VAR o FVS La International Board, el organismo encargado de organizar las reglas del fútbol, acordó la semana pasada en Londres ampliar el número de pruebas del “football video support” como una alternativa al VAR.
Esto es básicamente lo que se probó en el pasado Mundial Femenino sub-20 de Colombia. Es la posibilidad que se le da a ambos equipos, a través de sus entrenadores, de pedir con una tarjeta verde la revisión de un máximo de dos jugadas por partido para cada equipo.
En los casos en que se usa el FVS no se usa el VAR. Es decir, que no son los oficiales del VAR los que llaman al juez central para indicarle que debe revisar alguna jugada, sino los equipos los que pidan la revisión. Según la FIFA, esto nace gracias a las inquietudes de algunas federaciones para poder contar con una herramienta eficaz para revisar jugadas pero con un costo mucho menor. Sin embargo, no son pocas las voces que piden que se analice la posibilidad de cambiar el VAR por el FVS. Y es que en realidad el VAR nos ha puesto a discutir más que antes.
Pensamos que las injusticias se iban a acabar y resulta que ahora seguimos peleando por lo mismo de siempre (incluidos los fuera de lugar) pero con el sinsabor de sentir que ni la tecnología nos permite sentir más seguridad. Tal vez sea el momento de aceptar al fútbol como es.
Tal vez la magia del juego está en entender que la justicia es un sueño al que no se debe renunciar pero que, al igual que la vida, se debe aceptar tal como viene. Termina el VAR siendo una demostración de que a veces, no siempre, los avances tecnológicos, que llegaron para facilitarnos la vida, terminaron por complicarnos todavía más.
A mí, por ejemplo, me pasa con el WhatsApp y el celular. Gracias a él ya no es necesario ir a tantas reuniones o estar en la oficina sentado esperando llamadas y atendiendo gente, pero ese tiempo que uno se ahorra ahora está más ocupado y más apretado porque los compromisos se multiplicaron a la misma velocidad. Mejor dicho, ahora hay menos tiempo libre que antes.
Alguno dirá que el problema no son las herramientas, sino el uso que les damos. Es discutible porque son las dinámicas que impone la tecnología las que prácticamente nos obligan a tratar de estar a su altura a pesar de que seguimos siendo humanos.
En fin, el FVS suena más simple, más barato, más manual, más respetuoso con la naturaleza misma del juego y podría ser una solución intermedia entre lo humano y la imposible perfección que buscamos. Ojalá prospere.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
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Esto es básicamente lo que se probó en el pasado Mundial Femenino sub-20 de Colombia. Es la posibilidad que se le da a ambos equipos, a través de sus entrenadores, de pedir con una tarjeta verde la revisión de un máximo de dos jugadas por partido para cada equipo.
En los casos en que se usa el FVS no se usa el VAR. Es decir, que no son los oficiales del VAR los que llaman al juez central para indicarle que debe revisar alguna jugada, sino los equipos los que pidan la revisión. Según la FIFA, esto nace gracias a las inquietudes de algunas federaciones para poder contar con una herramienta eficaz para revisar jugadas pero con un costo mucho menor. Sin embargo, no son pocas las voces que piden que se analice la posibilidad de cambiar el VAR por el FVS. Y es que en realidad el VAR nos ha puesto a discutir más que antes.
Pensamos que las injusticias se iban a acabar y resulta que ahora seguimos peleando por lo mismo de siempre (incluidos los fuera de lugar) pero con el sinsabor de sentir que ni la tecnología nos permite sentir más seguridad. Tal vez sea el momento de aceptar al fútbol como es.
Tal vez la magia del juego está en entender que la justicia es un sueño al que no se debe renunciar pero que, al igual que la vida, se debe aceptar tal como viene. Termina el VAR siendo una demostración de que a veces, no siempre, los avances tecnológicos, que llegaron para facilitarnos la vida, terminaron por complicarnos todavía más.
A mí, por ejemplo, me pasa con el WhatsApp y el celular. Gracias a él ya no es necesario ir a tantas reuniones o estar en la oficina sentado esperando llamadas y atendiendo gente, pero ese tiempo que uno se ahorra ahora está más ocupado y más apretado porque los compromisos se multiplicaron a la misma velocidad. Mejor dicho, ahora hay menos tiempo libre que antes.
Alguno dirá que el problema no son las herramientas, sino el uso que les damos. Es discutible porque son las dinámicas que impone la tecnología las que prácticamente nos obligan a tratar de estar a su altura a pesar de que seguimos siendo humanos.
En fin, el FVS suena más simple, más barato, más manual, más respetuoso con la naturaleza misma del juego y podría ser una solución intermedia entre lo humano y la imposible perfección que buscamos. Ojalá prospere.
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