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Natalia Gaitán es una de las mejores futbolistas de nuestro país. Juega en el Sevilla de España como volante de primera línea, disputó 26 partidos en la temporada que terminó, todos como titular —para un total de 2.213 minutos en la cancha— y marcó un gol.
Isabella Echeverry es compañera suya en el equipo andaluz. Jugó 17 partidos, 15 de ellos como titular, para un total de 1.376 minutos en la cancha. Una lesión no le permitió jugar más, pero fue la capitana antes y después de ese hecho, lo que habla muy bien de su capacidad de liderazgo.
Vanessa Córdoba fue la única futbolista extranjera que jugó los 17 partidos de la fase regular en la liga mexicana de fútbol. Es arquera del Querétaro y figuró 13 veces en el once ideal de la fecha en el torneo que acaba de terminar.
Yoreli Rincón es algo así como un antes y un después del fútbol practicado por mujeres en Colombia. Es una de las mejores de todos los tiempos. La temporada que acaba de terminar la jugó en la Sampdoria de Italia. Marcó cuatro goles, hizo nueve asistencias, lo que la convirtió en la mejor en ese rubro en la liga de ese país. Jugó 19 partidos.
Todas ellas son referentes de la selección y ninguna está en la convocatoria de Nelson Abadía, entrenador del equipo nacional, que trabaja con miras a la Copa América que se llevará a cabo próximamente en nuestro país. Claramente no se trata de algo que tenga que ver con lo deportivo. No es solo cuestión de experiencia. Todas están en un gran momento.
Carolina Castellanos, periodista de RCN radio, desempolvó la semana pasada unos audios presentados por estas jugadoras en 2019, asesoradas por Acolfutpro. Esas grabaciones dejan mal parado, una vez más, a Álvaro González Alzate, quien no duda en manifestar que a las personas incómodas no se les puede tener en cuenta.
Estas jugadoras han sido valientes desde el comienzo. Han liderado denuncias públicas que van desde cuestiones que tienen que ver con logística hasta hechos de corrupción en las selecciones femeninas.
El viernes hubo rueda de prensa de la selección y Abadía, el DT, el encargado de hacer las convocatorias, no asistió. Debe ser difícil salir a intentar explicar lo inexplicable. Lo cierto es que todavía tiene tiempo de hacer lo correcto, que es convocar a las mejores, sin vetos ni condiciones. Para eso necesitará el permiso de su jefe, el directivo Álvaro González Alzate, un hombre que hasta ahora ha demostrado que le gusta más ejercer el poder que tener sentido común.
El fútbol es un negocio privado, pero de interés público. Por eso la selección debe ser el equipo de todos, sin excepciones motivadas por el ego de sus dueños.