No soy crítica literaria, pero soy lectora crítica. No leo por obligación, no veo la necesidad de terminar los libros que me aburren, y no leo con orden ni método. Existen libros que son solo carátulas y nada de nada por dentro. Y al revés, otros cuyas carátulas son sosas, con letra pequeñita, y son verdaderos tesoros.
Pienso en los Premios Nobel… En el filántropo sueco Alfred Nobel, quien en 1895 dejó su fortuna para premiar a académicos, científicos, médicos, escritores, etc.
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