Este jueves comenzará otra eliminatoria a un Mundial de Fútbol. El punto de partida es el sexto lugar en la anterior, cuando Colombia quedó eliminada de Catar. La última foto es la de un equipo al que le costaba mucho marcar goles y carecía de la alegría que no debería abandonar nunca al equipo nacional.
Después vino el nombramiento de Néstor Lorenzo, alumno de José Pékerman, líder de la última gran era de los nuestros. En ocho partidos amistosos hemos visto varias caras nuevas mezcladas con veteranos, algo que es positivo. También se vio un estilo de juego propositivo. La victoria frente a Alemania dejó la sensación de un mañana mejor.
Pero ojo, en los amistosos todos quieren probar cosas, en cambio cuando se compite por los puntos es diferente. Al deseo de ganar y agradar se le suma la presión que significa tener un objetivo como clasificar al Mundial. Por eso los rivales, por ejemplo en Barranquilla, se cierran, son pacientes, tratan de imponer un ritmo de juego lento, lo que perjudica claramente al local. En ese sentido, Colombia tendrá que encontrar la manera de volver a hacerse fuerte en el Metropolitano. Las últimas dos eliminatorias han dejado números rojos en casa.
La realidad indica que habrá que construir un equipo en todo el sentido de la palabra, que de individualidades no va a estar fácil depender, porque no tenemos un centrodelantero que nos dé la confianza que nos daba Falcao. Tampoco tenemos laterales modernos que respondan tanto en marca como en salida. Jugadores en equipos de élite tenemos dos: Cuadrado, en el Inter, y Díaz, en Liverpool. El resto están en clubes de ligas emergentes o pequeños de la Premier, Italia o España.
Lo bueno es que hay tiempo para hacer equipo. Con el nuevo formato de Mundial habrá seis cupos y medio para 10 competidores. Eso quiere decir, por ejemplo, que si se repite la performance de la eliminatoria pasada, que fue mediocre con ganas, tendríamos cupo directo asegurado. Digo esto no para que nos sintamos confiados y miremos por encima del hombro a los rivales, sino porque hay más margen de error, y eso permite corregir a pesar de resultados adversos con más calma.
No olvidemos que Colombia casi nunca ha ido a los mundiales y una buena meta es tomar estos partidos oficiales para sumar puntos suficientes para asegurar rápido la clasificación y preparar de buena manera lo que se puede ganar, la Copa América. Por ahora, no lo olvidemos, somos los sextos del continente entre 10.
Este jueves comenzará otra eliminatoria a un Mundial de Fútbol. El punto de partida es el sexto lugar en la anterior, cuando Colombia quedó eliminada de Catar. La última foto es la de un equipo al que le costaba mucho marcar goles y carecía de la alegría que no debería abandonar nunca al equipo nacional.
Después vino el nombramiento de Néstor Lorenzo, alumno de José Pékerman, líder de la última gran era de los nuestros. En ocho partidos amistosos hemos visto varias caras nuevas mezcladas con veteranos, algo que es positivo. También se vio un estilo de juego propositivo. La victoria frente a Alemania dejó la sensación de un mañana mejor.
Pero ojo, en los amistosos todos quieren probar cosas, en cambio cuando se compite por los puntos es diferente. Al deseo de ganar y agradar se le suma la presión que significa tener un objetivo como clasificar al Mundial. Por eso los rivales, por ejemplo en Barranquilla, se cierran, son pacientes, tratan de imponer un ritmo de juego lento, lo que perjudica claramente al local. En ese sentido, Colombia tendrá que encontrar la manera de volver a hacerse fuerte en el Metropolitano. Las últimas dos eliminatorias han dejado números rojos en casa.
La realidad indica que habrá que construir un equipo en todo el sentido de la palabra, que de individualidades no va a estar fácil depender, porque no tenemos un centrodelantero que nos dé la confianza que nos daba Falcao. Tampoco tenemos laterales modernos que respondan tanto en marca como en salida. Jugadores en equipos de élite tenemos dos: Cuadrado, en el Inter, y Díaz, en Liverpool. El resto están en clubes de ligas emergentes o pequeños de la Premier, Italia o España.
Lo bueno es que hay tiempo para hacer equipo. Con el nuevo formato de Mundial habrá seis cupos y medio para 10 competidores. Eso quiere decir, por ejemplo, que si se repite la performance de la eliminatoria pasada, que fue mediocre con ganas, tendríamos cupo directo asegurado. Digo esto no para que nos sintamos confiados y miremos por encima del hombro a los rivales, sino porque hay más margen de error, y eso permite corregir a pesar de resultados adversos con más calma.
No olvidemos que Colombia casi nunca ha ido a los mundiales y una buena meta es tomar estos partidos oficiales para sumar puntos suficientes para asegurar rápido la clasificación y preparar de buena manera lo que se puede ganar, la Copa América. Por ahora, no lo olvidemos, somos los sextos del continente entre 10.