La nueva moda entre las mujeres, jóvenes, maduritas y jechonas es, “aunque usted no lo crea”, implantarse chips de testosterona para aumentar el apetito sexual, o revivirlo. Mejor dicho, para estar calientitas todo el tiempo.
Me lo contaron y creí que era un chiste... Pues no, es cierto, y el chip ya es un “secreto a voces”. Es como un “granito de arroz” que se inserta en la nalga, cerca de la cadera, sin que nadie lo note, sobre todo los maridos. Y sus mujercitas van in crescendo con la libido, como dirían los santandereanos: “¡Arrecha la joda!”.