campeón del mundo y bicampeón de América parece estar mejor que nunca, pero no por eso es invencible.
Ni la hora ni el calor juegan, pero James está bien, Luis Díaz anda dulce con el gol, Muñoz es el mejor lateral del continente y hay con qué ganarles. Esto sin contar que después de lo de Miami debe haber sangre en el ojo de los nuestros.
Lo que no hay que hacer es quedar tan partidos cuando se pierda el balón. Hay muchos metros entre los defensas y los volantes cuando esto sucede y los rivales ya lo saben.
Hasta acá Colombia ha sido beneficiado por un gran trabajo de pelota quieta, pero no se puede abusar ni depender de ella ni de James sin medida.
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