En la actualidad, la sociedad mexicana enfrenta grandes desafíos. Progresan, por un lado, las reformas populistas introducidas por Morena, el partido de AMLO, que debilitan seriamente su democracia, al mismo tiempo que se prepara para recibir el impacto de las anunciadas medidas del gobierno de Donald Trump. Según todos los analistas, México será, de lejos, el país más afectado por las iniciativas del segundo gobierno del magnate republicano.
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En la actualidad, la sociedad mexicana enfrenta grandes desafíos. Progresan, por un lado, las reformas populistas introducidas por Morena, el partido de AMLO, que debilitan seriamente su democracia, al mismo tiempo que se prepara para recibir el impacto de las anunciadas medidas del gobierno de Donald Trump. Según todos los analistas, México será, de lejos, el país más afectado por las iniciativas del segundo gobierno del magnate republicano.
Las reformas inducidas por AMLO han eliminado los contrapesos en las instituciones de su país. Según el académico Christopher Domínguez Michael, con la elección popular de jueces y magistrados, la politización y control de la justicia por parte de Morena, la eliminación de una autoridad electoral independiente y un Congreso con una mayoría clara del partido de gobierno, se ha implantado una dictadura parlamentaria en ese país. Se ha retornado a la época de la llamada “dictadura perfecta” del PRI e, infortunadamente, de esta manera, se ha puesto fin al corto período en que reinó, aunque imperfecta, la democracia en México, entre 1997 y 2018.
En forma simultánea, este país se alista para asimilar los daños del segundo gobierno de Trump. En primer lugar, por su gran dependencia del mercado de Estados Unidos, el aumento de los aranceles gringos sobre las exportaciones mexicanas tendrá un gran impacto sobre su economía: importantes sectores perderán su rentabilidad, desaparecerá la promesa del nearshoring, crecerá el desempleo y se habrá frustrado el proyecto de una prosperidad basada en el libre comercio y la integración con las economías de Estados Unidos y Canadá. Ante estas expectativas, los mercados mexicanos han reaccionado con nerviosismo y se ha devaluado el peso, cuyo valor hoy se acerca a 20,70 pesos por dólar.
En segundo término, México será el país que recibirá el mayor número de deportados a raíz del programa de expulsión masiva de indocumentados que prometió Trump. Se espera también que, incluso en caso de que se demoren o se mitigue el número de las deportaciones, se sienta un fuerte impacto en el país por el reforzamiento de los controles a los inmigrantes irregulares en la frontera. México, por lo tanto, tendrá que buscar el asentamiento, la regularización o la salida de cientos de miles de personas atrapadas en su territorio que presionarán por la atención y el auxilio de su gobierno.
Y, en tercer término, es evidente que el gobierno de Trump incrementará sus operaciones contra el narcotráfico y los carteles mexicanos, responsables de la introducción del fentanilo, cocaína y otras drogas a Estados Unidos. Se prevé también que el gobierno de Washington presionará a la administración de Claudia Sheinbaum para que enfrente a la delincuencia y el crimen organizado y ponga fin a la política de “abrazos y no balazos” que estableció López Obrador con las mafias de su país.
Es difícil evaluar las consecuencias de la reacción de un gobierno populista de izquierda, en manos de una presidenta sin el carisma y la popularidad de AMLO, conduciendo una democracia cada vez más restringida, haciendo frente a los impactos y daños que se prevén en su economía y su organización social a raíz de las fuertes políticas del gobierno de Trump. Eso sí, desde ya se puede anticipar que sufrirá un menor crecimiento económico y mayores tensiones entre su población.