La semana pasada se dio a conocer la renovación de Alberto Gamero como entrenador de Millonarios por tres años más. Si nada extraordinario ocurre, completará siete años como director técnico del azul.
En tiempo presente Millos es el actual campeón tanto de Liga como de Copa, exporta a varios jugadores por temporada y su modelo es autosostenible. Todo estaba previsto cuando se definieron los objetivos. Ahora el reto es superar lo logrado.
En términos de resultados Millonarios tiene la posibilidad de seguir sumando títulos a nivel local. Un par de ligas más y, por qué no, una o dos Copas Colombia durante los tres años venideros estarían bastante bien para un club que debe volver a acostumbrarse a gritar campeón. A nivel internacional es hora de pasar la fase de grupos de la Conmebol Libertadores y, dependiendo de los sorteos, buscar meterse en los ocho del continente. El resto es populismo. Competir con el poderío económico de los brasileños es cada día más complicado.
Para lograr estas metas hay que tener en cuenta que en Colombia, por el formato de los torneos, no siempre gana el mejor de cada semestre. Hay muchos condicionantes que privilegian la buena suerte por encima del rendimiento deportivo. Además, clubes como América y Medellín les apuestan a nóminas robustas y costosas. Nacional se ha propuesto fortalecer su proyecto autosostenible y tiene argumentos para lograrlo, y Júnior no termina de encontrar un norte. La competencia local es cada día más fuerte.
Por eso Millonarios debe pensar en reforzar varias líneas del campo con jugadores de experiencia ganadora. Si bien un gran refuerzo sería la continuidad de la nómina actual, también es verdad que si se pudieran quedar todos valdría la pena pensar en un atacante, dos laterales y un extremo más.
Gamero tiene la experiencia necesaria para liderar este nuevo ciclo en Millonarios, y aunque un proceso no debe depender exclusivamente de su entrenador, produce tranquilidad saber que esta época está en buenas manos.
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La semana pasada se dio a conocer la renovación de Alberto Gamero como entrenador de Millonarios por tres años más. Si nada extraordinario ocurre, completará siete años como director técnico del azul.
En tiempo presente Millos es el actual campeón tanto de Liga como de Copa, exporta a varios jugadores por temporada y su modelo es autosostenible. Todo estaba previsto cuando se definieron los objetivos. Ahora el reto es superar lo logrado.
En términos de resultados Millonarios tiene la posibilidad de seguir sumando títulos a nivel local. Un par de ligas más y, por qué no, una o dos Copas Colombia durante los tres años venideros estarían bastante bien para un club que debe volver a acostumbrarse a gritar campeón. A nivel internacional es hora de pasar la fase de grupos de la Conmebol Libertadores y, dependiendo de los sorteos, buscar meterse en los ocho del continente. El resto es populismo. Competir con el poderío económico de los brasileños es cada día más complicado.
Para lograr estas metas hay que tener en cuenta que en Colombia, por el formato de los torneos, no siempre gana el mejor de cada semestre. Hay muchos condicionantes que privilegian la buena suerte por encima del rendimiento deportivo. Además, clubes como América y Medellín les apuestan a nóminas robustas y costosas. Nacional se ha propuesto fortalecer su proyecto autosostenible y tiene argumentos para lograrlo, y Júnior no termina de encontrar un norte. La competencia local es cada día más fuerte.
Por eso Millonarios debe pensar en reforzar varias líneas del campo con jugadores de experiencia ganadora. Si bien un gran refuerzo sería la continuidad de la nómina actual, también es verdad que si se pudieran quedar todos valdría la pena pensar en un atacante, dos laterales y un extremo más.
Gamero tiene la experiencia necesaria para liderar este nuevo ciclo en Millonarios, y aunque un proceso no debe depender exclusivamente de su entrenador, produce tranquilidad saber que esta época está en buenas manos.
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