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Reto a las mujeres que aspiran a la Presidencia en las próximas elecciones a comparar su hoja de vida con la de ella, líder nata desde los trece años. Nacida en la vereda de Yolombo, corregimiento de Suárez, Cauca, de padre obrero y minero, y madre partera y minera.
Comenzó graduándose en el SENA. Luego, se graduó como abogada de la Universidad Santiago de Cali e inició una especialización en Escritura Creativa en el ICESI. En 2023, recibió el honoris causa de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia. Logró el reconocimiento de 27 consejos comunitarios del norte del Cauca. En 2015, participó en el gobierno de Juan Manuel Santos en los Diálogos de Paz de La Habana. En 2015, el Gobierno sueco le otorgó el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos. En 2020, fue presidenta del Consejo Nacional de Paz y Convivencia. Ganó el Premio Goldman de Medio Ambiente y el Premio Juan Ansina de Derechos Humanos. Fue la primera vicepresidenta afrocolombiana de Colombia.
Petro, el más racista de todos, con una superioridad basada en su complejo de inferioridad y su resentimiento, además de otras perlas, siempre apostó al fracaso de Francia. La nombró y le “creó” un ministerio a sabiendas de que no tenía futuro. La lucha de ella no fue contra el Gobierno sino desde el mismo Gobierno, que jamás le dio el apoyo prometido. Sin embargo, logró realizar importantes aperturas comerciales en diferentes países africanos.
Una especie de “fuego cruzado” se encarnizó en ella. Por un lado, el propio Gobierno desde dentro y, por fuera, el racismo exacerbado de “caras pálidas y mestizos” (la mayoría) de una zona de Cali, que “les molestaba el ruido de su helicóptero al aterrizar y despegar” en su residencia, sin importarles un pepino que hubiera sido víctima de un atentado, ni del ruido de los helicópteros que llevan heridos en combate a líderes sociales o soldados a la Tercera Brigada o a diferentes clínicas.
La criticaron por su frase “Vivir Sabroso”, tildándola de promover la holgazanería y la vagancia, sin conocer que en la cultura ancestral afroamericana significa “Vivir seguro y sin miedo”. También ignoraban que “los Nadies y las Nadies” proviene de un hermoso poema de Eduardo Galeano, que se refiere a aquellas personas que son invisibles ante el Estado y las élites, es decir, el pueblo raso, la mayoría en este país, uno de los más inequitativos del mundo.
El puntillazo final lo acaba de recibir del mismísimo presidente, por atreverse a decirle unas cuantas verdades. Tuvo que renunciar al ministerio fantasma y, además, para acabarla de joder, la reemplazaron con su mentor y tutor... golpe bajo... bien bajo del mandatario cósmico...
“Hoy sé que mi vida corre peligro. Denunciar la corrupción y señalar lo que está mal tiene consecuencias. Aun así, no me callarán. No me rendiré. Mi compromiso con el pueblo sigue intacto”.
Bien por Francia Márquez. Una lección de dignidad y honestidad en un país de corruptos y politiqueros rastreros. ¡No se rinda! Tiene su vida por delante. ¡No se deje manosear!
