La clausura de la COP16 en el Boulevard del río fue la culminación de un evento que resucitó a Cali como un cohete. Aplausos a las seis de la tarde en todos los rincones de la ciudad, con Alejandro Eder y Dilian Francisca Toro agradeciéndoles a los caleños, bailando salsa, y las luces iluminando alegremente ese ritmo frenético y contagioso de los miles de asistentes.
Emocionada con este despertar vallecaucano, ya imparable, llega la Feria del Libro con una programación estupenda. El boulevard abrirá sus espacios a casetas, conversatorios, y las palabras nos contarán historias, cuentos, poemas, recitales.
Ahora llega la hora, la hora de la verdad. ¿Vivimos unos días llenos de magia, o estaremos los vallecaucanos y caleños realmente comprometidos en continuar esta tónica de reconciliación y recuperación del civismo, de la unión, de cuidar la naturaleza, de respetarnos y caminar juntos? ¿O será este momento “flor de un día”?
Soy optimista. Repito las palabras del alcalde Eder en la clausura: “No permitamos que nadie nos trate de dividir con mensajes de odio”. Esta es la clave. Si permanecemos unidos por nuestro departamento y por Cali, seguiremos adelante; de lo contrario, volveremos a la noria que nos tenía dando vueltas y más vueltas sin avanzar ni un paso.
El baile a ritmo de salsa de la Gobernadora y el Alcalde es más que un baile, es un mensaje profundo: Unidos en el ritmo, la música, la acción y las metas, ¡sí podemos! Y este mensaje es para todos, no solo para los equipos de funcionarios públicos, sino para cada uno de nosotros. Todos somos responsables.
Los astros están alineados. Jorge Iván Ospina, en sus dos alcaldías, dejó las bases, la infraestructura. Se lanzó a las megaobras, teniendo visión de futuro. Sin esta osadía, no tendríamos:
- Túnel de la Avenida Colombia, el túnel urbano más largo del país.
- Boulevard del Río, 980 metros lineales.
- Plazoleta Jairo Varela, parque con teatrino, restaurantes y 220 parqueaderos subterráneos.
- Ciudadela Educativa Nuevo Latir.
- Remodelación del Estadio Olímpico Pascual Guerrero.
- Corredor Biológico Peatonal más largo de Colombia, que nace en el barrio San Fernando y llega al monumento a Cristo Rey.
- Boulevard del Oriente, un tesoro arquitectónico y biodiverso único.
- Parque Tecnológico de San Fernando (antiguo club social, clausurado y vendido a la mafia, recuperado por JIO).
- Edificio Coltabaco, joya arquitectónica convertida en Centro de los Saberes y Artesanías, que estaba abandonado.
Mejor dicho, con esa verdadera revolución estructural y el pensamiento grande y cívico del actual alcalde Alejandro Eder, si no somos capaces de seguir, como diría la exgobernadora Clara Luz Roldán, “como un valle y una ciudad invencibles”, pues que Dios nos coja confesados. Tenemos viento en popa, horizontes nuevos, ganas, conocimiento, y las puertas abiertas a un nuevo amanecer.
Unión y acción. ¡Que vivan el pandebono, la salsa, el champús, el chontaduro, los tamales de Cartago, sus bordados, el Museo Rayo, las frutas de la Unión, el Milagroso de Buga, la Catedral de Palmira, la caña y el guarapo, Bitaco y sus sembrados de té, las ceibas, pipas, samanes y guaduales, mangos, aguacates y papayas! ¡Lo demás es loma!
La clausura de la COP16 en el Boulevard del río fue la culminación de un evento que resucitó a Cali como un cohete. Aplausos a las seis de la tarde en todos los rincones de la ciudad, con Alejandro Eder y Dilian Francisca Toro agradeciéndoles a los caleños, bailando salsa, y las luces iluminando alegremente ese ritmo frenético y contagioso de los miles de asistentes.
Emocionada con este despertar vallecaucano, ya imparable, llega la Feria del Libro con una programación estupenda. El boulevard abrirá sus espacios a casetas, conversatorios, y las palabras nos contarán historias, cuentos, poemas, recitales.
Ahora llega la hora, la hora de la verdad. ¿Vivimos unos días llenos de magia, o estaremos los vallecaucanos y caleños realmente comprometidos en continuar esta tónica de reconciliación y recuperación del civismo, de la unión, de cuidar la naturaleza, de respetarnos y caminar juntos? ¿O será este momento “flor de un día”?
Soy optimista. Repito las palabras del alcalde Eder en la clausura: “No permitamos que nadie nos trate de dividir con mensajes de odio”. Esta es la clave. Si permanecemos unidos por nuestro departamento y por Cali, seguiremos adelante; de lo contrario, volveremos a la noria que nos tenía dando vueltas y más vueltas sin avanzar ni un paso.
El baile a ritmo de salsa de la Gobernadora y el Alcalde es más que un baile, es un mensaje profundo: Unidos en el ritmo, la música, la acción y las metas, ¡sí podemos! Y este mensaje es para todos, no solo para los equipos de funcionarios públicos, sino para cada uno de nosotros. Todos somos responsables.
Los astros están alineados. Jorge Iván Ospina, en sus dos alcaldías, dejó las bases, la infraestructura. Se lanzó a las megaobras, teniendo visión de futuro. Sin esta osadía, no tendríamos:
- Túnel de la Avenida Colombia, el túnel urbano más largo del país.
- Boulevard del Río, 980 metros lineales.
- Plazoleta Jairo Varela, parque con teatrino, restaurantes y 220 parqueaderos subterráneos.
- Ciudadela Educativa Nuevo Latir.
- Remodelación del Estadio Olímpico Pascual Guerrero.
- Corredor Biológico Peatonal más largo de Colombia, que nace en el barrio San Fernando y llega al monumento a Cristo Rey.
- Boulevard del Oriente, un tesoro arquitectónico y biodiverso único.
- Parque Tecnológico de San Fernando (antiguo club social, clausurado y vendido a la mafia, recuperado por JIO).
- Edificio Coltabaco, joya arquitectónica convertida en Centro de los Saberes y Artesanías, que estaba abandonado.
Mejor dicho, con esa verdadera revolución estructural y el pensamiento grande y cívico del actual alcalde Alejandro Eder, si no somos capaces de seguir, como diría la exgobernadora Clara Luz Roldán, “como un valle y una ciudad invencibles”, pues que Dios nos coja confesados. Tenemos viento en popa, horizontes nuevos, ganas, conocimiento, y las puertas abiertas a un nuevo amanecer.
Unión y acción. ¡Que vivan el pandebono, la salsa, el champús, el chontaduro, los tamales de Cartago, sus bordados, el Museo Rayo, las frutas de la Unión, el Milagroso de Buga, la Catedral de Palmira, la caña y el guarapo, Bitaco y sus sembrados de té, las ceibas, pipas, samanes y guaduales, mangos, aguacates y papayas! ¡Lo demás es loma!