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El sábado pasado fue hermoso en materia futbolera. Debutaron Italia y España en la Eurocopa, jugó Colombia su último partido antes de la Copa América y vivimos una final de fútbol colombiano emocionante, de barrio si se quiere.
Lo de acá fue totalmente ajeno a lo que se pensaba que podía ser y esto en favor del público y tal vez en contra de los puristas de la táctica, que es el método que se debe usar para evolucionar. Pero como el fútbol es entretenimiento, la gente no podrá olvidar jamás ese partido desarrollado entre el barro, como en los tiempos en que jugábamos de niños en cualquier potrero por la alegría de jugar. Al final, pudo caer de cualquier lado y cayó del lado del Bucaramanga. En realidad se lo merecían los dos porque en el camino a la final fueron ordenados, concentrados, maximizaron su colectivo y sin duda fueron los dos mejores del semestre. Enhorabuena por el único equipo histórico que no había sido campeón. Comentario aparte para Hugo Rodallega, todo un ejemplo no solo de buen futbolista sino de liderazgo, caballerosidad y respeto por el juego. Ojalá su presencia, ya en el ocaso en nuestra liga, logre irradiar a quienes apenas comienzan.
Falta conseguir un par de patrocinios para que Falcao firme su contrato con Millonarios por un semestre que, en caso de conseguir un lugar en la Copa Libertadores, podría extenderse. El Tigre es un estado de ánimo. Ojalá sepamos valorar su paso por el país, ya en su ocaso, en aras de atraer más gente sana a nuestro fútbol. El resto lo veremos en la cancha, aunque ese será un problema feliz para Gamero. Si se concreta la negociación o no, habrá que aplaudir la gestión tanto de la dirigencia de Millonarios como del equipo de Falcao. Lo que hace unos días producía burlas e incredulidad, hoy es una negociación seria y posible.
La Eurocopa es felicidad por donde se le mire. No creo que sea un mundial sin Brasil y Argentina, pero sí que es un campeonato hermoso porque el fútbol de selecciones por definición lo es. Traspasa lo que se vive en una cancha y produce una batalla leal entre países que, en últimas, a través del fútbol reafirman el sentido de pertenencia de una comunidad. La data dice que Inglaterra es favorita, pero la historia demuestra que los ingleses en verano se desconcentran. Alemania no es la misma de antes, pero se llama Alemania y es local. Italia cuando prende lo hace empujada y contra Albania encendió, es la campeona defensora y su corazón gigante les hace la vida a pedacitos a sus rivales. España tiene lo suyo y Portugal, Bélgica y Países Bajos pueden dar la sorpresa, pero Francia es la que mejores jugadores tiene, además de contar con Mbappé. En fin, cuando un torneo tiene siete u ocho candidatos es porque es imperdible.
Y el camino de Argentina a la final de la Copa América parece sencillo. Serán cinco partidos casi amistosos antes del día definitivo. En cambio Colombia, Urugay y Brasil tendrán que sacarse los ojos entre sí para llegar. En ese escenario hoy el equipo de todos no es inferior a ninguno y claramente hay razones para soñar.
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